En el conflicto por el que atraviesa Venezuela,
ha terminado por imponerse la dimensión geopolítica del mismo, por encima de
las tensiones internas, por lo que se ha agudizado la pugna y ha adquirido la
dimensión pre-bélica que caracteriza la situación actual, con sanciones que se
van a expandir hacia cualquier país que comercie con el Estado venezolano.
Leopoldo Puchi / El Universal
Las razones de este conflicto que enfrenta a
Washington y Caracas tienen que ver con la progresiva separación de Venezuela
del dispositivo geopolítico estadounidense, lo que ha generado una espiral de
desencuentros, de presiones y rupturas, y el establecimiento de nuevas alianzas
de Venezuela con China y Rusia, aunque la economía venezolana continuaba
formado parte hasta hace poco del sistema occidental, y en lo militar se realizaron
compras de armas a Rusia y China, pero no hubo integración a un nuevo bloque.
THEODORE
ROOSEVELT
Sin embargo, Washington no ha aceptado ese
desplazamiento de Venezuela fuera de su zona de influencia, sobre todo ahora,
cuando la administración de Donald Trump ha asumido la doctrina Monroe como
guía de sus relaciones con Latinoamérica, política que Barack Obama nunca
invocó. John Kerry llegó a decir en la OEA en 2013: “La era de la doctrina
Monroe ha sido superada”.
Ahora bien, para la dirigencia actual
estadounidense, aquella vieja doctrina tiene vigencia hoy. En Lima, John Bolton
utilizó como referencia a Theodore Roosevelt, el del “corolario Roosevelt”, la
versión más extrema y dura de la doctrina Monroe, que justificaba a principios
del siglo XX el derecho a intervenir en otros países. Desde entonces, a esa
corriente diplomática se le conoce como política del Big Stick (Gran Garrote).
La sola mención de ese Roosvelt es como viajar en un túnel del tiempo.
STATUS
NEUTRAL
En una reciente entrevista con dos periodistas
del Instituto Empresarial Americano (AEI), Elliott Abrams señalaba, al ser
interrogado del porqué se le había dado tanta prioridad a Venezuela, que la
primera razón era la desestabilización de la región; la segunda razón, la
presencia de Cuba, Rusia y China; en tercer lugar mencionó al petróleo, “la más
grande reserva del mundo”. Al ser interrogado sobre Irán o el narcotráfico, los
consideró como problemas, pero minimizó su peso. “No hay muchos iraníes ahí” y
“no exageraría la presencia de Hesbolá”, dijo. No hizo mención ni a democracia
ni a derechos humanos como la razón del conflicto.
De manera que el eje de la pugna es el intento
de reinserción de Venezuela en el dispositivo geoestratégico estadounidense y,
en consecuencia, la idea de que ni China ni Rusia pueden tener presencia en el
continente sin autorización previa de Washington.
Una solución pacífica para este conflicto
tendría que transcurrir por una negociación que pudiera conducir a que
Venezuela tuviera un status neutro, sin afiliación a ningún bloque y donde no
se aplique la doctrina Monroe.
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