Por caminos distintos neoliberalismo y fascismo empiezan a coincidir. La
gran paradoja de los tiempos venideros,
es que la izquierda luchará por banderas que la derecha abandonó.
Carlos Figueroa Ibarra /
Especial para Con Nuestra América
Desde San José, Costa Rica.
Me encuentro en San José, Costa Rica, en el XXX Congreso Latinoamericano
de Sociología organizado por la Asociación Latinoamericana de Sociología. Magno
evento de miles de estudiantes y académicos interesados en las ciencias
sociales y en particular de la sociología.
Asistí con particular interés a la conferencia magistral del Dr. Franz
Hinkelammert, un economista, teólogo y sociólogo alemán de gran valor
académico. Solamente el nombre de la conferencia era atractivo: "El
vaciamiento de los derechos humanos en la estrategia de la globalización".
Desde hace tiempo, en mis artículos académicos y periodísticos he planteado que
al neoliberalismo se le ha vuelto una camisa de fuerza la democracia liberal y
representativa y el respeto a los derechos humanos.
Esto acontece porque el neoliberalismo es una manera de acumulación
capitalista que expande la pobreza y profundiza las desigualdades,
desciudadaniza a millones de personas y ahora en el contexto del impulso al
extractivismo, ha profundizado el despojo de tierra y territorios de
comunidades rurales. La acumulación por desposesión, como lo ha apuntado el
teórico inglés David Harvey, expropia y privatiza los bienes comunes que no son
solamente son tierra, territorios sino también los logros sociales que se consiguieron
durante la etapa keynesiana y desarrollista del capitalismo. Una situación como
ésta implica un recrudecimiento del autoritarismo y de la represión aún cuando
esto se haga en nombre de la democracia y del estado de derecho.
Escuchando a Franz Hinkelammert, un teórico que ha estudiado
profundamente a los padres fundadores del neoliberalismo, Ludwig Von
Mises, Friedrich Hayek y Milton
Friedman, uno puede constatar que el vaciamiento
de los derechos humanos en el contexto de la globalización neoliberal, no
solamente procede de la práctica depredatoria
del neoliberalismo sino que comienza en las mismas bases teóricas
neoliberales. Hinkelammert ha recordado en este congreso de sociología cómo Von
Mises teorizó acerca de lo que consideraba un error extendido: el creer que la
naturaleza le ha concedido a los seres humanos
derechos inalienables por el sólo hecho de haber nacido. Y también
recordó cómo Hayek expresó que una sociedad
"libre" tendría que aceptar pautas morales en las que se debería
sustentar que es necesario preservar las vidas de los seres humanos "pero
no todas las vidas". Estos
razonamientos son tan brutales que nos hacen recordar lo que alguna vez dijo el
líder falangista español José Antonio Primo de Rivera: "Cuando escucho la
palabra humanidad me dan ganas de sacar la pistola".
El neoliberalismo desmanteló al Estado de bienestar y ahora criminaliza no solamente al comunismo
sino a la socialdemocracia clásica. Hoy el Primer Ministro británico David
Cameron considera al líder actual del laborismo Jeremy Corbyn (socialdemócrata
de izquierda), un peligro para la nación, la economía y la familia británicas.
Y en la propia Costa Rica nos informa Hinkelammert, el antiguo proyecto social
de José Figueres es visto como de extrema izquierda.
Por caminos distintos neoliberalismo y fascismo empiezan a coincidir. La
gran paradoja de los tiempos venideros,
es que la izquierda luchará por banderas que la derecha abandonó.
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