El 24 de julio se
recuerda un acontecimiento glorioso. El nacimiento, hace 231 años, del
Libertador Simón Bolívar. Lo celebran cada vez, con mayor entusiasmo, los
pueblos de América Latina que junto a los del Caribe luchan por construir la
Patria Grande, sueño de este insigne precursor del antiimperialismo, como lo
calificó Francisco Pluvidal, historiador cubano.
Fue luchador
incansable, héroe de cien batallas, visionario en la lucha contra el
neocolonialismo de Europa y Norteamérica. Buscó, en el marco de las
diferencias, la identidad común de nuestros pueblos. Para Bolívar,
Hispanoamérica era unidad e impulsó su integración política; desde allí
construyó la Gran Colombia, en procura de un mayor peso en la geopolítica
mundial.
La unidad e identidad
regional la planteaba como garantía frente a la amenaza creciente del poder de
EE.UU., por ello en 1829 afirmó: “Los EE.UU. parecen destinados por la
Providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”.
Como se sabe, eso ha
sido y es EE.UU., el mayor y más agresivo, como cruel y expoliador de los
imperios, que explota y somete a los pueblos en nombre de la ‘democracia’, la
‘libertad’ y los ‘derechos humanos’. La historia le dio la razón al Libertador.
Bolívar ha sido venerado por los patriotas y demócratas del planeta.
José Joaquín de Olmedo,
el más grande poeta de la independencia y patriota, dijo tanto de él en su
épico poema ‘La victoria de Junín’ o ‘Canto a Bolívar’: “árbitro de la paz y de
la guerra”, “vivo reflejo de la gloria”, “capitán valiente”, “blasón ilustre de
su ilustre patria”, “padre del universo”, “sol radioso”.
Para el túmulo
levantado en Guayaquil, en sus honras fúnebres escribió: “…Está y se alza sobre
los grandes de la Tierra, no porque hubiese sido el hijo afortunado de la
guerra, sino porque fue, es y será Padre de la Libertad de un mundo y de la
libertad humana…”.
Pablo Neruda, inmenso
poeta chileno, escribió: “todo lleva tu nombre”, “capitán, combatiente, donde
una boca grita libertad, donde un oído escucha, donde un soldado rojo rompe una
frente parda, donde un laurel de libres brota, donde una nueva bandera se
adorna con la sangre de nuestra insigne aurora, Bolívar, capitán, se divisa tu
rostro”.
“Otra vez entre pólvora
y humo tu espada está naciendo, pero hacia la esperanza nos conduce tu sombra,
el laurel y la luz de tu ejército rojo a través de la noche de América con tu
mirada mira”.
El Libertador de Cuba,
José Martí, dijo: “lo que Bolívar no hizo, está por hacer en América”, y ese
hacer es la lucha antiimperialista que gana terreno en el mundo.
En América, Bolívar
está en la Alba (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América) y en la
Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), está en la
Revolución Cubana, en la Sandinista de Nicaragua, en la Bolivariana de
Venezuela, en nuestra Revolución Ciudadana y en la Boliviana; está en la acción
insurgente de todos los pueblos por su segunda y definitiva independencia.
Como dijera el
Libertador: “la Patria es América”, por ello su obra y pensamiento inspiran la
revolución latinoamericana. Qué bueno, no hay dudas. ¡La espada de Bolívar
recorre América!
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