México debe reorientar su política con Centroamérica que ha hecho del país el estratega de Estados Unidos tratando de detener la migración de los centroamericanos que pretenden ir hacia el norte.
Ana María Aragonés / LA JORNADA (México)
Las tragedias que en estos últimos años han vivido los migrantes centroamericanos en su tránsito por México amerita un breve análisis desde la perspectiva histórica para comprender cuál ha sido el papel que han jugado tanto Estados Unidos como México en el fenómeno migratorio de los centroamericanos.
Los principales países expulsores en Centroamérica son Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras y prácticamente todos ellos, aunque Honduras presentaría rasgos distintos, fueron desde 1960, con algunas diferencias temporales, escenario de diversos movimientos insurgentes que buscaron derrocar a las dictaduras militares y a los gobiernos autocráticos. Gobiernos a los que por cierto Estados Unidos apoyaba pues la región era, para variar, estratégicamente importante para sus intereses. Ante la posibilidad de que los grupos insurgentes lograran su cometido, también apoyó de muy diversas maneras las bestiales represiones que los gobiernos pusieron en marcha, tales como campañas de tierra arrasada en Guatemala, los “contras” en Nicaragua, la “guerra sucia” en El Salvador, pero Honduras jugó otro papel y sirvió de base a los contras. La gran justificación de Estados Unidos para intervenir no se llamaba terrorismo sino comunismo. Lea el artículo completo aquí…
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