Está en manos del kirchnerismo tomar la decisión de revertir el resultado. Lo que se necesita es no bajar los brazos y responder a la soberbia de la derecha con un contraataque que movilice las fuerzas sociales, potencialmente más fuertes y numerosas, de la clase trabajadora y demás sectores progresistas de la ciudad de Buenos Aires.
Fernando Buen Abad Domínguez/ ADITAL
En la primera vuelta de las elecciones a Jefe de Gobierno de la Capital el candidato de la derecha, Mauricio Macri, consiguió el 47% de los votos. El candidato del kirchnerismo, Daniel Filmus, obtuvo el 27,8% y pasará a la segunda vuelta, la no haber obtenido Macri el 50% de los votos. Pino Solanas, de Proyecto Sur quedó en tercer lugar con el 12,8% de los votos.
Sumados los votos de todas las fuerzas de derecha o burguesas (PRO, UCR, Coalición Cívica, López Murphy, y otras) dan alrededor del 54% y los votos de las opciones que abarcan el espacio de centroizquierda hasta la izquierda dan el 46% restante. A lo antedicho hay que añadir que hubo un nivel de abstención a tener en cuenta, del 27% que, si se revirtiera de forma importante en la segunda vuelta podría decidir parte del resultado.
Según los resultados, pareciera que cualquier cosa que hubiera hecho o dicho Filmus a lo largo de la campaña no habría cambiado sustancialmente el resultado. Pero esto no es cierto. Esta conclusión tiende a subvalorar el proceso dinámico de la conciencia política de las masas trabajadoras y de los sectores bajos de la pequeña burguesía, y peca de fatalismo. En primer lugar, hay una contradicción a explicar: si la imagen de valoración positiva de la presidente Cristina Fernández en la supuesta sociedad gorila porteña es del 53%, según el diario de derecha La Nación, con una intención de voto manifiesta del 38%, ¿cómo puede explicarse el 27,8% conseguido por Daniel Filmus? Lea el artículo completo aquí…
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