La
inclusión de Cuba entre los países que supuestamente auspician el terrorismo
solo pretende justificar el bloqueo y llevó al papelón de la vocera del
Departamento de Estado que no pudo dar un solo argumento a los periodistas para
sustentarlo.
Ángel Guerra Cabrera / LA PUPILA INSOMNE
Posada Carriles: el terrorista protegido por EE.UU. |
Estados
Unidos informó el 30 de abril, ritual que repite hace más de tres décadas, la
inclusión de Cuba en su lista anual de países patrocinadores del terrorismo. Pero
hete aquí que casi en el mismo momento en que Washington hacía la ridícula
acusación que nadie traga, fuerzas de seguridad de la isla capturaban un grupo
de cuatro personas de origen cubano procedentes de territorio estadunidense que
admitieron estar dedicados a la planificando de acciones terroristas dentro de
Cuba.
Los
detenidos se proponían atacar instalaciones militares con el objetivo de
promover acciones violentas. Tres de ellos reconocieron haber realizado viajes
a Cuba desde mediados de 2013 para estudiar los objetivos y planificar sus
acciones. Añadieron que estos planes se han estado organizando bajo la
dirección de Santiago Álvarez Fernández Magriñá, Osvaldo Mitat y Manuel
Alzugaray quienes mantienen estrechos vínculos operativos y políticos con Luis
Posada Carriles, también conocido como el Bin Laden del Hemisferio Occidental.
Posada,
además de la hazaña de hacer volar un avión civil cubano en vuelo con 73
personas a bordo es un veterano operativo de la CIA con numerosas operaciones
contra Cuba en su haber, como el intento de hacer volar el Paraninfo de la
Universidad de Panamá lleno de estudiantes y profesores para asesinar al
entonces presidente de Cuba Fidel Castro mientras les dirigía la palabra, o la
campaña de bombazos en La Habana y Varadero previa a la visita del papa Juan
Pablo II en la que fue fulminado por la metralla el turista italiano Fabio di
Celmo. A ello se añade la persecución, tortura y asesinato de revolucionarios
venezolano bajo la fachada de comisario Basilio de la policía política
venezolana. De la misma manera, su fuga organizada por la CIA de una cárcel
venezolana bajo la supervisión directa de Otto Reich, entonces embajador yanqui
en Caracas, para ubicarlo en el equipo de la central de inteligencia que se
ocupaba en Honduras del apoyo logístico a la contrarrevolución nicaragüense,
conocido como el caso Irán-Contras. Como se recordará consistía en traficar
armas por drogas en los mismos vuelos de la CIA controlados por Posada y sus
compinches.
La
trayectoria de Álvarez Magriñat, Mitat y Alzugaray es común en cuanto a su
febril dedicación a lo largo de décadas a actividades terroristas contra Cuba.
A los dos primeros, participantes en el frustrado atentado contra Fidel en
Panamá y autores del curioso ingreso ilegal de Posada a Estados Unidos, las
autoridades les ocuparon en 2005 el más grande alijo ilegal de armas de guerra
de que se tenga noticia en Florida, propiedad de Álvarez. Pero ello no impidió
que los que los calificados de “luchadores por la libertad” por los fiscales
fueran puestos en libertad antes de tres años; pues aunque los hechos
ocurrieron después del 11 de septiembre la fiscalía no les impuso el cargo de
terrorismo. De Álvarez también se sabe que en incursiones que ha dirigido
contra Cuba han muerto dos civiles y fue gravemente herida una niña.
En
contraste con la impunidad con que estos grupos actúan desde territorio
estadounidense contra Cuba hace décadas, la libertad de que gozan y hasta los
homenajes que se les tributan en Estados Unidos, tres agentes cubanos que se
dedicaban a monitorearlos continúan purgando largas penas en Estados Unidos
después de ser sometidos a un proceso calificado de espurio hasta por un
tribunal de apelaciones yanqui: Gerardo González, Ramón Labañino y Antonio
Guerrero.
La
inclusión de Cuba entre los países que supuestamente auspician el terrorismo
solo pretende justificar el bloqueo y llevó al papelón de la vocera del
Departamento de Estado que no pudo dar un solo argumento a los periodistas para
sustentarlo.
Cada
vez son más las voces que en Estados Unidos claman por el inicio de una
normalización de relaciones de Cuba con su poderoso vecino: empresarios,
académicos, religiosos; por la liberación de los tres antiterroristas y del
contratista de la AID Alan Gross, preso en Cuba por participar en planes de
“cambio de régimen” y no por llevarle internet a una comunidad judía que ha
negado conocerlo. Nunca la opinión pública de Estados Unidos, incluyendo a los
cubanos de Miami, había sido más favorable a la normalización de relaciones con
la isla y al derecho de los estadounidenses a visitarla. Una reciente encuesta
es concluyente en cuanto a esto es concluyente ¿Será que una vez más la extrema
derecha de Estados Unidos se propone dinamitar la eventual posibilidad de
distención?
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