A lo que los Halcones norteamericanos y los tránsfugas latinoamericanos le temen es a que el pueblo norteamericano, usualmente tan mal informado y tan terriblemente manipulado ideológica y políticamente, vea la verdad.
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La idea de José Martí que trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras ha validado su vigencia en estos últimos días cuando, a raíz de un regalo que le hiciera el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, al presidente de los Estados Unidos de América, Barak Obama, se desatara en este último país una verdadera histeria que pregona que un gran peligro se cierne sobre ellos.
No se trata, claro está, de que el venezolano le diera al norteamericano algún obsequio que contuviera un virus mortal escondido, la gripe porcina por ejemplo, que haga peligrar la vida del mismo presidente o de algunos de sus compatriotas. Se trata de un arma mortal de la que los antiguos colaboradores del ex-presidente Bush, los Halcones del Congreso y los Think Tank republicanos huyen como de la peste: las ideas.
En efecto, lo que Chávez le regaló a Obama fue un libro, Las venas abiertas de América Latina que, al parecer, consideran que puede poner en riesgo la seguridad norteamericana al inocular ideas subversivas y mentirosas que un autor “muy desconocido y ultraizquierdista” sudamericano ha pergeñado sin ningún escrúpulo. Las aseveraciones anteriores son del señor Otto Reich, ex-embajador en Venezuela, alto funcionario diplomático en los gobiernos de Ronald Reagan y de ambos Bush y ex asesor sobre temas de América Latina para la campaña presidencial de John McCain.
Desde Miami, capital del exilio de la derecha latinoamericana, el inspirado Andrés Oppenheimer, “especialista” asiduamente consultado por CNN en español para cuanto acontecimiento político relevante ocurre en nuestras tierras, en su columna del Miami Herald opina que haberle regalado ese pasquín al presidente Obama es un insulto equivalente a que alguien le hubiera regalado Mein Kampf, de Adolf Hitler, a un presidente de Israel. Para Oppenheimer, el libro de Eduardo Galeano tiene como idea central y axiomática que la pobreza latinoamericana es causada, en buena medida, por las relaciones asimétricas existentes entre Estados Unidos y América Latina, lo cual constituye un verdadero insulto que solo la ingenuidad política del flamante presidente norteamericano puede aceptar.
Lo peor de lo peor de todo esto, dice Reich, es que el libro en cuestión ha alcanzado altos volúmenes de venta, según lo consigna el sitio web Amazon, lo cual seguramente significará, debe pensar don Otto, que mucha gente lo está leyendo, es decir, que están inoculándose con el virus de las ideas subversivas de ese autor “muy desconocido”, lo cual es peor que contraer el de la gripe porcina que, al fin y al cabo, lo único que eventualmente puede hacer es matarlo a uno, pero no transformarlo en un representante del mal sobre la tierra.
Por su parte, el señor Newt Gingrich, ex-presidente republicano de la Cámara de Representantes, considera que haber recibido el libro y haberle dado la mano al presidente venezolano constituye una muestra de debilidad que puede enviar el mensaje que el presidente norteamericano es débil o “que no defenderá de manera agresiva los intereses estadunidenses”. Esta claro que el señor Gingrich no se ha leído el libro de marras porque en él, si una cosa queda clara, es que los Estados Unidos han respondido siempre de forma agresiva, inclusive violenta, siempre que han considerado que sus intereses, de cualquier tipo, ha estado en peligro en Nuestra América. Quien quiera complementar lo consignado por Eduardo Galeano en Las venas abiertas de América Latina, lea por favor el libro de Luis Suárez Salazar, Las relaciones interamericanas: continuidades y cambios (que puede ser consultado de forma íntegra en Con Nuestra América), en donde hay un (largo) listado de los lugares y las fechas en las que la potencia del Norte ha intervenido militarmente aquí.
A lo que los Halcones norteamericanos y los tránsfugas latinoamericanos le temen es a que el pueblo norteamericano, usualmente tan mal informado y tan terriblemente manipulado ideológica y políticamente, vea la verdad. A que tenga acceso a ideas, argumentos y datos que le hagan ver el papel que su país ha tenido que jugar para ser la gran superpotencia que es hoy.
¿Cambiará eso en algo la actitud de los norteamericanos hacia la elite gobernante de su país? ¿Supondrá tal conocimiento un cambio en su comportamiento político en tal medida que implique modificaciones de la postura de su gobierno para con nuestra región? No lo sabemos. En todo caso, que sean ellos los que decidan, con conocimiento de causa y no por ignorancia, que parece que es la situación que más le conviene a quienes hoy se rasgan las vestiduras porque un libro circule hoy más que antes.
No se trata, claro está, de que el venezolano le diera al norteamericano algún obsequio que contuviera un virus mortal escondido, la gripe porcina por ejemplo, que haga peligrar la vida del mismo presidente o de algunos de sus compatriotas. Se trata de un arma mortal de la que los antiguos colaboradores del ex-presidente Bush, los Halcones del Congreso y los Think Tank republicanos huyen como de la peste: las ideas.
En efecto, lo que Chávez le regaló a Obama fue un libro, Las venas abiertas de América Latina que, al parecer, consideran que puede poner en riesgo la seguridad norteamericana al inocular ideas subversivas y mentirosas que un autor “muy desconocido y ultraizquierdista” sudamericano ha pergeñado sin ningún escrúpulo. Las aseveraciones anteriores son del señor Otto Reich, ex-embajador en Venezuela, alto funcionario diplomático en los gobiernos de Ronald Reagan y de ambos Bush y ex asesor sobre temas de América Latina para la campaña presidencial de John McCain.
Desde Miami, capital del exilio de la derecha latinoamericana, el inspirado Andrés Oppenheimer, “especialista” asiduamente consultado por CNN en español para cuanto acontecimiento político relevante ocurre en nuestras tierras, en su columna del Miami Herald opina que haberle regalado ese pasquín al presidente Obama es un insulto equivalente a que alguien le hubiera regalado Mein Kampf, de Adolf Hitler, a un presidente de Israel. Para Oppenheimer, el libro de Eduardo Galeano tiene como idea central y axiomática que la pobreza latinoamericana es causada, en buena medida, por las relaciones asimétricas existentes entre Estados Unidos y América Latina, lo cual constituye un verdadero insulto que solo la ingenuidad política del flamante presidente norteamericano puede aceptar.
Lo peor de lo peor de todo esto, dice Reich, es que el libro en cuestión ha alcanzado altos volúmenes de venta, según lo consigna el sitio web Amazon, lo cual seguramente significará, debe pensar don Otto, que mucha gente lo está leyendo, es decir, que están inoculándose con el virus de las ideas subversivas de ese autor “muy desconocido”, lo cual es peor que contraer el de la gripe porcina que, al fin y al cabo, lo único que eventualmente puede hacer es matarlo a uno, pero no transformarlo en un representante del mal sobre la tierra.
Por su parte, el señor Newt Gingrich, ex-presidente republicano de la Cámara de Representantes, considera que haber recibido el libro y haberle dado la mano al presidente venezolano constituye una muestra de debilidad que puede enviar el mensaje que el presidente norteamericano es débil o “que no defenderá de manera agresiva los intereses estadunidenses”. Esta claro que el señor Gingrich no se ha leído el libro de marras porque en él, si una cosa queda clara, es que los Estados Unidos han respondido siempre de forma agresiva, inclusive violenta, siempre que han considerado que sus intereses, de cualquier tipo, ha estado en peligro en Nuestra América. Quien quiera complementar lo consignado por Eduardo Galeano en Las venas abiertas de América Latina, lea por favor el libro de Luis Suárez Salazar, Las relaciones interamericanas: continuidades y cambios (que puede ser consultado de forma íntegra en Con Nuestra América), en donde hay un (largo) listado de los lugares y las fechas en las que la potencia del Norte ha intervenido militarmente aquí.
A lo que los Halcones norteamericanos y los tránsfugas latinoamericanos le temen es a que el pueblo norteamericano, usualmente tan mal informado y tan terriblemente manipulado ideológica y políticamente, vea la verdad. A que tenga acceso a ideas, argumentos y datos que le hagan ver el papel que su país ha tenido que jugar para ser la gran superpotencia que es hoy.
¿Cambiará eso en algo la actitud de los norteamericanos hacia la elite gobernante de su país? ¿Supondrá tal conocimiento un cambio en su comportamiento político en tal medida que implique modificaciones de la postura de su gobierno para con nuestra región? No lo sabemos. En todo caso, que sean ellos los que decidan, con conocimiento de causa y no por ignorancia, que parece que es la situación que más le conviene a quienes hoy se rasgan las vestiduras porque un libro circule hoy más que antes.
1 comentario:
En el universo de la tolerancia imaginaria de los pensadores de think tank, de políticos republicanos y de ideologos mass-mediaticos como el mencionado en el texto no hay nada más peligroso que una idea subversiva y cuanto peor si está descubre de forma consistente la lógica de explotación y sometimiento de EUA hacia América Latina como expone Galeano
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