Estamos
ante un gobierno sumamente corrupto y un Estado cooptado por redes criminales,
por el capital local y transnacional, y por elites militares, que en conjunto
persiguen sus intereses cupulares, elitistas y clasistas, y contribuyen
determinantemente a la reproducción de las condiciones de atraso, miseria,
explotación y despojo de los recursos públicos.
Antonio Castillo* / Especial para Con
Nuestra América
Desde
Ciudad de Guatemala
Roxana Baldetti y Otto Pérez Molina, vicepresidenta y presidente de Guatemala, respectivamente, están el centro de la crisis pro corrupción en el país centroamericano. |
El 16 de
abril fue capturada una estructura criminal orientada a la defraudación tributaria.
Ha sido una captura de alto impacto, debido a que los procesados son
defraudadores consuetudinarios como Francisco
Javier Ortíz (teniente Jerez, perteneciente
a la vieja red de Alfredo Moreno y de exmilitares de alto rango vinculados al
crimen organizado), funcionarios menores y medios, como Anthony Segura Franco, Secretario General del Sindicato de la SAT
controlado por esta red criminal, así como altos
ex funcionarios (como Carlos Muñoz,
ex superintendente de la Secretaría de Administración Tributaria, SAT) y
funcionarios (como Álvaro Franco,
actual jefe de la SAT, y Juan Carlos
Monzón, ex militar y actual secretario privado de la Vicepresidencia) del
gobierno Pérez-Baldetti-Sinibaldi.
Asimismo, porque están involucradas 1,200 empresas como evasoras y usuarias
corruptas de esta red criminal.
Estos
graves y reveladores hechos, sin duda, evidencian varios asuntos graves que
deben ser considerados en el análisis político con relación al actual gobierno,
al sistema de partidos políticos, a la institucionalidad pública y al
empresariado como expresión del capital.
Análisis del gobierno “patriota”
Nuevamente
la Vicepresidenta Roxana Baldetti aparece
salpicada con hechos al margen de la ley. No sabemos con certeza su implicación
con esta red criminal, pero sí de su implicación política. Baldetti ha sido denunciada públicamente por enriquecimiento
ilícito (el caso de su mansión y otras propiedades), uso de fondos públicos
para fines privados y políticos, además de vínculos sospechosos con estructuras
de crimen organizado. En este caso, su secretario privado en la
vicepresidencia, Juan Carlos Monzón,
es decir quien se encarga de atender de forma inmediata y cotidiana los asuntos
privados de Baldetti, es la persona
que resulta uno de los jefes de la estructura criminal capturada. Hablamos
entonces de uno de los operadores de confianza absoluta de Roxana Baldetti.
Roxana Baldetti eligió como su
secretario privado a Juan Carlos Monzón,
un personaje que había sido señalado de ser parte de una red de robo de vehículos
y motocicletas (fue capturado por la PNC en 2001) y parte de la red de
contrabando de Alfredo Moreno, de
quien era concuño. Han sido documentados, además, bienes de su propiedad que no
corresponden con sus ingresos como funcionario ni con el tipo de negocio legal
que ha declarado. Por tales acusaciones tanto Pérez Molina como Roxana
Baldeti salieron públicamente en su defensa, fue ratificado como operador
de la vicepresidente y nombrado –como un mal sarcasmo- como parte de la
Comisión Nacional Contra el Contrabando (CONACON).
En la
misma estructura participaba Salvador
González, representante legal de la Corporación de Noticias y de
Comunicaciones Ibw, vinculado a negocios de publicidad con el gobierno,
contratos con el IGSS, con el organismo judicial y con la Contraloría General
de Cuentas. Además, era gerente de Siglo
XXI y Al Día. Es decir, un
criminal que hacía negocios con el actual gobierno del Partido “Patriota” (PP).
Tal
estructura inserta en la SAT ha estado vinculada con militares y políticos que
han estado o están detrás o al frente de gobiernos. Se habla de sus vínculos
con aquella red creada desde los años
70, y a la cual han pertenecido exmilitares como los generales Cancinos, Callejas y Callejas, Ortega
Menaldo y Letona. A esta red también ha sido vinculada la actual
vicepresidenta, Roxana Baldetti.
Un
elemento revelador es que el funcionario que nombra a los superintendentes de
la SAT es directamente el presidente de la república, es decir, por Otto Pérez Molina. Esto implica que
tiene responsabilidad política y, para alguien como él, que posee experiencia
en labores estratégicas de inteligencia, sería muy difícil que no conozca los
antecedentes e implicaciones de sus altos funcionarios.
La
captura de esta red criminal con presencia y vínculos de alto nivel en el
actual gobierno, continúa evidenciando el carácter de quienes actualmente
ocupan los altos cargos en el organismo ejecutivos y, por consiguiente de la
actual gestión. Estamos ante un gobierno que muestra profundos signos de
corrupción.
Análisis de la institucionalidad pública
Es sabido
que la SAT ha sido un nido y una fuente de enriquecimiento ilícito. Por
consiguiente, ha sido una institución en disputa para utilizarla con objetivos
de evasión y corrupción. Los grupos que la controlan o pretenden controlarla
suelen financiar y participar en los principales partidos políticos y han
formado parte de sucesivos gobiernos.
Esta organización criminal, parece hacer parte de una estructura creada y que
actúa desde finales de la década de los 70, desarrollada por militares contrainsurgentes de alto rango.
La
estructura criminal actuaba a partir de ubicar a sus miembros en los más altos
cargos y, a partir de ahí, nombrar funcionarios medios y menores en los ámbitos
del control y cobro tributario de su interés. Los capturados controlaban al más
alto nivel la aduana del Puerto Quetzal, Puerto Santo Tomás y la Aduana
Central, con políticas de intervención del gobierno de Pérez-Baldetti-Sinibaldi. Estamos, entonces, ante una SAT completamente
cooptada por el crimen organizado, al más alto nivel.
Tales
redes han hecho de la SAT una institución carcomida por la corrupción de
agentes públicos y privados, corroída en su función de cobro eficiente y eficaz
de impuestos y, por consiguiente, para garantizar los necesarios fondos que
requiere el Estado para cumplir con su cometido constitucional.
La
instancia del Ministerio Público (PP)
que opero en la investigación y detención, hasta donde se sabe actuó autónoma y
eficientemente, o en su caso, bajo la mira de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), quien dirigió el proceso. Esto
impidió que, inclusive el ministro de gobernación, Mauricio López Bonilla, supiera de dicho operativo, antes o en su
inicio. Esto implicó sortear las posibles filtraciones y el control de daños
inmediato por parte del actual gobierno, del Partido “Patriota”, o de infiltrados de esta red criminal en otros
órganos estatales.
Análisis de las implicaciones políticas y
electorales
Es indudable
que este hecho golpea fuertemente las intenciones del gobierno por evitar que
la CICIG continúe en el país, siendo que es esta instancia la principal
responsable de la captura y sin la cual es poco probable que hubiera ocurrido.
El gobierno de Pérez Molina, tiene
hoy argumentos aún más débiles para impedir la continuidad de la CICIG en el
país, mientras quienes la apoyan han encontrado en la captura de esta
organización criminal un fuerte argumento para mostrar su respaldo a la misma.
Con este
hecho, el MP logra prestigiarse temporalmente, entidad que había sufrido de
fuertes cuestionamientos con la llegada de la actual fiscal general, debido al
carácter conservador y relación de la funcionaria con el actual gobierno. Por
lo demás, es deuda la captura de los empresarios implicados como evasores de
impuestos. ¿Por qué no hay ninguna
captura de empresarios todavía?
El hecho
también genera un fuerte golpe a la candidatura de Alejandro Sinibaldi del Partido
Patriota, debido a su responsabilidad en y con el gobierno Pérez-Baldetti-Sinibaldi. Los rumores
de su posible migración al partido Todos, como lo más probable, adquiere
mayores posibilidades, si es que tiene la inteligencia para garantizarse, como
mínimo, una campaña aceptable en el camino por la presidencia de la República.
En el
tintero de la captura de esta red criminal, quedan plasmadas las
responsabilidades, por lo menos políticas, del gobierno de Pérez-Baldetti-Sinibaldi, quienes debieran renunciar a sus cargos
por sus vínculos tan estrechos y el respaldo que con anterioridad dieron a los
altos funcionarios involucrados en esta organización delincuencial.
Queda en
el tintero, asimismo, una red de extrema derecha, integrada por operadores e
ideólogos como Luis Mendizabal y Ortega
Menaldo. No olvidemos que las reuniones de la red criminal se realizaban en
el negocio de Luis Mendizábal
(Trajes Emilio), quien ha sido parte de estructuras ilegales y clandestinas,
como el de la famosa oficinita que operaba para estructuras contrainsurgentes
durante los años 70 a los 90. Mendizábal, además, ha sido parte de estructuras
golpistas de extrema derecha en las cuales han hecho mancuerna con Mario David García y Mario Fuentes Destarac, acusados de
conspirar con el caso Rosemberg en 2009. En el negocio de Mendizabal funcionaba
la oficina de la red criminal y fueron encontrados varios millones en efectivo
producto de los hechos criminales.
Análisis de las implicaciones del
empresariado
Más de
mil 200 empresas hacían uso de esta red criminal. Esto las convierte en
evasoras, corruptas y cómplices. Si pensamos que en estos hechos de evasión y
corrupción estuvieron implicados dueños, gerentes y operadores, el número de
personas implicadas aumenta considerablemente.
Es
indudable que la ideología del capital, es decir, de los empresarios y sus
empresas, se plasma en ideas como “lograr la mayor competitividad en el mercado
local y transnacional”. Esta competitividad no la hacen a través de adquirir la
tecnología y maquinaria más desarrollada, de la contratación de mano de obra
altamente capacitada, etc. Dicha competitividad la logran a partir de despojar
y explotar los recursos naturales, explotar al máximo a los trabajadores en el
campo y la ciudad, pagar salarios de hambre (como el salario diferenciado), manejar
la institucionalidad del Estado a su favor y evadir legal e ilegalmente el pago
de impuestos.
La
captura de la red criminal evidencia este último mecanismo. Para lograr la
mayor competitividad en el mercado local y transnacional y lograr la máxima ganancia,
empresarios hacen uso de las redes criminales –o hacen parte de estas–que les
permiten evadir el pago de impuestos.
A manera de conclusión
Estamos
ante un gobierno sumamente corrupto y un Estado cooptado por redes criminales,
por el capital local y transnacional, y por elites militares, que en conjunto
persiguen sus intereses cupulares, elitistas y clasistas, y contribuyen
determinantemente a la reproducción de las condiciones de atraso, miseria,
explotación y despojo de los recursos públicos.
En ese
contexto, los honestos y honrados de este país, debiéramos levantar una campaña
para exigir, para empezar, la renuncia del presidente Pérez Molina, la vicepresidenta
Roxana Baldetti y la renuncia
del empresario-político Alejandro
Sinibaldi como candidato presidencial. Asimismo, para exigir que se capture
y procese a los empresarios implicados en estos hechos criminales y a los
miembros de la estructura criminal que aún falta capturar.
* Politólogo, con experiencia en docencia universitaria en la USAC.
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