Como no podía ser de otra
forma, las fuerzas que se siente amenazadas por la información que tiene el AHPN,
han puesto sus ojos en él y lo amenazan. En estos días, un convenio que lo
ponían bajo la jurisdicción del Ministerio de Cultura está por expirar, lo que
significaría devolverlo al Ministerio de Gobernación, lo que es equivalente, en
buen cristiano, a dejar a la zorra cuidando el gallinero.
Rafael Cuevas Molina /Presidente AUNA-Costa Rica
Documentos hallados en el AHPN de Guatemala. |
En el mundo existen
algunos archivos del tipo del Archivo Histórico de la Policía Nacional (AHPN)
de Guatemala: el de la Stasi, en Alemania, que contiene los archivos del
Ministerio para la Seguridad del Estado de la extinta Alemania Democrática
(DDR), también conocida como Alemania Oriental. El llamado Archivo del Terror,
encontrado en Martín Almada, Paraguay, en 1992, que contiene informes sobre
intercambio y traslado de presos políticos, espionaje y control de actividades
civiles durante los años de las dictaduras del Cono Sur, y que sacó a la luz el
siniestro Plan Cóndor.
El AHPN fue descubierto
por casualidad en la ciudad de Guatemala en el 2005, y constituye el segundo
archivo más grande de su tipo en el mundo, con más de 86 millones de
documentos. Cuando se dio con él, se encontraba en un estado deplorable de
hacinamiento y deterioro, arrumbado en las habitaciones de un edificio a medio
construir que había sido abandonado.
Afortunadamente, a la cabeza del grupo que lo
encontró por casualidad en una inspección que realizaban para otros menesteres,
fue el Procurador de los Derechos Humanos del país. Puede ser que tal vez, por
una vez en la vida, Dios se apiadó de nosotros y nos dio un respiro en el vía
crucis que nos ha deparado como destino a los guatemaltecos. De no haber sido
así, posiblemente a estas alturas ni siquiera sabríamos de su existencia.
En efecto, en medio de
registro propios de un cuerpo policial, en donde hay documentos que tratan
desde los permisos para que un circo itinerante instale sus andrajosas carpas
en la periferia del algún pueblo, o las quejas de los vecinos de un barrio
porque los niños hacen ruido y no dejan descansar, se encontraron registros de
las actividades represivas que llevó adelante la Policía Nacional de Guatemala
durante los años de la guerra, es decir, entre 1960 y 1996, cuando cientos de
miles de guatemaltecos fueron espiados, perseguidos y asesinados por los
sucesivos gobiernos militares que gobernaron y asolaron el país.
Fueron estos archivos
los que han permitido que convictos de actos de lesa humanidad, la mayoría de
ellos miembros del Ejército de Guatemala y sus cuerpos de colaboradores, fueran
apresados, juzgados y condenados. Antes del descubrimiento del archivo, todos
estos a quienes hoy se les ha podido comprobar los actos aberrantes que
cometieron, negaron no solo que tales actos se hubiesen cometido sino que
también, como consecuencia, existiera en alguna parte registro de ellos.
La cooperación
internacional respaldó el proyecto que se elaboró, el Proyecto de Institucionalización
del Archivo Histórico de la Policía Nacional, que se propuso rescatar y
clasificar lo que el PNUD considera “un referente nacional e internacional por
su especialidad y por la naturaleza histórica, cultural y científica de los documentos
que resguarda, los cuales son considerados como un patrimonio documental sin
precedentes, esencial para la memoria histórica del país y por su contribución
al esclarecimiento de la verdad y a la justicia en Guatemala”.
Como no podía ser de otra
forma, las fuerzas que se siente amenazadas por la información que tiene el
archivo, han puesto sus ojos en él y lo amenazan. En estos días, un convenio
que lo ponían bajo la jurisdicción del Ministerio de Cultura está por expirar,
lo que significaría devolverlo al Ministerio de Gobernación, lo que es
equivalente, en buen cristiano, a dejar a la zorra cuidando el gallinero.
Esta situación forma
parte de una ofensiva llevada a cabo por quienes quieren que siga prevaleciendo
la impunidad en el país. Han arremetido contra la Comisión Internacional Contra
la Impunidad en Guatemala (CICIG); han echado para atrás juicios contra
déspotas como el general Efraín Ríos Montt, que había sido condenado por
genocidio; y ahora arremeten contra el proyecto del Archivo Histórico de la
Policía Nacional.
Un paso más que no debe
permitírseles que den. Hay que denunciarlos por todos los medios posibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario