La Mesa de Unidad Democrática no es más que un estado de ánimo, porque no todos se sientan en la mesa y menos para hablar de unidad y democracia.
Aram Aharonian / ALAI
Quizá uno de los problemas graves de este gobierno es que ha carecido de interlocutores válidos, confiables. Y, lamentablemente, hasta ahora esta oposición no ha demostrado que pueda llegar a serlo, sobre todo por la gran frustración que hasta ahora ha sido su actuación en la Asamblea Nacional y porque mientras recitan democracia, algunos grupos entienden guarimbas y desestabilización.
Pareciera que sigue prevaleciendo la tesis de los que no tienen política (ni capacidad para generarla) y se reniega de esta posibilidad de careo, de juego democrático –que por demás tanto costó construir- para seguir apostando a la ruleta de la desestabilización para supuestamente lograr la ingobernabilidad… para que intervengan de afuera para poner orden.
Desde el 2002 la historia vuelve a repetirse, con algunos intervalos en el medio, que es cuando respiramos y creemos que esta vez sí entramos en el juego democrático. Pero héte aquí que no…. Lea el artículo completo aquí…
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