Durante los 15 años que permaneció en el poder, Baby Doc encabezó uno de los regímenes más represores y sanguinarios en la historia de ese país y del continente, acaso sólo superado por el que diri
gió su padre y antecesor en el cargo, François Duvalier, quien tomó el poder en 1956 mediante un golpe militar.
Editorial de LA JORNADA (México, 18 de enero de 2011)
El inesperado regreso del ex dictador haitiano Jean-Claude Duvalier, Baby Doc, quien arribó a su país el pasado domingo procedente de Francia –donde se re fugió tras ser derrocado por una revuelta popular en 1986–, ha provocado expresiones de “sorpresa” y preocupación en la comunidad internacional, por los posibles episodios de inestabilidad que el hecho pudiera suscitar en la nación antillana. Por su parte, Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) han demandado a las autoridades haitianas la captura del ex dictador –sobre quien pesan acusaciones por crímenes de lesa humanidad– y su presentación ante la justicia.
El retorno de Duvalier a Haití representa, en efecto, un factor adicional de tensión en un país sobrado de ellos, y constituye una afrenta histórica para los habitantes de la nación más pobre del hemisferio. Durante los 15 años que permaneció en el poder, Baby Doc encabezó uno de los regímenes más represores y sanguinarios en la historia de ese país y del continente, acaso sólo superado por el que dirigió su padre y antecesor en el cargo, François Duvalier, quien tomó el poder en 1956 mediante un golpe militar. En conjunto, la dinastía de los Duvalier fue responsable de la muerte y desaparición de decenas de miles de personas, ya fuera a manos de las fuerzas armadas de Haití o de las milicias leales al gobierno, los tristemente célebres tonton macoutes. LEA EL TEXTO COMPLETO AQUI...
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