El destino de Brasil se
juega en este momento. O logran, por la vía judicial y policial excluir a Lula
de la vida política, y así harían lo que les da la gana del país. O Lula logra
superar también este momento y vuelve con más fuerza como el candidato favorito
para a ser presidente de Brasil en 2018.
Emir Sader / Cubadebate
El expresidente Lula da Silva. |
La derecha brasileña
siempre creyó que en algún momento el Partido de los Trabajadores (PT) iba a
ganar, pero fracasaría y a partir de ese momento podría dirigir el país con
tranquilidad. Luiz Inácio Lula da Silva ganó y resultó ser el mejor gobierno
que jamás tuvo el país. Desde ese momento empezó la caza de Lula.
No pudieron impedir su
reelección en 2006, ni que él eligiera y reeligiera a su sucesora, en 2010 y
2014. Ahora Lula aparece como favorito para ganar las elecciones de 2018 y
volver a ser presidente de Brasil.
En la desesperación, la
derecha une todo lo que tiene: sectores del Poder Judicial, de la Policía
Federal, los grandes medios privados, todos en campaña total contra Lula. Una
campaña que se intensificó a partir del discurso de Lula en Río de Janeiro, en
el cumpleaños del PT, el 27 de febrero, cuando declaró públicamente que si
fuera para garantizar la continuidad del proceso iniciado en 2003, él sería
candidato de nuevo.
A partir de ese momento
la derecha declaró una guerra abierta contra Lula. Declaraciones falsas, desmentidas
enseguida, pero mantenidas por los medios como si fueran reales.
La acción de la Policía
Federal directamente contra el exmandatario –en su casa, en la casa de su hijo,
en el Instituto Lula–, llevándolo detenido, a pesar de que él ya había prestado
anteriores declaraciones, fue anunciada por un periodista de Red Globo varias
horas antes por Internet. Fue una operación mancomunada de sectores del Poder
Judicial con los grandes medios privados y sectores de la Policía Federal.
Es el intento más grave
de buscar excluir a Lula de la vida política brasileña. No hay ninguna prueba
de las acusaciones que le hacen, intentan que presos declaren contra él a
cambio de la disminución de sus condenas –las mal llamadas delaciones
premiadas. No han logrado nada. De ahí la acción mediática espectacular contra
el exmandatario, para ver si logran con ello desgastar su imagen.
Han actuado en el
momento en que Lula se declara candidato, en que el ministro de Justicia fue
sustituido, pero todavía no ha cambiado los mandos de la Policía Federal,
cuando el Supremo Tribunal Federal aún no ha juzgado el pedido de Lula de que
el juez más arbitrario de todos deje de estar al mando de los casos en que se
le acusa. Por todo ello, lo han hecho en este momento, acelerando los enfrentamientos
y poniendo en jaque, al mismo tiempo, al gobierno de Rousseff.
Pero ahora han creado
un punto de no retorno. Lula salió de rendir declaración, fue a la sede del PT
y dio una conferencia de prensa emocionante, donde dijo que su llama está más encendida
que nunca, que a partir del lunes retoma los viajes por todo el país para
charlar, conversar, dejando claro que la campaña electoral de 2018 ha comenzado
ahora.
El destino de Brasil se
juega en este momento. O logran, por la vía judicial y policial excluir a Lula
de la vida política, y así harían lo que les da la gana del país. O Lula logra
superar también este momento y vuelve con más fuerza como el candidato favorito
para a ser presidente de Brasil en 2018.
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