Bernardo Bátiz / LA JORNADA
Lo que pasó el domingo 20 de marzo en el Auditorio Nacional es un hecho importante en la política de nuestro país; es la prueba práctica de que en México se puede hacer política en forma independiente, con recursos limitados, sin el habitual aparato publicitario y mediático, con sencillez en la forma y con gran relieve y altura en el fondo.
Se presentó el nuevo proyecto de nación ante varios miles de ciudadanos también muy distintos a los públicos tradicionales de las reuniones políticas de los partidos. No hubo matracas, ni tortas, ni pase de lista, ni acarreados; de todo el país, pero principalmente del estado de México y del Distrito Federal, nos sorprendió un auditorio confiadamente alegre, entusiasta y participativo.
Era víspera del inicio de la primavera y la verdad es que se respiraba en el ambiente un aire tibio de regeneración, de renovación, de renacimiento, acorde con el inicio de un tiempo nuevo. Se trata sin duda de un paso más en el camino para conseguir un cambio profundo en el ejercicio de la política en México; quienes estuvimos en el auditorio vivimos lo que es ser parte del movimiento popular más consistente que se ha dado en la historia reciente de México y también el más novedoso. Lea el artículo completo aquí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario