No se puede seguir creyendo que el Perú es una hacienda llena de chacras y minas, a la cual hay que seguir explotando dándole dadivas a sus propietarios y enriqueciendo acaudaladas familias que no se cansan de repartirse el botín de lo acumulado entre sus herederos y herederas. Confiamos que la administración del Presidente Electo Moisés Ollanta Humala Tasso dé inicio a un proceso de reivindicación de los valores desfigurados de un Perú de “Todas las sangres”.
José Toledo Alcalde / Especial para Con Nuestra América
(Fotografía: instalación del Cristo del Pacífico, en Lima)
Ad portas de cerrar el quinquenio gubernamental del Partido Aprista Peruano - representados por Alán García Pérez - sucede un particular suceso que lo asemejamos con lo sucedido en el gobierno militar del general Francisco Morales Bermúdez Cerruti el 19 de Julio de 1980. A solo 9 días del término del gobierno militar del general Morales Bermúdez (28 de Julio de 1980) - dando pase al gobierno democrático del arquitecto Fernando Belaunde Terry - el gobierno firma el “Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú” (concordato). Pacto en beneficio del Estado de Vaticano en favor de su institución religiosa: La “Iglesia Católica”. Este lamentable suceso es la instalación del denominado Cristo del Pacífico, de 37 metros de altura (US$ 833,437 dólares), construido en el Morro Solar en el Distrito de Chorrillos en la ciudad de Lima-Perú. Lo inverosímil es que se da en medio de un contexto en donde los asentamientos humanos y los niveles de desempleo, pobreza y marginalidad para nada reflejan los índices de crecimiento económico que ostentan las macro cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Pero, qué relación existe entre el “Acuerdo entre la Santa Sede y La República del Perú” (Concordato), la libertad Religiosa (Ley N° 29635) y el Cristo del Pacífico de Alán García Pérez. Una primera variable es que en las tres situaciones la institución expresamente beneficiada es la Iglesia Católica. Una segunda variable es la indiferencia del Estado frente a los segmentos de la población de confesión diversa a la cristiana o Católica Romana particularmente aquellos pertenecientes a los estratos sociales menos favorecidos por los medios de importación y exportación, fíjese, no hablamos de medios de producción por la exagerada ausencia de ella en el mercado laboral peruano. En el Perú la producción ha sido reemplazada por leyes del mercado de consumo que favorecen la exportación en un 75% de insumos mineros y la importación de todo cuanto sea posible bajo la cobertura de los Tratados de Libre Comercio (TLC). Lea el artículo completo aquí…
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