El 6D seguirá siendo para nosotros la revolución
victoriosa, deseo y voluntad de quiebre, como deseo y voluntad de quiebre ha
sido todo este hermoso proceso de combate y de lucha. Las elecciones en la
revolución bolivariana siempre serán batallas para tener más pulmón en la
oxigenación de la desestructuración de las instituciones heredadas, con las
comunidades activadas.
Jesús Alejandro Marcano
Fernández / Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela.
Ilustración de Iván Lira. |
A pocas horas de la elección nacional número 20 en 16 años de vida post neoliberal en
Venezuela, ya los(as) formadores(as) de opinión pública han dado sus datos y
han hecho sus análisis. Es propio el debate permanente en nuestro país sobre su
esfera pública, pues aquí las anteriores
situaciones excepcionales se hicieron cotidianas, de modo que Venezuela
no es homologable con otro país en cuanto a los hechos que corresponden,
digamos en este caso, a lo electoral. La elección del 22 de noviembre en
Argentina tuvo su melodía propia de tango, claro está, inscrita en el contexto
de gobiernos de países latinoamericanos que asumieron alejarse de la rancia
derecha política y con ello toda una experiencia cercana y aliada. Nos duele
que el fundamentalismo económico del mercado como medida de la sociedad con sus
despechos, nuevamente asome sus políticas en el bravo pueblo argentino, muy
pronto veremos consecuencias, no obstante ello, para el análisis luce poco
argumentativo trasladar a Venezuela similitudes.
En el país austral, cualitativa y cuantitativamente sus singularidades
tienen otro orden, que no enumeraré para no cansar; sólo diré que en el mundo
de hoy es Venezuela el lugar donde se juega con la
mayor fuerza de experimentación política el proceso de desestructuración del
imaginario neocolonial impuesto en América Latina, tal como lo afirmé en el
artículo “Érase
una vez una amenaza: donde lo inusual se hizo extraordnario. Obama no es maduro
todavía” (Con Nuestra América,
Costa Rica, sábado 21 de marzo de 2015):
Estados
Unidos no soporta que en Venezuela se venga consolidando una dinámica socio
política que estructura la desestructuración del imaginario rentístico de 100
años de dependencia unívoco con el
norte; a pesar de que los pasos no hayan sido veloces, el firme paso los
atolondra.
Es esta situación, de otro imaginario que se construye producto de una
política puesta a andar con Chávez, que viene implicando una identidad
sociopolitica y básicamente la
activación de un sujeto social e histórico que desestructura los ámbitos
propios de una esfera pública que estaba inerte y a la orden del soplo o el
viento que desde el norte nos colocaba
en la brújula por donde tenía que ir el destino manifiesto con la doctrina Monroe.
Esa univocidad se viene quebrando en el país con mayores reservas de la
energía fósil más apetecida por los países de gobiernos corporativos que
domesticaron a su interior los espíritus rebeldes (Caso USA).
Afirmo aquí que un sujeto social e histórico revestido de una gran
voluntad política recorre Venezuela y ha venido venciendo, con todas las
dificultades propias de una dinámica compleja multifactorial tatuada en la
lucha de clases, el monstruo que ataca a Venezuela, este artículo no pretende
en este texto dar cuenta de ello.
Esta situación es una dato de alto calibre para poder avanzar en los
análisis que habría que hacer de un hecho como el electoral. Lo electoral (que
es una práctica que ya estamos superando como propia de la ramplonería táctica
heredada de la democracia representativa), sigue teniendo una valoración
importante porque el contexto del engranaje político constituyente de las
relaciones-mundo nos los exige y seguimos profundizando en esta racionalidad
política, propia de nuestro tiempo histórico Pero el reto constitucional de
participación y protagonismo revolucionario lo trasciende.
Y es este un gran tema para que podamos aseverar que sólo en Venezuela
por el nivel de saldo político que se viene dando con las innovadoras
organizaciones de bases, lo electoral no es homologable con ningún otro país
donde las elecciones forman parte del estricto y formal protocolo de
democracia. En Venezuela no: ya es una cotidianidad de elecciones nacionales,
regionales, circuitales como las que vienen el 6D, de Consejos comunales,
comunas y un gran etcétera, que teje el espacio de dimensión sociopolitico que
se viene incesantemente construyendo.
La preocupación de la revolución bolivariana estará
puesta aquí, en el socialismo territorial para el despegue en la
socioproductivo como un solo tejido del complexus de escalas, lo geohumano en
lo regional-nacional-mundial.
Allí se va profundizando ese
espíritu de ruptura con el pensamiento de imposición moderno y capitalista y
por ello anda suelto y permanentemente organizándose, porque la rebeldía es un
acto de seriedad y compromiso con el desafío político y ético que las
multitudes de distintas comunidades de esta heterogénea Venezuela viene asumiendo.
Preguntémonos: ¿A quién tiene Estados Unidos en el blanco con un Decreto
de Intervención para proteger su seguridad de la amenaza inusual y
extraordinaria? ¿Qué país es objetivo de los Estados Unidos con sus siete bases
militares en Colombia y la base militar en Curazao? ¿ quién intenta generarle
temor los Estados Unidos con sus portaaviones en el Caribe?
No es frágil nuestra memoria para no recordar los episodios del 2001-2002
con los golpes de Estados y saboteos flagrantes en Venezuela verificados y
demostrados con verdades constatativas del made in USA con lacayos hoy
aspirantes a mantener curules con las elecciones del 6D.
¿Es que acaso el asedio permanente desde la aprobación de las 49 leyes
habilitantes en el 2001 hasta hoy no es evidente, con formatos y guiones
repetidos usados en Chile, con la escasez inducida y programada?
Por ello no es un asunto per se
electoral, ni un sui generis en ese
campo, la discusión electoral con la revolución bolivariana se traza siempre
con el enemigo del norte, de modo que a pesar
de los niveles de pugnacidad que el imperialismo norteamericano tenga
con países hermanos, Venezuela tiene unas coordenadas de estructuración
geoestratégica por su proceso de desestruración real y concreta que afecta la
apropiación de nuestros recursos por parte de ellos y que, en consecuencia,
coloca los análisis en otro nivel, donde lo táctico no puede ser tratado como
estratégico.
Hacer del debate a propósito de lo electoral en Venezuela un asunto sólo
de la pragmática política que permite una lectura superficial de la esfera
considerada, no ayuda a la profundización y radicalización para la
consolidación del proyecto bolivariano, de allí sólo pueden salir
planteamientos para buscar culpables en caso de y jamás para premiar en caso
de; apreciaciones cargadas de prejuicios que los colocan en un marco de
condición táctica que confunden con estrategia, dan por territorio al mapa,
cuando la formalidad burguesa plena su racionamiento, cuando el requisito de la
racionalidad la presentan como el todo racional.
Creo que la imbecibilidad no puede
estar coleada en algunos análisis de formadores de opinión, que todavía creen
que se pueden interpretar las elecciones en Venezuela como que estuviéramos en
un régimen representativo de alterabilidad relativa de gobierno, y no en un
proyecto político de alternancia a la gobernancia mundial. Donde las elecciones
seguirán siendo mecanismos que aceptamos
en la lúdica de la política para el avance de la conciencia ciudadana y la
conciencia revolucionaria en espacios para el debate, sin perder claridad en el
horizonte que nos convoca a seguir desetructurando todo un cuerpo que ya no nos
sirve y estructurar la América Latina nueva, donde las elecciones domésticas son una pulsión que no debemos descuidar sin
perder de vista, insisto, que lo principal está en el tejido
territoriaizado que con la movilización
y la organización podamos darle a lo socioproductivo; la importancia que como
esfera de un espacio como dimensión del sujeto socio político que con Chávez y
el pueblo se ha venido construyendo.
El 6D seguirá siendo para nosotros la revolución victoriosa, deseo y
voluntad de quiebre, como deseo y voluntad de quiebre ha sido todo este hermoso
proceso de combate y de lucha. Las elecciones en la revolución bolivariana
siempre serán batallas para tener más pulmón en la oxigenación de la
desestructuración de las instituciones heredadas, con las comunidades
activadas.
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