Latinoamérica, ahora
con un listado ampliado de países, seguirá siendo el epicentro de las luchas
políticas en el mundo, donde se decide la disputa central de nuestro tiempo,
entre neoliberalismo y antineoliberalismo.
Emir Sader / ALAI
Después de haber
protagonizado algunos de los fenómenos históricos más importantes del siglo XX,
Latinoamérica ha sufrido una dura ofensiva de parte del capitalismo global en
su contra en las últimas décadas del siglo pasado. La crisis de la deuda ha
cerrado el - hasta aquel momento - más largo ciclo de crecimiento de nuestras
economías, iniciado en los años 1930. Dictaduras militares en algunos de los
países políticamente más importantes del continente – Brasil, Uruguay, Chile,
Argentina – han golpeado duramente a las democracias y a las fuerzas populares
de esos países. Latinoamérica ha sido el continente que ha tenido la mayor
cantidad de gobiernos neoliberales y en sus modalidades más radicales.
Es como reacción a todo
ello que Latinoamérica se ha proyectado como la única región del mundo que ha
tenido gobiernos antineoliberales, - en Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela,
Bolivia, Ecuador - coordinados entre si en procesos de integración regional.
Han sido los únicos gobiernos en el mundo que han disminuido las desigualdades,
la exclusión social, el hambre, la miseria y la pobreza, a contramano de las
tendencias globales.
Latinoamérica ha
proyectado no solamente un modelo eficiente de combate y superación del
neoliberalismo, con desarrollo económico y distribución de renta, que ha
proyectado paralelamente a los grandes líderes de la izquierda en escala
mundial: Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Hugo Chávez, Pepe Mujica, Evo
Morales, Rafael Correa, López Obrador. La izquierda del siglo XXI es
antineoliberal y tiene en Latinoamérica su epicentro.
Aún después de que la
derecha, coordinada internacionalmente, ha retomado la ofensiva, derrotando a
gobiernos progresistas en países como Argentina, Brasil, Ecuador y Uruguay,
continúa la disputa protagonizada por fuerzas neoliberales y anti neoliberales,
democráticas y antidemocráticas, de soberanía nacional y subordinadas a los EEUU.
Argentina ha demostrado
la capacidad de resistencia a políticas devastadoras de parte del gobierno
neoliberal de Mauricio Macri, lo ha derrotado y ha retomado la vida de
reconstrucción económica, social, política y cultural del país. México avanza
en la vía se superación de tantos y tan desintegradores gobiernos neoliberales.
En Brasil, después de
la monstruosa operación que ha sacado a Dilma Rousseff del gobierno y ha
condenado a Lula, ambos sin pruebas, y ha elegido, por mecanismos de manipulación
absolutamente ilegales, a un gobierno vergonzoso, la oposición se reorganiza y
reaparece como alternativa. La liberación de Lula lo ubica como centro de la
oposición democrática al gobierno y proyecta la perspectiva de una victoria
electoral similar a la argentina.
En Ecuador el gobierno
de restauración neoliberal no logra ningún apoyo, proyectando una perspectiva
de retomar la alternativa antineoliberal. En Uruguay la derrota del Frente
Amplio cambia el escenario político, pero no cambia el enfrentamiento central
de nuestro tiempo, entre neoliberalismo y anti neoliberalismo, y propicia las
posibilidades de que el Frente Amplio se recupere, se reafirme como alternativa
y dispute de nuevo el gobierno.
Bolivia es otro caso
paradigmático, que afirma que la izquierda no es solo alternativa al
neoliberalismo sino también, como en el caso brasileño, es alternativa
democrática. El gobierno de Evo Morales fue interrumpido por un golpe, con
clara participación de las FFAA, la policía, los medios y el gran empresariado.
Sin alternativa, la derecha busca constituir un nuevo bloque de fuerzas, sin
apoyo popular, valiéndose del Poder Judicial para perseguir a los opositores,
sobre todo contra Evo y Álvaro García Linera. Pero, aun así, la izquierda sigue
como la alternativa que puede hacer con que Bolivia salga de la crisis de forma
democrática y con un gobierno de nuevo legítimo.
La primera década del
siglo estuvo marcada por los gobiernos antineoliberales en América Latina. La
segunda, por la ofensiva de derecha, no solo aquí, sino también en EEUU, Gran
Bretaña y en otros países. La tercera década será de disputa cerrada en escala
mundial, con la ascensión incontenible de China, en su alianza con Rusia, la
recomposición de las fuerzas antineoliberales en América Latina, contando ahora
con movimientos populares refortalecidos en Chile, Colombia, Ecuador, con la
consolidación de gobiernos como los de México y Argentina, la fuerte disputa en
Brasil entre el gobierno actual y la oposición, bajo el liderazgo de Lula.
Latinoamérica, ahora con un listado ampliado de países, seguirá siendo el
epicentro de las luchas políticas en el mundo, donde se decide la disputa
central de nuestro tiempo, entre neoliberalismo y antineoliberalismo.
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