El ataque
inmisericorde de los sectores más reaccionarios de la oposición venezolana,
empresarios/as e Imperio norteamericano,
han hecho mella en la mayoría de los venezolanos. Circunstancias negativas, que
cada día se vuelven peores, han afectado el ánimo de muchos y muchas
compatriotas.
José A. Amesty R. /
Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela
Lo más grave, como señalé en un
artículo anterior,
es que
las sanciones de
todo tipo
son cada vez más incesantes, y no se vislumbra un ocaso, o una solución clara,
a las crisis inducidas que nos atosigan.
Por un lado,
el fascismo autoritario, niega su protagonismo en la crisis y persiguen con
saña a todo aquel que pretenda mostrar públicamente todas las facetas de la
crisis, reitero, inducida, que ellos promueven, llevan a cabo y son sus
causantes, traducidas en muerte, poco acceso a los alimentos, ausencia de
transporte público, crisis eléctrica, desabastecimiento de gasolina y diesel,
especialmente en el interior del país.
En este
sector de la oposición, se hace cada vez más evidente, buscar por diversos
medios, mecanismos y acuerdos, para superar las crisis inducidas por ellos, la
creencia que debe ocurrir el “cese de la usurpación” y luego la instalación de
un gobierno de transición, que pueda crear las condiciones para elecciones
libres en el país.
No obstante,
se escuchan y se leen críticas a la participación de los enviados de Guaidó a
los encuentros en Oslo,
Noruega,
ya que algunos no entienden
que éstas negociaciones no están reñidas con elecciones. En el fondo, esta
actitud
busca mostrar que
es el “Régimen de Maduro” quien tiene falta de voluntad negociadora.
La
encrucijada entonces, para los escuálidos, tiene dos vías: una es seguir esperando
una posible intervención militar gringa, que no llega, y la otra, seguir
insistiendo en la negociación a como dé lugar.
Pero lo que
sí es cierto, es que para los sectores de la Revolución Bolivariana el único camino es
hacer irreversible la
misma. Volver al
pasado
sería un desastre, sería volver a la invisibilización del pueblo, que ahora con los logros del
mismo, está en el centro de las políticas del Estado Bolivariano.
La Revolución Bolivariana es el único camino que puede
garantizar la independencia definitiva, el desarrollo integral, la prosperidad
social y la dignidad del pueblo.
A su vez, la Revolución Bolivariana, es el único camino para
garantizar el derecho a la paz, la tranquilidad y la estabilidad económica y
social del pueblo venezolano.
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