Es seguro que hasta los adherentes
críticos al kirchnerismo tomamos ahora mayor conciencia del coraje y la
capacidad enormes que tuvieron Néstor y Cristina para liderar la lucha contra
esos tremendos poderes locales y extranjeros que bancan el golpe actual.
Marcelo
Velarde Cañazares* / Especial para Con Nuestra América
Desde Buenos Aires, Argentina
Agradecemos
el envío del texto a la Dra. Clara Alicia Jalif
Acaso no haya vergüenza ajena sin algo
de ingenuidad. Sin ir tan lejos, los argentinos K, y aun sus adherentes
críticos, no entendemos cómo a gran parte de los votantes macristas todavía no
se les cae la cara de vergüenza. Pero lo curioso es que también desde el
extranjero sienten vergüenza ajena, esta vez por los argentinos sin distinción,
o por la Argentina a secas. Porque ellos tienen más claro que “nosotros” (sin
distinción) que las empresas fantasma, edulcoradas aquí por los medios bajo la
expresión inglesa “offshore”, no son una opción meramente legal, sino la mejor
manera de evadir cargas fiscales y lavar dinero, cuando no también (con
frecuencia) de traficar armas, drogas, etc. Ellos saben perfectamente que el
asunto no se agota en una discutible legalidad, sino que es lisa y llana
corrupción moral, tanto más inaceptable en un “Jefe de Estado”, aun cuando
fuese “solamente” (nada menos que...) por dirigir ese tipo de “empresas”,
familiares por añadidura. Y por eso mismo, en un sitio extranjero de apuestas
como Paddypower, Macri figuró primero como candidato a renunciar por los Panamá
Papers (ahora el favorito es el británico David Cameron).
¡Qué ingenuos, estos extranjeros!
Ignoran el cinismo alegre de este “gobierno” plagado de offshore y lacayos del
imperialismo financiero. Ignoran sobre todo que este monstruo cuenta con la
protección del poderoso Tío Sam, ¡oh yeah! ¡La misma protección que tuvieron
Videla, Pinochet, Sadam Hussein en sus buenos tiempos, y tantos otros
dictadores!
Ignoran que el monstruo actual cuenta
además con la complicidad de “nuestros” grandes exportadores de granos, y
obviamente con la de sus camaradas buitres, que mientras tanto ya habrán
regalado migajas de sus negociados a no pocos legisladores para que voten por
ellos. Lo mismo que Clarín, claro, para que convaliden las derogaciones de la
ley de medios. En suma, ¡qué inverosímil es que caiga un “gobierno” con tanta
banca! ¡Más bien somos nosotros, los argentinos de a pie, K y anti-K, los que
nos vamos así derechito (bien por derecha) a la bancarrota! Pero desde el
exterior no dejan de indignarse y sorprenderse. Los académicos extranjeros
especializados en el estudio de tales “offshore” remarcan que jamás esas
pantallas mafiosas se constituyeron para otra cosa que para lo ya indicado más
arriba.
Por su parte, expertos del Consejo de
Derechos Humanos de la ONU previnieron a tiempo (en vano…) que “Argentina” (de
nuevo a secas, en bloque) pasaría a ser el primer país en burlarse de los
principios que ella misma, hace menos de un año, hizo declarar en la ONU por
amplísima mayoría contra los fondos buitres, y que se reactivaría así el
peligro de una depredación financiera internacional sin precedentes. Y sí, “el
cambio” argentino es más que rotundo: es un golpe, y la avanzada incluso de un
contraataque de la usura mundial. Pero por el momento, pareciera que no hay
nada que hacerle: las penas son de nosotros, la indignación es ajena… Y la
vergüenza también.
Porque mientras tanto, parte de la
dirigencia kirchnerista ya está comprada, cuando no se apresuró a venderse
solita. No hay quienes coordinen una convocatoria para luchar en serio contra
esta entrega, ni siquiera contra la corrupción de Macri y su entorno. Algunos a
lo sumo entran al jueguito tan escénico como inútil de los tribunales.
Eliminada además toda disidencia crítica en los medios, seguramente no son
pocos los que se bancan los aumentos tarifarios mirando por TV cómo este
“gobierno” procesa a Báez, a Jaime, a la misma Cristina, etc. Se refuerza así
el discurso oficial sobre los culpables de la “herencia” recibida. Y es
curioso, pero los “cabeza de globo” (como diría mi amigo Aldo) no razonan:
¿cómo es que todo aumenta justo ahora que los “kk” ya no están ahí robándonos?
¿No será que los tarifazos, así como los miles y miles de despidos, tienen
mucho más que ver con las fortunas siderales que le pagaremos a los buitres,
aunque esos “acuerdos” financieros no hayan recibido ni ahí la cobertura
mediática de aquellos procesados? ¿Y cómo es que Milagro Sala o Báez ya están
presos aunque no tengan condena, cuando Larreta o Niembro, también procesados,
siguen bien sueltos, el primero gobernando Buenos Aires, y el segundo (cuyo
hijo tiene una empresa fantasma) a pesar de no haber tenido manera de explicar
dónde están los millones que le hizo dar Macri, que además “le prestó” otros
millones a su amigazo Caputo? Pero es clarín que no es la “Justicia” sino los
fans de “Mauri” los que tienen los ojos vendados… Ellos creen a ciegas en esa
divina “Justicia” que ya exoneró al propio Macri, y que volverá a limpiarle
cualquier mugre, sin ninguna duda.
En la confusión, la indignación del
inmenso resto se dispersa ante una dirigencia frágil y fragmentada, sin que ni
siquiera esté claro, por ejemplo, cuánto se consigue con los paros ante la
prepotente sordera oficial, ni quiénes y cómo se valen de esa fuerza de
oposición. Es una indignación que no alcanza tampoco para esas grandes
movilizaciones espontáneas que pueden provocar los momentos críticos, esos en
los que hasta el poder mediático mide pérdidas y se da vuelta. Es una
indignación que no alcanza sobre todo si está viciada de resignación, o como si
el shock del golpe fuese demasiado fuerte y nos dejara sin reacción. ¿O será
esta resignación el síntoma de que ya casi todos nos estamos corrompiendo un
poco? Quizás… Pero a la vez es seguro que hasta los adherentes críticos al
kirchnerismo tomamos ahora mayor conciencia del coraje y la capacidad enormes
que tuvieron Néstor y Cristina para liderar la lucha contra esos tremendos
poderes locales y extranjeros que bancan el golpe actual. Es seguro que esta
conciencia no se detiene, que se va extendiendo silenciosamente a algunos
votantes de Macri, y que irá poco a poco redefiniendo sus vías de acción. Hasta
que algún día la vergüenza deje de ser ajena y la lucha vuelva con fuerza tan
renovada como incontenible…
10
de abril de 2016
*Doctor en Filosofía por
la Universidad de París 8
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