El viejo refrán popular dice “el que escupe para arriba le cae
saliva en la cara”, y pareciera ser lo que le ocurre a Francia en este instante
ante el Terrorismo, y donde la variable clave no es ni la violencia ni el
fundamentalismo sino una vez más el petróleo y la influencia militar sobre
zonas estratégicas.
Albis Eduardo Mayora Pernía /
Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela
I. To Be or Not To Be
“Ser o no ser” es el gran dilema de la vida y al mismo tiempo,
la frase más recordada y citada de Shakespeare, y parece además ser la gran
incógnita actual de Francia ante el Terrorismo.
Resulta difícil rastrear y hacer una suerte de genealogía de la
violencia humana que pueda relacionar el terrorismo actual con el relato
bíblico de Caín y Abel y así justificar el uso de violencia cada vez más
tecnificada para combatir las violencias más “bárbaras”, sin embargo, sí podemos hacer una pequeña pesquisa de las conexiones modernas entre Francia y
el terrorismo.
Francia ahora afronta el escandaloso caso de los ataques del 13
de Noviembre acusando de terrorismo a todo el parezca distinto y huela raro en
una suerte de paranoia que pareciera justificar su andanada de violencia que
incluye desde quemas de mezquitas en las principales ciudades francesas hasta oleadas
de bombardeos sobre territorios bajo sospecha.
II. Libertad, Igualdad, Fraternidad… Propiedad
La Francia Revolucionaria, muchas veces puesta como ejemplo de
democracia y arquetipo de la división de poderes públicos así como pionera en
materia de derechos humanos tiene al menos en su historiografía oficial dos
episodios conocidos genéricamente con el nombre de: “Terror”.
En efecto, el Terror fue un período muy convulso y es mejor
recordado por uno de los íconos revolucionarios por excelencia: la guillotina.
La burguesía liberal francesa, en su afán de control del poder político
comienza a acusar indiscriminadamente a la población de
“contrarrevolucionaria”, cualquiera estaba bajo sospecha, y en una verdadera
profiláctica social los expeditos procedimientos judiciales que seguían a las
detenciones arbitrarias desembocaban casi siempre en ejecuciones sumarias con
la herramienta inventada por el doctor Guillotine.
Este período duró cerca de un año entre 1793-94, la tortura y la
muerte se habían impuesto por decisión Estatal a todos los enemigos de los
ideales revolucionarios, y así asistimos al primer episodio comprobable de
“terrorismo de Estado”. La democracia liberal burguesa y representativa nacía
sobre la gran mancha de sangre de aquellos que quedaban sin representación,
pues la Libertad, la igualdad y la Fraternidad era privilegio reservado a los
propietarios.
Las estimaciones van en un rango de entre 11.000 hasta 40.000
muertes, sin contar torturados, desaparecidos y exilados. El Terror, tras la muerte
de Robespierre no acabaría así como así, en 1815 tras la derrota de Napoleón y
el restablecimiento de la monarquía sería reeditado por la aristocracia, esta
venganza monárquica emprendida ahora contra los enemigos de “Tradición y Fe”
utilizaría métodos idénticos y también sería llamada “Terror”.
Historiográficamente se diferencian: el primero es llamado “Terror Rojo” y el
segundo “Terror Blanco”.
Francia se convertiría sin importar su tendencia política
general en el primer Estado Terrorista, capaz de aplicar toda la brutalidad de
la violencia humana a través de mecanismos y racionalidades institucionales a
su propia población.
III. Tu es Partout
La canción popularizada por el “Gorrión de París”, Edith Piaff,
hacía referencia a un amante traicionero y se convirtió en una suerte de himno
de la resistencia francesa a la ocupación nazi durante la llamada “Segunda
Guerra Mundial”.
Durante los primeros movimientos de ocupación en Europa, Francia
y su ejército prácticamente no tomaron ninguna previsión y se limitaron a
pequeños ejercicios: el resultado es el armisticio de París del 22 de Junio de
1940 que establece la ocupación alemana del 60% del territorio Galo en las
Provincias del Norte y concede el 40% restante del sur a una administración civil
francesa liderada por Petián y Laval.
Se abandona la constitución de la Tercera República Francesa y
se adopta la denominación de “Estado Francés”, se establece una “milicia”
encargada de hostigar bajo asesoramiento de los servicios de inteligencia nazi
en principio a todos los comunistas y socialistas y luego la persecución se
extendería a homosexuales, gitanos y finalmente judíos.
Los capitalistas que no habían huido al exilio pusieron el
parque industrial al servicio de los nazis con todo y trabajadores y ocuparon
cargos de cierta importancia en la administración. Como primera medida contra
los comunistas franceses se estableció el STO (Servicio de Trabajo Obligatorio)
donde todas las regulaciones laborales quedaban derogadas y se aprovechaba el máximo
potencial de la fuerza de trabajo calificada que literalmente “trabajaría hasta
morir”.
Del seno de las organizaciones sindicales comunistas surgen los
primeros movimientos de “resistencia” ante la ocupación nazi, sobretodo en Lyon
donde el comunismo francés había tenido siempre su mayor base de aceptación y
sus líderes más destacados. Casi todos murieron en Alemania fabricando armas
para el ejército nazi otros fueron obligados a combatir en la Unión Soviética
como parte de los “Regimientos de Voluntarios Franceses contra el
Bolcheviquismo”.
El resto de la élite política y económica de Francia se había
autoexilado, una parte en Argelia y la
otra en Gran Bretaña y desde allí establecerían gobiernos paralelos
autoproclamados continuadores de la III república francesa, unificados bajo la
autoridad del General DeGaulle bajo el nombre genérico e irónico de “Francia
Libre”.
Esta “Francia Libre” organiza la “resistencia francesa” que aun
cuando contó con amplia red de apoyo popular de civiles no combatientes, tenía
fundamentalmente un selecto cuerpo de agentes combatientes repartidos en
“células” no interconectadas entre sí para dificultar la neutralización de las
mismas por parte de los servicios de inteligencia nazi.
La cara “heroica” de la resistencia nos refiere a grupos de
personas que ocultaban a perseguidos judíos o que repartían folletos o que
distribuían información obtenida por diversos medios, son los que solemos ver
en las películas. Sin embargo la cara menos conocida de la “resistencia” estaba
conformada por agentes de inteligencia francesa formados y entrenados por la
SAS (Servicio Aéreo Especial Británico)
y la OSS (Oficina de Servicios Estratégicos, Norteamericano Predecesor
de la CIA) en instalaciones de la Legión Extranjera en Argelia.
El cuerpo curricular del entrenamiento incluía: combate urbano,
guerra irregular, sabotaje, explosivos, camuflaje, infiltración, interrogatorio
(torturas), señales (uso de lenguajes clave por radio y otros medios) y un
sinfín de especializaciones en manejo de armas cortas de fuego y armas blancas.
Las principales operaciones eran: en territorio ocupado
desmantelar las líneas de abastecimiento (envenenar fuentes de agua, voladura
de puentes, descarrilamiento de trenes, bloqueos de carreteras), asesinatos
selectivos (atentados casi siempre con explosivos a oficiales nazis en sitios
públicos sin importar la muerte de civiles), recolección de información (en la
que generalmente se utilizaba a un civil no combatiente comprometido con “la
causa” que en caso de ser descubierto era abandonado a su suerte que no era
otra que muerte por torturas a manos de la Gestapo), en territorio no ocupado
(o Vichy) represalias a los “colaboracionistas”, es decir, amedrentamiento,
torturas y atentados contra todos aquellos que no apoyaran a la resistencia
abiertamente.
Nuevamente el Estado Francés opta por el terrorismo interno,
aunque esta vez con la justificación de un enemigo externo, el modelo de la
“resistencia francesa” se exportó exitosamente en toda la cuenca del mediterráneo
en la lucha contra los nazis y así hubo células con el mismo modus operandi en
Libia, Túnez, Egipto, Palestina, Arabia, Mesopotamia, Turquía, Líbano, Siria,
Armenia, y hasta en Italia y Grecia. Pero también se llevó a otros territorios
coloniales franceses en el pacífico para combatir la ocupación japonesa.
René Cassin, uno de los grandes ideólogos de la “Francia Libre”
y redactor de varios documentos doctrinarios de la “resistencia” que siempre
instaba a las células a infundir el mayor “Terror” posible al enemigo sin
tregua, tras la victoria “Aliada” será el principal redactor de la declaración
de Derechos Humanos de la ONU en 1948 en donde por cierto no perdió la
oportunidad de dejar plasmado el derecho de la burguesía francesa (y universal)
de luchar por encima de las reglas democráticas contra todo aquello que se
considere “tiranía” y así justificar y exculpar a la “resistencia” de los
desmanes cometidos contra sus propios compatriotas; por sus esfuerzos desde el exilio británico,
este padre intelectual del Terrorismo de Estado Francés recibió las más altas
condecoraciones de la República y de paso es reverenciado como padre del
derecho administrativo francés.
IV. La Haine
Esta palabra francesa es el título de una película de los años noventa
que narra la vida de tres jóvenes franceses de origen magrebí sometidos a la
más cruenta discriminación étnica, religiosa, cultural, social y económica;
habitualmente en castellano este título fue traducido como “el odio”.
Sin embargo, entre los significados en francés tenemos:
animosidad, enemistad, resentimiento, agresividad, rencilla, antipatía, cólera,
vehemencia, aversión, antagonismo, repulsión, oposición, desacuerdo, execración
y hostilidad. En todos los casos La Haine, en el contexto de la lengua francesa
casi nunca se usa para referirse a un odio personal sino casi siempre a “odio racial”, asociado al resentimiento de
poblaciones procedentes de territorios coloniales.
Al parecer esta asociación del término comienza a partir del 8
de mayo de 1945, es conocido como el día de la victoria, Alemania firma la
rendición y la Francia Libre comienza las celebraciones en todo su territorio
“desocupado” de nazis y en sus territorios “ultramarinos”. Paradójicamente ese
mismo día en Argelia una de las bases fundamentales para la “resistencia” los
argelinos comienzan a exigir reivindicaciones por su papel en la victoria y
esperan ser recompensados con la libertad, la respuesta de la República
Francesa en cuanto se refiere a represión haría palidecer a la tiranía nazi.
Los movimientos nacionalistas y anticolonialistas de las
ocupaciones francesas ante la respuesta de represión brutal aplicada en su
contra recurren a la reactivación de las células de la “resistencia”. Francia
que las entrenó, las aupó, las financió y las justificó en la lucha contra la
tiranía nazi, ahora las desconocería y las catalogaría de terrorismo. No en
balde los primeros estudios académicos para explicar el terrorismo y su
funcionamiento e intencionalidad se centrarían en Francia y no por casualidad
sería Francia el primer y más frecuente objetivo de ataques “terroristas”
durante la “Guerra Fría”.
Los esfuerzos represivos estarían concentrados en posesiones más
cercanas como Argelia y allí donde no les fue posible aplicar el máximo de
brutalidad cedieron el paso a los Estados Unidos, por ende Indochina
(particularmente Vietnam) se convertirá en el primer teatro de operaciones
directas de la CIA, mucho antes de que se enviarán “asesores militares”, por
cierto que la CIA utilizaba en principio los mismos manuales de la
“resistencia” que luego perfeccionó con métodos tomados de la mafia.
Así Francia inaugura la era del “terrorismo fundamentalista”
para acusar de violento a quienes aplicando sus mismas técnicas no tenían
opción democrática ni civilizada alguna frente a la prepotencia colonialista.
V. Crónica de un Ataque Anunciado
El SAMU, es el Servicio de Asistencia Médica de Urgencias de
Francia, es uno de los más famosos en todo el mundo por su eficacia. Ese día 13
de Noviembre en la mañana, la mayor parte de las unidades fueron convocadas al
desarrollo de un ejercicio que simulaba varios ataques terroristas simultáneos
en diversos puntos.
¿Cuál no sería la sorpresa de los socorristas y paramédicos esa
noche cuando aquello que habían simulado en la mañana tendrían que vivirlo con
víctimas reales?, por cierto que varios departamentos de bomberos de ciudades
estadounidenses realizaron simulacros de asistencias ante eventos terroristas
el 10 de Septiembre de 2001 en la tarde y el mismo 11 de Septiembre a primeras
horas de la mañana.
Parecen estar destapándose cada vez más las conexiones reales
entre el Estado Francés desde Miterrand, pasando por Sarkozy y llegando a
Hollande, con diversos grupos “terroristas” de la talla de Al- Qaeda y Daesh
(Emirato Islámico que intencionalmente ha sido traducido como Estado Islámico),
además son obvias las ventajas que ha obtenido Francia de las intervenciones
directas e indirectas en Libia y Siria.
El viejo refrán popular dice “el que escupe para arriba le cae
saliva en la cara”, y pareciera ser lo que le ocurre a Francia en este instante
ante el Terrorismo, y donde la variable clave no es ni la violencia ni el
fundamentalismo sino una vez más el petróleo y la influencia militar sobre
zonas estratégicas.
Quién sabe si los ataques realizados en este instantes por los
“Rafale” lanzados desde el portaviones “De Gaulle” más que borrar del mapa
agrupaciones terroristas estén borrando pruebas incriminatorias definitivas de
la participación francesa en el fortalecimiento de ese terrorismo que
casualmente ataca a Gobiernos inconvenientes a los intereses franceses y a los
de sus aliados en la coalición hegemónica del capitalismo trasnacional.
Ser o no ser es secundario ahora, ya sabemos que Francia es
terrorista de vieja data y simpatizante reciente de terrorismos inoportunos,
pero la cosa es que aplicando una reversión psicológica a través de los medios
una vez más se nos presenta como víctima.
El Oriente Medio y la Tierra Santa disfrutó de cien años de paz
y de perfecta tolerancia religiosa entre musulmanes, cristianos y judíos, o al
menos eso dice cierta tradición musulmana acerca del reinado de Saladino y sus
descendientes, todo terminó con la llegada de los primeros caballeros cruzados
que venían de occidente, casualmente eran franceses.
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