Todos
los pasos dados a partir del 10 de diciembre pasado han sido consensuados con
el Congreso de la nación. Congreso que no participó ni en la gestión con el
organismo financiero ni el monto y cantidad de las remesas de dólares
recibidos. Compromiso que ató de pies y manos al gobierno recién asumido y del
que ahora, corean los distintos voceros de la alianza opositora, ruegan que no
se profundicen las críticas, que no busquen responsables en pos de la
convivencia y armonía.
Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Buenos Aires, Argentina
El
caradurismo puede llegar a extremos que, para poder describirlo, hay que hacer
un elogio al cinismo. Tirar la piedra y esconder la mano. Que otro se haga
cargo de los platos rotos. Hacer daño y negarlo. En definitiva negar, negar
todo lo realizado. La negación quita responsabilidad, la traslada y la traslada
justamente a quien intenta reparar el daño. Estrategia torpe, pero estrategia
al fin. Picardía si se quiere, según sus consecuencias. Tal vez tolerable en un
niño, jamás en un adulto, cuya responsabilidad está encuadrada en el marco
jurídico, en las leyes que le recuerdan que es sujeto de derechos y deberes.
Traducido a la mentalidad imperante, estas dos facultades se licúan en un solo
término: privilegio y, quien solo tiene privilegios, es impune. Alguien que
mantiene privilegios y es impune, indudablemente es poderoso, pertenece al
selecto club de los ricos. Ejemplos cunden en un mundo al revés, desde el
rubicundo y convencido amo del mundo hasta sus súbditos y lacayos del patio
trasero.
En su
desenfrenada carrera de voracidad financiera arrasaron con el país, crisis que
acarreó una deuda impagable. Situación que ha generado una interminable
negociación con el FMI, lugar donde también se han partido las aguas
complicando a la institución por trasgredir su estatuto, como también separando
directivos que se complicaron con la Alianza Cambiemos.
Todos
los pasos dados a partir del 10 de diciembre pasado han sido consensuados con
el Congreso de la nación. Congreso que no participó ni en la gestión con el
organismo financiero ni el monto y cantidad de las remesas de dólares
recibidos. Compromiso que ató de pies y manos al gobierno recién asumido y del
que ahora, corean los distintos voceros de la alianza opositora, ruegan que no
se profundicen las críticas, que no busquen responsables en pos de la
convivencia y armonía.
Difícil
de no hacerlo porque cada oficina o sector de la compleja administración
pública da muestras del saqueo que, hasta emblemático resulta el joven
macrista, Rodrigo Sbarra, que dejó olvidado en un cajón un sobre con u$s 10.000
en el ministerio de la producción. Claro, al solicitársele explicaciones, negó
cualquier vínculo con ese sobre incriminatorio, aunque para ingresar a esa
oficina había que sortear medidas de seguridad inusuales y su patrimonio
personal subió de manera inexplicable como el de muchos otros funcionarios.
Todos cortados por la misma tijera. Ex directivos del Banco Central y ministros
de economía que se beneficiaron con sus acciones, incrementaron sus fortunas y
las tienen resguardadas en el exterior y, por el momento, disfrutan de
merecidas vacaciones luego de los estragos causados. Mientras se destraban
causas judiciales frenadas por jueces amigos, como el dilatado caso del Correo
Argentino o los peajes de autopistas que involucran al presidente Macri en
particular, al ex presidente del Banco de la Nación, Javier González Fraga por
haber dado un préstamo multimillonario a la empresa Vicentín que luego se
presentó en convocatoria de acreedores, siendo que es una de las mayores
exportadoras.
Un
dislate inentendible, como inentendible es que con todo el daño colectivo
causado, se muestren como ganadores, respaldados por ese 40% de votantes, lo
que les da el derecho de criticar las medidas adoptadas por Fernández –
Fernández.
Ejemplo
de ello es el aumento de las jubilaciones y pensiones por decreto, dejando de
lado la fórmula macrista. Ellos no entienden que congelar tarifas de servicios,
combustibles, pisar el dólar en $63, no emitir moneda para no agrandar la base
monetaria, pero sobre todo no generar inflación, además de rechazar préstamo
pendiente del FMI, es una negociación compleja y ardua que, como resultado
inmediato ha sido la baja del índice inflacionario de enero.
Cuando
acusan el golpe si lo acusan, hablan de cuestiones climáticas, a tormentas o
turbulencias como si estuvieran en pleno vuelo y un fuerte viento marcara el
rumbo. Lo dijo el ex presidente. Lo dijo González Fraga. La culpa es de otro y,
si es algo tal imprevisible como un factor climático, mejor.
Sin
embargo la corporación judicial, una parte de la cual jugó a favor de los
intereses macristas, se niega a aceptar
la solidaridad previsional que indica un aumento por decreto para todos los
jubilados y pensionados del país. Solidaridad basada en beneficiar a la inmensa
mayoría que cobra la mínima y luego los sueldos que exceden esa categoría,
entre los que se incluye el cuerpo diplomático y el poder judicial. Indican que
es inconstitucional, por lo tanto no quieren perder privilegios ya que, como
siempre, no pagan impuesto a las ganancias. Sigue siendo el único poder
incólume encargado de hacer cumplir las leyes. Es lamentable, aunque dada la
dignidad que ostenta el Consejo de la Magistratura, reclama no tocar sus
ingresos bajo ningún concepto, injerencia que sostienen, vulneraría su
necesaria independencia y podría generar una ola de reclamos particulares.
Desde luego, quienes más conocen y defienden el cumplimiento de las leyes,
denuncian la inconstitucionalidad de la medida, la fragrante violación de la
Carta Magna. Grave acusación dado el aberrante endeudamiento que obliga a
medidas de emergencia drásticas, medidas adoptadas en forma conjunta entre el
Ejecutivo y el Legislativo, a través del Congreso de la Nación. Es de destacar
que el endeudamiento con el FMI en un 90% del PBI fue contraído entre el presidente
Macri y Christine Lagarde responsable del organismo en 2018, hecho no
cuestionado por el Poder Judicial.
Elogio
al cinismo. Cinismo exacerbado del grupo de poder convencido de convencer al
soberano para que coma de su mano las míseras migajas que arrojan al descuido.
Propaladores del derrame mil veces comprobado que nunca se dio como la mano
invisible del mercado que articula oferta y demanda. Ahora las tetas flacas de
un estado raquítico deben amantar deudores y, si alcanza, las bocas resecas de
una población que se arrastra para sobrevivir. Sobrevivir a tanta mentira y
cinismo es la batalla cotidiana entre la esperanza de un instante de encuentro
y la alegría de reconocer un nosotros que siempre estuvo, pero que la bandada
de buitres tapó el sol y, cada tanto, filtra algún rayo prodigioso.
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