El nuevo periodo de
dirigencia mexicana de la CELAC abre grandes expectativas para todas las
partes.
Cristóbal León Campos / Especial para Con Nuestra América
Desde Mérida, Yucatán.
México.
México asumió la
presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en
un contexto mundial por demás complejo, en las últimas semanas las tensiones
políticas han conducido a acciones bélicas en el Medio Oriente, debido a la
empeñada actitud imperialista de los Estados Unidos que pone al orbe en una
nueva crisis, además de las ya conocidas acciones de injerencia y/o agresión a
países como Venezuela, Cuba, Bolivia, Chile, Colombia, Haití, Ecuador y Brasil.
En ese contexto y mucho
más la figura de México da luz en el sendero de la integración latinoamericana
y caribeña que había sido desvirtuado por el avance de la ultraderecha y el
neofascismo, pues el pasado 8 de enero, con presencia de la mayoría de los
países de la región, exceptuando a Brasil y Bolivia, inició el periodo de
dirigencia mexicana de la CELAC, que fuera fundada en el 2011, con el deseo de
hacer realidad los ideales integradores de unidad y solidaridad que plantearan
José Martí y Simón Bolívar desde el siglo XIX. El papel directivo de México
será central para reorientar y revitalizar las acciones de la CELAC, cuya
congelación fue una de las estrategias imperialistas después de la muerte de
los comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro, ahora, el gobierno mexicano ha
marcado nuevas pautas retomando la esencia del respeto al derecho
internacional, la no intervención y la colaboración por el bien de la región,
esto lo ha demostrado con su postura frente a la agresiones contra Venezuela,
el asilo a Evo Morales y el rechazo al gobierno de facto impuesto tras el golpe
de Estado en Bolivia, además, de que libra su propia batalla contra los deseos
de dominación de los Estados Unidos, la presidencia de México se asume como una
esperanza y con el deseo de reactivar los esfuerzos comunes.
El reto no es menor,
hacer uso de la diplomacia de manera estratégica será una de las herramientas
principales, la clara diferencia ideológica entre gobiernos es un factor
complejo, y más en el marco de las ya mencionadas acciones imperialistas a las
que muchos gobernantes regionales se someten sin cuestionamiento. Como primer
paso, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, presentó en la reunión una
propuesta con catorce puntos enfocados a lograr la integración y la
colaboración mutua:1) Cooperación en espacio y aeronáutica; 2) Gestión integral
de riesgos por desastres; 3) Ciencia y Tecnología para las sociedadess/STS-1er
encuentro CELAC innovación; 4) Primer encuentro CELAC de Rectores; 5) Compras
consolidadas en común; 6) Monitoreo sobre la resistencia a antimicrobianos; 7)
Metodología CELAC contra la corrupción; 8) Foro Ministerial CELAC-China; 9)
Agenda AGONU; 10) Órgano de gobernabilidad; 11) Premio CELAC contra la
desigualdad y la pobreza; 12) Concertación política regional e intervenciones
conjuntas en los foros multilaterales; 13) Gestión sustentable de los recursos
oceánicos; 14) Acción Turística Común.
Al término de la
primera reunión, el canciller mexicano, Marcelo Erbrad, dijo: “Ha sido una
reunión cordial, respetuosa y centrada primordialmente en estos elementos que
acabo de referir. Para México es muy importante, es un compromiso de muy alto
nivel para la SRE y le vamos a dedicar todo el tiempo y el esfuerzo para tener
los resultados que se merecen nuestras sociedades, nuestros pueblos”. Puede
notarse la intensión subrayada de la dirigencia mexicana por priorizar el
trabajo colaborativo para el desarrollo más allá de las diferencias ideológicas
tan marcadas en la región, esto, puede ser una gran logro o una gran
auto-trampa, el espíritu presente es la conformación de un bloque regional
fuerte que pueda desarrollar la integración basada en la consciente acción
conjunta. El nuevo periodo de dirigencia abre grandes expectativas para todas
las partes. Confiamos que estos puntos puedan ser puentes de unificación e
integración para contrarrestar la desfavorable injerencia imperialista
estadounidense, los pueblos latinoamericanos y caribeños tienen en la historia
el vínculo de su porvenir, sea esta nueva etapa de la CELAC la materialización
del sueño unitario de real integración de nuestra naciones hermanas.
El autor es integrante
del Colectivo Disyuntivas
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