La oportunidad para profundizar y recrear el socialismo cubano es a la vez momento de fragilidad y de fortaleza, dependiendo de la inteligencia descolonizadora y emancipadora con la que se lleven adelante los cambios.
Ana Esther Ceceña / ALAI
Los grandes poderes mundiales concentrados en Estados Unidos han emprendido una cruzada de recuperación, aseguramiento y transformación de sus posiciones en el planeta, empezando por las que permiten la actualización monroísta en América.
El despliegue de fuerzas sobre el gran Caribe como anclaje y zona de amortiguamiento a la manera de escudo de protección, ha seguido un trazado cuidadoso con dos rutas simultáneas, de penetración y envoltura.
Un avance por los ríos profundos ha llevado al establecimiento de redes capilares que lo mismo descosen y reafirman fronteras que abren nuevas vías en barrios y selvas. Rompen tejidos comunitarios preestablecidos y recomponen vínculos a través de nuevos campos de complicidad sustentados en una combinación de narcotráfico, narcoadicción, violencia, impunidad y paramilitarización. Lea el artículo completo aquí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario