Monreal
tiene todo lo que necesita tener un político de gran calibre. El problema que
advierto en él es que su verdadera consistencia, la estrella que lo guía, es
sobre todo su apetito personal de poder. Ciertamente está en la naturaleza de
todos aquellos que participan en política, la búsqueda del poder. El asunto es
si el poder es un fin o como lo ha pregonado Andrés Manuel, es ante todo un
medio.
Carlos
Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde
Puebla, México
Fieles
a la tradición de la izquierda de perder de vista al adversario principal, los
partidarios de que Bertha Luján sea la próxima presidenta nacional de Morena,
han concentrado su discurso de odio contra Yeidckol Polevnsky y han logrado
implantar en amplios sectores la satanización de la actual presidenta en funciones
de Morena. De la misma manera como lo hacen el ahora Subcomandante Galeano y
sus seguidores, quienes tienen enfiladas todas sus baterías contra Andrés
Manuel López Obrador, olvidando (o prefiriendo) a los grandes y perversos
actores neoliberales, en la contienda interna este sector del partido considera
a Yeidckol la fuente de todos los males que sufre o podría sufrir Morena. En
una notable miopía olvidan a un actor que con maestría mueve sus piezas con
miras a ser el candidato presidencial de la 4T en 2024: Ricardo Monreal.
Desde
hace algún tiempo he pensado que Monreal es uno de los políticos más talentosos
y hábiles en el actual panorama político nacional. Lo considero superior a
Rafael Moreno Valle, porque en mi percepción al fallecido exgobernador de
Puebla le ganaban su temperamento y accesos atrabiliarios. Advierto en Monreal
a un cerebral y frío jugador de ajedrez, gran operador y tejedor, concertador
de voluntades y capaz de las alianzas más insólitas. Además es un gran tribuno,
cualidad que le advertí desde su época de priísta cuando era beligerante y
hasta vociferante en sus ataques contra los representantes perredistas. En
suma, Monreal tiene todo lo que necesita
tener un político de gran calibre. El problema que advierto en él es que su
verdadera consistencia, la estrella que lo guía, es sobre todo su apetito
personal de poder. Ciertamente está en la naturaleza de todos aquellos que
participan en política, la búsqueda del poder. El asunto es si el poder es un
fin o como lo ha pregonado Andrés Manuel, es ante todo un medio. Sostengo que
para Monreal el poder es un fin.
Recuerdo
cómo en agosto de 2017, después de decir que aceptaría los resultados de la
encuesta interna de Morena para determinar la candidatura a la jefatura de
gobierno de la Ciudad de México, terminó cuestionándola cuando no le resultó
favorable. Coqueteó con la idea de ser candidato de la alianza del PAN y PRD,
evidenciando que Morena no le importaba mucho. Escribió un artículo sobre las
bondades que en varios países habían tenido las alianzas entre derecha e
izquierda. Pero era tarde para que fuera candidato de la referida alianza pues
ya estaba cristalizado el acuerdo de Anaya (PAN) para la Presidencia y Barrales
(PRD) para la jefatura de gobierno. Sólo entonces, no le quedó más que aceptar
la mano tendida de López Obrador, quien además lo que menos quería era un
factor de división que pusiera en peligro el triunfo que ya se avizoraba.
Hay
otros hechos que también me han llamado la atención. En el contexto del
conflicto poselectoral en Puebla del segundo semestre de 2018 mucho se especuló
sobre su alianza con Moreno Valle y el papel que podría haber jugado en la
resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a
favor de que Martha Erika Alonso fuera
declarada vencedora en unas elecciones fraudulentas. Su iniciativa en marzo de
2019 de regular las comisiones bancarias en México (por cierto leoninas), armó tal revuelo que lo único que se
consiguió fue que el Presidente dijera que tales comisiones permanecerían
inalterables hasta 2021. Contrariamente a ese radicalismo, en diciembre de 2019
Monreal maniobró para que no fuera
aprobada la regulación del Outsourcing (la forma más despiadada de explotación laboral)
que previamente había sido aprobada por las comisiones unidas de Trabajo y
Previsión Social, de Estudios legislativos y Segunda del Senado. Monreal pidió
que el dictamen de tales iniciativas fuera analizada en enero de 2020 en el
“Parlamento Abierto”. Volviendo a marzo
de 2019, Monreal alentó a Alejandro Armenta para que jugara un papel disruptivo
en la campaña electoral para la gubernatura en Puebla de Luis Miguel Barbosa.
Armenta y sus recursos ante el TEPJF, en un momento amenazaron con descarrilar
la campaña de Barbosa. Luego Monreal apareció como el gran conciliador entre
Barbosa y Armenta, dándole solución al problema que él mismo había fabricado.
En
agosto de 2019, el senador zacatecano armó una estrategia para arrebatarle a
Martí Batres la reelección en la presidencia del Senado. Hizo votar a la
bancada del Partido Encuentro Social (PES) en una elección que solamente le
correspondía participar a los integrantes de la bancada de Morena. Nuevamente
vimos su capacidad de hacer alianzas, porque al menos una parte de la bancada
del PES que votó a favor de Mónica Fernández, era gente afecta a Gabriel García
el anterior Secretario de Organización de Morena (la mano que mueve la cuna
detrás de la candidatura de Luján). Probablemente un sector de los partidarios
de Luján creen que pueden usar a Monreal para liquidar a Polevnsky. Olvidan que
Monreal es un avezado estratega por lo que
a este sector le puede suceder lo
que al aprendiz de brujo. En diciembre de 2019, Monreal apareció como gran
defensor de la senadora Lily Téllez cuando la Comisión Nacional de Honestidad y
Justicia (probablemente excediéndose en sus funciones) separó a la referida
senadora por defender posturas ajenas a las que ha postulado Morena: contra el matrimonio igualitario, contra la interrupción voluntaria del embarazo
y repitiendo el discurso reaccionario contra Venezuela.
Como
cereza en el pastel agregaría el papel que ha jugado durante 2019 y que jugará en este año Alejandro Rojas Díaz
Durán, el suplente de Monreal en el Senado. Rojas ha defendido una apertura total
en el proceso de renovación de la dirigencia de Morena, además de que al igual
que Lily Tellez, repite un discurso reaccionario. Y ha dirigido su artillería
contra Yeidckol Polevnsky y también contra Bertha Luján. No sería raro que una
de las estrategias de Monreal sea lograr colocar como Presidente/a de Morena a
un tercero en discordia además de articular simpatías con otros partidos en
aras de ser el candidato en 2024. Deseo equivocarme, pero pienso que si esto
sucede, la 4T entraría en su Termidor (el desvanecimiento de su fuerza
transformadora). De la misma manera que le sucedió a la revolución mexicana,
cuando el sucesor de Lázaro Cárdenas no
fue Francisco J. Mújica sino Manuel Ávila Camacho. Ojalá que a los
que no queremos esto, nos caiga el veinte.
1 comentario:
Sr. Carlos con respecto a su comentario, donde dice: "De la misma manera como lo hacen el ahora Subcomandante Galeano y sus seguidores, quienes tienen enfiladas todas sus baterías contra Andrés Manuel López Obrador, olvidando (o prefiriendo) a los grandes y perversos actores neoliberales"; me hace pensar que no es un buen periodista que maneja datos estadístico y análisis de la realidad de México.
Pues, ha de saber que en las redes sociales los que tienen el poder para ataques cibernéticos están en apoyo a Obrador, hay redes de bots que a cualquier comentario contra Obrador es atacado por cientos de ellos.
Por otro lado, si fuera buen periodista, revisaria, por lo menos lo de un año, de publicaciones, foros y eventos que han realizado los zapatistas en contra del neoliberalismo.
No me haga pensar que usted podría ser un bot o un chairo o un chayotero.
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