Nunca será excesivo el
recordar la ironía de la historia en la cual un pueblo como el judío, sometido al genocidio más memorable del siglo XX, sea ahora como Estado el autor
de otro genocidio, en este caso el que se comete contra el pueblo palestino.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
En el momento en que
escribo estas líneas, Israel ha matado en este mes a 472 palestinos y herido a
otros 3 mil más en la franja de Gaza. El motivo aducido por el gobierno israelí
es que los bombardeos e incursión
terrestre (particularmente en el barrio Sheijaya de ciudad Gaza) buscan
aniquilar a la organización Hamás, la
cual gobierna a la franja y quien ha atacado durante este julio al territorio
de Israel lanzando unos 140 rudimentarios proyectiles de corto alcance y escasa
capacidad destructiva. La franja de Gaza
acaso sea el territorio más poblado del mundo pues cuenta con un millón
ochocientos mil habitantes en un territorio de apenas 360 kilómetros cuadrados.
Las condiciones de vida en ese lugar
son de una extrema precariedad pues los
recursos de la Autoridad Nacional Palestina no son grandes y además los
territorios de Gaza y Cisjordania son permanentemente asediados por el hegemonismo israelí. En la actualidad la
franja de Gaza también es el campo de concentración más grande del mundo,
porque aun cuando formalmente es parte del Estado Palestino (reconocido en
1988), las condiciones de asedio, cercamiento, hostilización y matanza
colectiva son tan execrables que más que un país, el lugar se asemeja a un
campo de exterminio.
Nunca será excesivo el
recordar la ironía de la historia en la cual un pueblo como el judío, sometido al genocidio más memorable del siglo XX, sea ahora como Estado el autor
de otro genocidio, en este caso el que se comete contra el pueblo palestino. Y
para ello hay que recordar que en este caso, la verdad jurídica coincide
inequívocamente con la verdad histórica. La Convención para la Prevención y
Sanción del Delito de Genocidio -aprobada
por la ONU el 9 de diciembre de 1948-
establece que genocidio es la destrucción total y parcial de grupos nacionales,
étnicos, raciales o religiosos a través de la matanza, lesión física o mental
severa, sometimiento intencional al grupo a condiciones de existencia que lo
destruyan físicamente de manera total o parcial y finalmente las medidas para
impedir nacimiento de niños del grupo o traslado de niños a oro grupo. Todo
esto ha hecho Israel como Estado con el pueblo palestino y explica la violencia
que como acto de resistencia llevan a cabo sectores del pueblo palestino contra
Israel.
Y aquí hay que recordar
la famosa frase atribuida a Peter Ustinov,
el gran actor inglés: “El terror es la guerra de los débiles contra los
fuertes, mientras que la guerra es el terror de los fuertes contra los
débiles”. Si los palestinos han efectuado actos terroristas contra Israel e
israelíes, el Estado Israelí ha lanzado “bombas racimo” contra población civil
palestina. Solamente en este mes de julio de 2014 que todavía no termina, 472
palestinos hombres, mujeres, niños y ancianos (la inmensa mayoría civiles) han
sido asesinados por Israel.
No olvidemos que
terrorismo es la muerte indiscriminada de civiles y militares en un conflicto.
Exactamente esto es lo que ha hecho Israel en este mes y desde tiempo atrás.
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