El
consumismo de la época da para todo. Si los gobiernos gastan cantidades
ingentes en armamentos, ¿por qué no promocionarlos también para las fiestas
navideñas?
Marcelo Colussi / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de
Guatemala
La
época navideña es sinónimo de paz. Al menos, eso se suele decir.
No
se entiende bien por qué –y la experiencia demuestra fehacientemente que no es
exactamente como se declara– la llegada del mes de diciembre debería traer un
clima de paz y amor. Invocar que es el mes del nacimiento del Mesías no explica
mucho. También en esta época, más allá de las pomposas y quizá
bienintencionadas declaraciones, continúan las injusticias y mezquindades. Los
excluidos no dejan de ser excluidos, la violencia no cesa (por el contrario:
aumenta), el hambre no se extingue, aunque por allí se obsequien tamales, así
como no se terminan por arte de magia ni el racismo, el denigrante patriarcado
o las innumerables inequidades que siguen poblando el mundo o Guatemala. Dicho
sea de paso: no es infrecuente para esta época que se produzcan mortales
accidentes con camiones que viajan desde el Altiplano hacia la Costa Sur
repletos de trabajadores agrícolas estacionales que van a los cortes de caña de
azúcar y/o café. Mucho espíritu navideño cargado de paz y amor… pero las
condiciones reales de trabajo no cambian.
Se
podrá decir que este breve texto es pesimista, negativo, blasfemo incluso,
porque reniega del espíritu de la fiesta religiosa más importante del año, al
menos en un país como Guatemala, fundamentalmente católico. Pero no. De ningún
modo se trata de ir contra una tradición hondamente arraigada; el sentido de
este escrito es abrir una pregunta crítica sobre cómo el espíritu de
celebración religiosa de esta época (porque, si no me equivoco, de eso se
trataba, ¿no?) se ha venido trocando en un consumismo voraz.
Tan
voraz, ciego y despiadado que da lugar, por ejemplo, al título con que abrimos
la nota. ¡Feliz navidad!, época de paz, amor y reencuentro familiar… pero según
una hermosa promoción comercial que puede verse en una lujosa publicación
todo-color de algún diario capitalino, el inefable Santa Klaus –vestido de rojo
y blanco desde 1931 gracias a una campaña publicitaria de la Coca-cola,
despojándolo de sus tradicionales atavíos color verde– invita a regalar un arma
para estos días. ¡Sí, sí: así como suena! Para Navidad se promocionan ¡armas!
Bueno…
al fin y al cabo, el consumismo de la época da para todo. Si los gobiernos
gastan cantidades ingentes en armamentos, ¿por qué no promocionarlos también
para las fiestas navideñas?
“La mejor selección de Rifles de
Aire en Guatemala. Marcas bien Caqueras, Usté”,
ofrece la promoción. “Hay para niños de 9
años hasta Adultos Tres”. (…) “Venite
por tu rifle G&G. Infunde el miedo en tus contrincantes”, resalta el
anuncio. Por cierto, la funda para pistola marca Fobus, desde sólo Q. 260, es
publicitada por una provocativa muchacha que exhibe un descubierto muslo, donde
destacan pistola y funda, sin que se entienda bien por qué instrumentos de esas
características deben asociarse a una mujer incitante. Pero, bueno…., dejemos
eso (habíamos dicho que la Navidad, aunque sea época de amor y paz, no
terminaba mágicamente con el machismo, ¿verdad?)
Más
aún: por lo que puede colegirse de la promoción, el espíritu navideño no borra
la maldad, pues junto a las encantadoras armas ofrecidas, se publicitan también
linternas que sirven “para entender la
situación e identificar al malo”. Obviamente, entonces, sigue habiendo
“malos”. Y también sigue habiendo codicia y envidia pese al espíritu amoroso de
la época, pues se llama a “marcar tu
territorio” con letreros metálicos (no está indicado el precio) que se
ofrecen junto a las armas y demás productos, todos muy “chileros”, todos “excelentes
regalos para alguien cerca de tu corazón”.
¿Qué
concluir de todo esto? ¿Que en Guatemala, a casi 18 años de firmada la paz, la
cultura de las armas y de la violencia sigue siendo una realidad? ¿Que la paz y
el amor de la época son relativos? ¿Que el mercado sigue siendo nuestro
verdadero dios?
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