La enorme derrota de Mauricio Macri en las
primarias argentinas significa el fracaso del primer intento de
restauración neoliberal.
Emir
Sader / Página12
Jair Bolsonaro y Mauricio Macri, presidente de Brasil y Argentina, respectivamente. |
Después de más de una década de gobiernos
antineoliberales, la derecha había logrado una primera victoria, luego de mucho
tiempo. Había sucedido en la Argentina, con el triunfo de Macri con un programa
típicamente neoliberal.
Una campaña eufórica, una victoria celebrada como
el retorno a viejos tiempos de centralidad del mercado frente al retorno de la
"locura" de gobiernos populistas que "despilfarraban"
recursos públicos con distribuciones insensatas. El retorno de los duros e
inevitables ajustes fiscales, del “sinceramiento” de las tarifas públicas, ya
sin subsidios, como vuelta a la realidad. Se daba vuelta a la página de los
gobiernos irresponsables.
Ese proceso se reproducía con golpe, persecución
política y manipulación electoral en Brasil, apuntando a "salvar a los
latinoamericanos de su propia locura", parafraseando a Kissinger sobre
Chile. Ecuador se sumaba, mientras que la amenaza restaurativa llegaba a
Uruguay y a Bolivia. Salían Lula, Cristina, Pepe Mujica, Evo, Rafael Correa,
sustituidos por Macri, Bolsonaro, Moreno y otros que se candidateaban a sumarse
a esa nueva lista.
Pero las cosas no se dieron asi. Mas allá de las
encuestas truchas, de las manipulaciones del mercado, la victoria de Alberto
Fernández y Cristina estuvo por encima de cualquier previsión. Los efectos
brutales del ajuste neoliberal fueron contundentes y pasaron la cuenta al
gobierno de Macri. Análisis precipitados, incluso desde el lado progresista, se
han arriesgado a prognosticar que el macrismo venía para quedarse como fuerza
hegemónica en el campo político, como nueva expresión de la derecha argentina.
Querían que el kirchnerismo fuera un paréntesis en
la historia argentina, pero quien ahora tiene ese destino es el macrismo. Ya se
especula sobre quién encabezará la derecha y el superviviente macrismo, a lo
mejor el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, dada la estruendosa derrota
también de la gobernadora macrista de la provincia de Buenos Aires.
¿Qué significa ese resultado en Argentina para
América Latina?. El resultado que tiene todas las posibilidades de ser todavía
más arrasador en octubre puede proyectar el futuro de la región .
En primer lugar, significa que la derecha no tiene
otro modelo que el neoliberal, que no tiene ninguna capacidad de retomar el
crecimiento económico, menos todavía de distribuir la renta. La trayectoria del
gobierno fracasado de Macri fue repetida por el de Michel Temer en Brasil, de
Moreno en Ecuador y ya se confirma con el gobierno de Bolsonaro. Es un camino
seguro de derrota para la derecha, que ya demuestra que su retorno a algunos
gobiernos latinoamericanos será de corto aliento, un paréntesis.
En segundo lugar, los años atravesados por los
gobiernos de restauración neoliberal representan un enorme retroceso económico,
político y social, que los gobiernos que los sucedan van a recibir como
herencia, con lo cual van a tener grandes dificuldades para retomar un modelo
económico y social antineoliberal.
En tercer lugar, que el camino para derrotar a esos
gobiernos es el de aglutinar a todas las fuerzas que se oponen a ellos,
valiéndose centralmente de los efectos sociales profundamente negativos de sus
políticas económicas. Esto es, siendo un amplio frente antineoliberal, que se
propone superar las políticas económicas que han llevado a Argentina a una
profunda recesión, a un enorme desempleo, a la pérdida de una gigantesca
cantidad de divisas, a un endeudamiento que quita la soberanía de sus
políticas. Ese fue básicamente el camino trazado por la lista que ha derrotado
al gobierno neoliberal de Mauricio Macri.
¿Qué consecuencias pueden tener esos resultados
sobre la región? En primer lugar, dejar a Bolsonaro aislado de su gran aliado,
para quien trató de hacer campaña electoral y probablemente, haya causado otros
daños a la candidatura de Macri.
En segundo lugar, las elecciones en Bolivia y en
Uruguay serán afectadas no solamente por el fracaso y la derrota de Macri, sino
también esos dos países y los otros de la región van a contar con un gobierno
con rasgos distintos, antagónicos a los de Macri. Los uruguayos y los
bolivianos van a tomar nota de a qué destino llevan las restauraciones
neoliberales y cómo el pueblo tiende a castigar duramente a esos gobiernos.
El caso argentino, habiendo sido el primero del
retorno de la derecha y su modelo neoliberal, ha sido el primero derrotado en
ese camino, el primero que ha demostrado el nuevo fracaso del neoliberalismo en
Latinoamérica. Se abre así un nuevo ciclo de crecimiento y de distribución de
renta en la región.
No hay comentarios:
Publicar un comentario