El
presidente costarricense propone crear un “corredor humanitario”, para que los
cubanos recorran toda Centroamérica y México. El carácter humanitario de la propuesta
queda en entredicho cuando excluye a los cientos de miles de ciudadanos de
otros países que hacen la misma ruta y tienen el mismo destino.
Fernando Ravsberg / Público.es
Cubanos en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua. |
Los
antecedentes de la “crisis migratoria” provocada por la presencia de unos 3000
cubanos en Costa Rica hay que buscarlos en la campaña desatada en los EEUU
contra la Ley de Ajuste, legislación que, desde hace medio siglo, les da
residencia a todos los ciudadanos de Cuba que pisen suelo estadounidense. Piden
hoy su derogación incluso los medios de prensa de La Florida y los políticos
cubano-americanos, quienes en el pasado fueron sus más acérrimos defensores.
El Sun
Sentinel hizo sonar la alarma con una serie de reportajes donde “descubrían” que los
cubanos no son refugiados políticos sino emigrantes económicos. Además revelan
datos donde se demuestra que la comunidad cubanoamericana no es tan “exitosa”
como se había dicho hasta ahora. Por el contrario destacan en las estafas
millonarias al seguro médico, en el tráfico de marihuana y en un sinnúmero de delitos más.
Inmediatamente
el Nuevo Herald, el mayor periódico del anticastrismo de Miami, lanza un editorial reclamando
cambios a la Ley de Ajuste y una cadena hispana de TV de los EEUU muestra la
ruta que están usando los cubanos para viajar desde Ecuador hasta la frontera
estadounidense. A la par, políticos cubano-americanos como el senador y
precandidato republicano a la presidencia, Marco Rubio, caen en la cuenta de que
“cuando tienes personas que llegan a Estados Unidos y, al día siguiente de
cumplir el año, viajan a Cuba 15 veces al año, 12 veces, 10 veces, 8 veces, no
parece que estuvieran huyendo de la opresión”.
Paradójicamente,
el anticastrista Marco Rubio coincide con la Cancillería de
Cuba: “estos ciudadanos son víctimas de la politización del tema migratorio por
parte del Gobierno de los EEUU, la Ley de Ajuste y, en particular, de la
llamada política ‘pies secos, pies mojados’, la cual confiere a los cubanos un
tratamiento diferenciado y único en el mundo, al admitirlos de forma inmediata
y automática, sin importar las vías y medios que utilizan, incluso si llegan de
manera ilegal a su territorio”.
El último
año unos 30 mil cubanos habían hecho la ruta Ecuador-Colombia-Panamá-Costa
Rica-Nicaragua-Honduras-Guatemala-México y todos esos gobiernos miraban hacia otro lado. El
aumento de la emigración se produjo por la sospecha de que el restablecimiento
de las relaciones entre Cuba y los EEUU pondría fin a la Ley de Ajuste. El
propio Sun Sentinel revela la historia de personas que se acogen a la
ley y regresan a Cuba a vivir de sus beneficios.
Es Costa
Rica –el más fiel aliado de EEUU en Centroamérica- la que provoca la crisis al
visibilizar “la procesión”. Primero negándose a que unos 1500 cubanos
atraviesen su frontera desde Panamá para, apenas unos días después, les
facilita el traslado hacia el territorio de Nicaragua, país aliado de Cuba que
se niega a permitir el paso de los cubanos, argumentando que se trata de una emigración
ilegal.
El
presidente costarricense propone crear un “corredor humanitario”, para que los
cubanos recorran toda Centroamérica y México. El carácter humanitario de la
propuesta queda en entredicho cuando excluye a los cientos de miles de ciudadanos
de otros países que hacen la misma ruta y tienen el mismo destino. Aun así,
resultó sorprendente que un gobierno tan amigo de Washington proponga la
creación de una alianza regional con el único fin de entrar emigrantes ilegales
a los EEUU. Pero la mayor sorpresa fue el silencio del gobierno estadounidense.
Suponiendo
que Washington no haya protestado porque esté de acuerdo con la entrada de
decenas de miles de emigrantes cubanos, podrían trasladarlos en aviones o en un
barco desde Costa Rica, evadiendo así la frontera nicaragüense y a las mafias
traficantes de personas que operan en toda la región. Sin embargo, hasta ahora
el gobierno de los EEUU sigue apartado de los encuentros regionales donde se
discute el tema.
La crisis
se inicia apenas dos semanas antes de que las delegaciones de La Habana y
Washington se sienten a hablar de los temas migratorios
bilaterales. El gobierno cubano es un viejo enemigo de
la Ley de Ajuste, según su óptica es un fuerte incentivo para que los cubanos
arriesguen sus vidas. El Departamento de Estado ha prometido no derogar esa
legislación pero está sintiendo la presión de la prensa, de los políticos
anticastristas y del ambiente anti-inmigrante que prevalece en el país. La
“crisis” de Costa Rica podría ser el colofón “dramático” que justificara el
cambio.
1 comentario:
Aunque C.R siempre ha recibido a los cubanos con los brazos abiertos y les ha dado residencia y hasta nacionalidad sin costo alguno, ahora quieren que se vayan... qué raro.
Nos desprecian a los centroamericanos por tener sangre indígena y ahora han tenido la idea de enviar afuera a los cubanos... qué habrá cambiado?
Publicar un comentario