sábado, 16 de abril de 2011

México: neoliberalismo de guerra

En 2012, en las elecciones presidenciales, ¿podrá el México profundo responder a los desafíos de su tiempo histórico y revertir el rumbo hacia el que lo conducen los dueños y gendarmes del México imaginario?

“Crece nuestra dependencia por hambre: el país en el que se inventó el maíz importa ahora maíz”.

Guillermo Bonfil Batalla. 1987.

Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica

En su libro México profundo. Una civilización negada, un clásico publicado por primera vez en 1987, Guillermo Bonfil Batalla planteaba una reflexión estremecedora sobre el “modelo de desarrollo” –de abierta filiación neoliberal- adoptado tras la crisis de 1982 y el agotamiento del proyecto nacional de la Revolución Mexicana. A la distancia geográfica que nos separa de un país querido por su historia, su cultura y sus vínculos profundos con la región centroamericana, nos parece necesario recuperar y traer al presente, por su vigencia, las ideas del intelectual mexicano.

Preocupado por las consecuencias políticas, sociales, económicas y culturales que ese modelo –y su consecuente subordinación a los EE.UU- presagiaba para el futuro de México, Bonfil Batalla alertaba: “Los dólares (¿cuántos millones al año?) que remiten los braceros alivian la situación de sus familias y aumentan la reserva de divisas; pero el bracerismo no puede ser la solución de la economía mexicana, porque si aceptamos que lo es, debemos aceptar la consecuencia política inevitable: declarar disuelto el país e integrarnos individualmente a la economía y la sociedad norteamericanas”[1].

Faltaban, entonces, siete años para la firma del TLCAN: el tratado comercial que, según los más optimistas y dogmáticos neoliberales, marcaría el ingreso de México al supuesto Primer Mundo. Y tendría que pasar todavía casi un cuarto de siglo más para que aquella advertencia se convirtiera en un retrato de la compleja problemática que enfrenta actualmente la sociedad mexicana.

En efecto, ese “modelo de desarrollo”, que poco a poco se extendió también por toda Centroamérica, en virtud de la integración real impulsada por los capitales transregionales, los grupos de poder económico y la articulación política de las élites gobernantes mesoamericanas, fracasó rotundamente en sus promesas de prosperidad económica y social para las grandes mayorías.

Un estudio del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Instituto Tecnológico de Monterrey reveló, en días pasados, que desde el año 2006 a la fecha, entre 9 y 10 millones de mexicanos bajaron su ingreso al nivel de pobreza, creció la precariedad del empleo y el salario mínimo, que perciben unas 16 millones de personas, resulta insuficiente para garantizar el sostén de una familia. Todo esto, con el “agravante de que el ingreso mínimo representa apenas una cuarta parte del poder adquisitivo que tenía en los años 70 del siglo pasado (La Jornada, 13/04/2011).

Un país con inmensas riquezas naturales, económicas y humanas, se encuentra fragmentado por una desigualdad social escandalosa: Frente al poderosísimo grupo de los 11 mexicanos más ricos del orbe que, de acuerdo a la revista Forbes, acumulan 125 mil 100 millones de dólares o 12.4 por ciento del valor de todos los bienes y servicios producidos por la economía nacional, se encuentran 44 millones de pobres a secas[2] (Argenpress.info, 5/04/2011).

Por otro lado, la amenaza de la disolución de México en Estados Unidos, de la que hablaba Bonfil Batalla, hoy avanza más allá de lo económico y cultural: la norteamericanización es impulsada tanto por los intereses políticos y militares de los Estados Unidos, como por el entreguismo de la clase política mexicana, sobrepasada –por complicidad e incapacidad- por las organizaciones criminales del narcotráfico, que germinaron, precisamente, a la sombra del poder y en medio de la corrupción de las autoridades públicas en todos los niveles.

La militarización del modelo neoliberal en el gobierno de Felipe Calderón, por la vía de la guerra contra el narcotráfico, va camino de una estrepitosa derrota social, con altísimos costos para la nación mexicana: más de 30 mil muertos y 230 mil personas desplazadas por el conflicto (La Jornada, 26/03/2011). Otro tanto cabe decir de las consecuencias político-jurídicas: bajo el argumento de los operaciones militares y policiales conjuntas, México cede, acaso irreparablemente, soberanía frente a los Estados Unidos.

Hace pocos días, congresistas estadounidenses discutieron, nuevamente, la posibilidad de enviar tropas al territorio mexicano. El representante republicano de Texas, Michael McCaul, aseguró que el presidente Calderón “quiere trabajar con nosotros y no sé en qué resultará la próxima elección, si tendremos la misma ventana de oportunidad. El tiempo como que se está acabando”. Y como buen cowboy, McCaul quiere un cheque en blanco para los soldados norteamericanos: “Sé que los temas de soberanía son grandes y entiendo los obstáculos (…) para convencerlos (a los mexicanos) de que eso es lo mejor. Pero si estamos enviando a los nuestros allá abajo, lo deberíamos hacer sin tener una mano atada a la espalda” (La Jornada, 14/04/2011).

Presencia militar extranjera con cada vez mayor capacidad de decisión sobre asuntos de seguridad nacional, sujeción política a los intereses estadounidenses, debilitamiento sistemático de la economía nacional, flujos migratorios que alimentan el negocio del crimen y la ilegalidad del mundo del trabajo, y la negación cultural del país real para favorecer la construcción de un país imaginario: tales podrían ser las características generales del modelo neoliberal de guerra, y su afán por la posesión y control de recursos naturales y mercados, y por aumentar el control social de los pueblos excluidos de los beneficios económicos, que solo alcanzan a la minoría vinculada al poder y los negocios.

En 2012, en las elecciones presidenciales, ¿podrá el México profundo responder a los desafíos de su tiempo histórico y revertir el rumbo hacia el que lo conducen los dueños y gendarmes del México imaginario?


NOTAS

[1] Bonfil Batalla, Guillermo (2008). México profundo. Una civilización negada. -3era. reimpresión- México D.F.: Random House Mondadori. Pp. 217-218.

[2] Ibarra Aguirre, Eduardo. “México: la multitud de pobres”. 5 de abril de 2011. Argenpress.info: http://www.argenpress.info/2011/04/mexico-la-multitud-de-pobres.html

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