La República Popular China, que se afianza como segunda potencia mundial, dirige sus principales negocios a la explotación de recursos naturales en América Latina.
Agustina Villalba / Agencia Periodística de América del Sur
Las inversiones chinas en América Latina crecen a un ritmo vertiginoso. El denominado “Consenso de Beijing” se diferencia estructuralmente del neoliberal “Consenso de Washington”, aunque los resultados podrían no ser tan disímiles dado que los recursos naturales de la región siguen en la mira.
La consolidación de la República Popular China como segunda potencia económica mundial no es novedad. El acelerado crecimiento económico, impulsado por un artificial bajo valor de la moneda nacional para apoyar las exportaciones, generó la mayor reserva de divisas del mundo. El momento de la inversión llegó de manera paulatina en los últimos diez años: primero fue África y ahora América Latina se suma a la lista.
El “modelo chino” o “Consenso de Beijing”, término acuñado por el escritor y analista Joshua Cooper Ramo, impulsa una propuesta de desarrollo diferente para los países del tercer mundo en momentos en que el modelo neoliberal parece haber quedado atrás en muchos países latinoamericanos. Lea el artículo completo aquí…
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