A lo largo de los últimos 25 años, se instaló y consolidó en amplios sectores sociales medios y populares una mentalidad individualista y consumista. Es un proceso que responde a una estrategia de largo aliento impulsada por los dueños del poder para estabilizar y proyectar indefinidamente el sistema de dominación.
Manuel Hidalgo V. / Desde Chile
Agradecemos el envío de este artículo al señor Guillermo Meléndez, del Departamento Ecuménico de Investigación (DEI) y coordinador regional de Amerindia Centro América.
El mecanismo más poderoso de dominación que opera en Chile para mantener el orden de cosas imperante es el endeudamiento.
A través del crédito de consumo, que se ha extendido a los más amplios sectores de la población –incluyendo a los de menores ingresos-, se ha terminado de consolidar un cerco material y subjetivo que al mismo tiempo que permite a las personas el acceso inmediato a los bienes y servicios que los medios de comunicación y la cultura prevaleciente les presentan como necesarios para estar integradas en la sociedad, las comprometen a años de trabajo en condiciones de sobreexplotación como único camino para generar los ingresos que les permitan saldar sus deudas.
¿Cómo y cuándo se instaló esta cultura individualista, consumista, en Chile? Lea el artículo completo aquí…
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