El 2 de marzo del 2016, se produjo un desalojo
por policías y militares de familias que vivían desde hace casi medio siglo en los alrededores de la UNAH en
el Valle de Sula.
Juan Almendares / Especial para Con Nuestra América
Desde Tegucigalpa, Honduras
¿De
quién son estos olivos? El poeta español Miguel Hernández contestó: “No los levantó la nada, ni el dinero, ni el
señor, sino la tierra callada, el trabajo, el sudor. Unidos al agua pura y a
los planetas unidos, los tres dieron la hermosura de los troncos retorcidos”
Desalojo de familias en el Valle de Sula. |
Honduras es un aparente
Estado de Derecho donde los pobres y explotados viven en un Estado sin
derechos. La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) es la
representante del Estado en materia de Educación Superior y se nutre con el seis por ciento de los ingresos del
Estado, que son producto de los impuestos que tributa la mayor parte de
población. La UNAH no es una
propiedad privada, es la propiedad del pueblo; y por lo menos debe ser la conciencia critica frente a la conciencia impuesta. En los
últimos años, la universidad se
identifica con el sistema dominante,
utiliza como instrumento el aparato represivo policial y militar, basado
en las leyes ilegítimas de un Estado Punitivo que se fundamenta en la política
criminal de los tratos crueles, inhumanos
y degradantes de la globalización del capital, cuya forma jurídica es el
respeto a la propiedad privada y a la criminalización de la protesta.
Por eso las autoridades
son partidarias de la militarización de las áreas de la comunidad
universitaria, el desalojo de los estudiantes, profesores y trabajadores o la persecución y encarcelamiento de los mismos
cuando tienen ideas contrarias al pensamiento hegemónico de la privatización
que excluye el ingreso de una población significativa de los estudiantes
El 2 de marzo del 2016, se produjo un desalojo
por policías y militares de familias que vivían desde hace casi medio siglo, en los alrededores de la UNAH en
el Valle de Sula. Este acto violento se produjo
a instancias de las autoridades de la UNAH y por decisión de la jueza
respectiva.
Los argumentos del
desalojo según las autoridades del Alma Mater fueron: defensa de la propiedad
privada, los rectores anteriores no los desalojaron, se les dio el tiempo
suficiente, se puso a disposición autos
para que fueran traslados con sus pertenencias (a las calles) y el el plazo
otorgado fue suficiente.
Era posible, en un acto
de humanidad que las autoridades de la UNAH, sin recurrir al desalojo violento,
se acercaran a los pobladores, gestionaran ante el Estado, el Gobierno o la
Cooperación Internacional un terreno y
la construcción de viviendas para las familias afectadas. Sin embargo, las concepciones inhumanas de
criminalización de la pobreza prevalecieron.
Contrastando con esta
posición, está el silencio que han mantenido altas autoridades de la UNAH
frente a las Fuerzas Armadas de Honduras, que han ocupado un terreno donado al
Alma Mater de 10 manzanas ubicadas en la orilla del mar, en las cercanías de
San Lorenzo. También han guardado
silencio ante la Venta del País a la Minería, la aprobación
inconstitucional de las Zonas Especiales
de Desarrollo(Ciudades modelo) y la ocupación del Territorio por las bases
militares estadounidenses.
Decía Noan Chomsky: “Neoliberalismo tomo por asalto las
universidades…Debemos promover una institución democrática en la que la
comunidad (profesores, estudiantes, personal no docente) participan en la
determinación de la naturaleza de la universidad y de su funcionamiento”.
En Honduras la
desigualdad es una práctica del poder en forma cotidiana, los desalojos son
frecuentes tanto de campesinos, indígenas, garífunas y pobladoras.
La situación del país
más golpeado por el capitalismo transnacional
es congruente con lo expresado por
el analista de la desigualdad Campbell:
“En el mundo real raramente puede haber algo que no haya sido adquirido
sin algún grado de injusticia y parece ridículo, por imposible, retroceder al
principio y establecer quiénes son los propietarios originales que tienen
derechos sobre los bienes y dejar a un lado todas las transferencias
involuntarias.[...]. En las sociedades reales es claro que la capacidad de
algunas personas para generar más tenencias o posesiones que otras depende de
manera crucial de la sociedad en la que viven, de las actividades de aquellos
que les han precedido, de la clase social, la familia, el género y la raza en la
que han nacido y de la buena o mala suerte en cuanto a la salud, el lugar y el
tiempo”.
En mi calidad de ex
Rector de la UNAH y defensor de los derechos humanos , elevo mi voz y conciencia de solidaridad con las familias desalojadas e invitamos a la comunidad universitaria , a
las organizaciones de derechos humanos, intelectuales , artistas y al
movimiento social a luchar contra los desalojos violentos , a defender la justicia social de nuestros compatriotas y a solidarizarnos con las familias desalojadas por las autoridades de la UNAH .
No existe
academia sin pueblo. La pedagogía de la crueldad es
incompatible con la existencia de una
verdadera universidad que tiene en el corazón la justicia social
Tegucigalpa 2 de marzo 2016
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