En 1918, el profesor José de la Luz Mena afirmó: "los capitalistas saben que cuando los hombres sean más conscientes, ya no querrán trabajar para ellos, sino que sabrán disfrutar del precio de su trabajo, y esto no es para hacer superiores a nadie, sino para hacer iguales a todos, hasta a los que en un tiempo se llamaron los amos”.
Cristóbal León Campos / Especial para CON NUESTRA AMÉRICA
Desde Yucatán, México
Desde Yucatán, México
El espíritu de reforma social que trajo consigo la Revolución fomentó, en Yucatán, discusiones sobre el rumbo que debía tomar la educación, y estas inquietudes crearon el ambiente propicio para celebrar el Primer Congreso Pedagógico en 1915 bajo el gobierno de Salvador Alvarado, en el que participaron poco más de 2,000 maestros, y en el que destacaron dos temas por su importancia y por la polémica que levantaron: la educación mixta o coeducación de los sexos, y la educación racionalista.
Discutida en el Primer Congreso Pedagógico, la Escuela Racionalista significó un acontecimiento político y educativo, no sólo en Yucatán, sino más allá de sus fronteras. Fue impulsada por José de la Luz Mena y Alcocer y respaldada por un grupo de profesores, como Agustín Franco Villanueva, Edmundo Bolio Ontiveros, Vicente Gamboa Araujo, Iván Menéndez Mena, Ramón Fernández y José G. Mena Alcocer.
La labor de propagandista de la Escuela Racionalista la inicio José de la Luz Mena antes de la llegada de Alvarado. En la “Revista de Yucatán” pueden encontrarse testimonios de los trabajos realizados por José de la Luz Mena en el Instituto Literario, quien en esas prácticas pedagógicas puso a prueba varios de los planteamientos que después conformarían el cuerpo teórico de la Escuela Racionalista.
En su escrito “Postulados pedagógicos de la Escuela Racionalista” publicado en 1915, rompe con la escuela tradicional en todos sus aspectos. Expresa la idea de que debe existir otra forma de aprendizaje, lejos de un sistema obsoleto, con prácticas rudimentarias y muchas veces empíricas. Propone que la educación de la infancia debe fundamentarse sobre una base científica y racional, plantea que la educación debe procurar un desarrollo libre y placentero de todas las manifestaciones de conocimiento, facilitando el desarrollo de seres humanos libres.
Oriundo de Izamal, José de la Luz Mena nació el 2 de marzo de 1883. Realizó sus estudios en la Escuela Perseverancia bajo la dirección de sus padres, y los concluyó en la Escuela Normal de Profesores de la que recibió el título de Profesor de Educación Primaria. Fue catedrático del Instituto Literario del Estado, y fiel servidor durante los gobiernos de Salvador Alvarado y Felipe Carrillo Puerto.
En 1916 publicó “De las tablillas de lodo a las ecuaciones de primer grado”, un libro innovador en el pensamiento pedagógico de la época. En 1917 fundó, al lado de sus alumnos, la revista “Oriente” como órgano de difusión de la primera Escuela Racionalista en Yucatán, ubicada en el suburbio de Chuminópolis de la ciudad de Mérida. En 1918 ayudó a la fundación de la Liga de Profesores del Estado, además, formó parte del Consejo de la Universidad Nacional del Sureste. De marzo de 1922 a enero de 1923 ocupó el cargo de Jefe del Departamento de Educación Pública. Su pasión por el camino de las reivindicaciones sociales, llevó a José de la Luz Mena a ser presidente del Partido Socialista del Sureste, y diputado local y federal.
En su ensayo “Educar Trabajando. Método Funcional y evolutivo”, escrito en 1917, sostenía que la educación racionalista se basaba en cinco principales medios: “El primero: la granja, que comprendía todo lo relacionado con la agricultura, principalmente floricultura, arboricultura, avicultura y establo. El segundo, los talleres de artes plásticas (alfarería, cerámica, moldeado y modelado); gráficas (pintura decorativa, dibujo natural y aplicado, pirograbado, litografía, fotografía, fotograbado, imprenta y rayado); mecánicas (encuadernación, talabartería, zapatería, carpintería, hojalatería, herrería y plomería); domésticas (lavado, planchado, cocina, repostería, elaboración de pan de maíz y de harina; tejidos, bordados, modas, sastrería y peinado) y bellas artes (pintura, canto, música y teatro). El tercero: la fábrica, donde chicos y chicas podrían elaborar juguetes, cestos, hamacas, artefactos de henequén y de huano, aceites, jabones, bujías, perfumería y tejidos. El cuarto: el laboratorio de Química, para la investigación y análisis de los cuerpos y perfeccionamiento de las industrias y creación de otras nuevas, con su Gabinete de Física, Departamentos de Electricidad, telegrafía, plateado y dorado; y El quinto: la vida, es decir, el permanente contacto con la realidad de su entorno a través de juegos deportivos, conferencias, representaciones, intercambio de experiencias e ideas con otras escuelas, organizaciones, profesionales, obreros, artesanos, etc.”
En 1918, se llevó a cabo en Motul el Primer Congreso Obrero Socialista; en el cual se discutió acerca de la educación, se dijo que la nueva educación se basaría en la libertad, la ciencia y la coeducación; se preparó el establecimiento de la Escuela Racionalista. Mena expuso lo que había logrado en la escuela de Chuminópolis, calificada como “la mejor escuela del mundo”, que tendía a la perfección del ser humano a través del trabajo libre en grupo. El carácter radical de esta escuela se manifiesta en las palabras de su fundador: “Al capitalista no puede convenirle que esta clase de escuelas se desarrollen, porque ellos —los capitalistas— saben que cuando los hombres sean más conscientes, ya no querrán trabajar para ellos, sino que sabrán disfrutar del precio de su trabajo, y esto no es para hacer superiores a nadie, sino para hacer iguales a todos, hasta a los que en un tiempo se llamaron los amos”.
La enseñanza que impartiría el gobierno -según el profesor Mena- debía ser nacional, gratuita, anti-clerical, y obligatoria; basada en la práctica y la experimentación, complementada con educación moral, estética y física para que fuera realmente integral.
El gobernador socialista Felipe Carrillo Puerto apoyó a la Escuela Racionalista e, insistentemente, motivaba a los yucatecos reforzando el papel liberador de la educación. Promulgó la Ley de Enseñanza Racionalista, medida que estableció la Escuela Racionalista en todo el estado. Al ser asesinado Carrillo Puerto, la Escuela Racionalista perdió fuerza. Sin embargo, el profesor Mena siguió aportando sus ideas para la organización de la renovación educativa.
En su escrito “¡Sólo la Escuela Racionalista educa!”, publicado en 1930, establece que cada época tenía que crear la escuela que mejor le correspondiera, así, en su época, que se “caracteriza por la creciente e incontenible lucha de clases; la escuela y el maestro deben tomar su puesto en ella, ya que, como asalariado, el maestro pertenece a la clase proletaria”. La escuela, que en sus contenidos debía rechazar cualquier explicación religiosa y dualista, e involucrar al alumno en el todo social, no sería un escenario artificial sino un elemento de preparación para apoyar el cambio de la transformación social.
Entre las obras de José de la Luz Mena resaltan también sus libros “Educación Racionalista. Doctrina y Método”; y “La Escuela Socialista. Su desorientación y fracaso”. El ilustre profesor falleció el 13 de enero de 1946 en la ciudad de México. Nunca dejó de luchar por conquistar su sueño de extender la enseñanza racionalista por toda la república.
*El autor es historiador mexicano egresado de la Universidad Autónoma de Yucatán. Colabora en periódicos, revistas y páginas web a nivel local, nacional e internacional.
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