EEUU ha movilizado todos sus recursos
diplomáticos para detener el intercambio comercial potencial entre Panamá y
China. No hay que olvidar que estas medidas son previas a las sanciones
económicas y a las intervenciones militares.
Marco
A. Gandásegui, h. / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
En sólo seis
meses, de agosto de 2019 a febrero de 2020, dos secretarios de Seguridad
(‘Homeland Security’) y dos sub-secretarios de Estado y de Defensa han visitado
a Panamá. En cada visita le han mostrado al gobierno panameño su disgusto por
las relaciones con China. En octubre el subsecretario de Estado, Michael Kozak,
recomendó que Panamá se alejara de China. Durante una visita navideña (2019) el
secretario de Seguridad, Chad Wolf, se mostró intranquilo con la relación entre
Panamá y China. El subsecretario de Defensa, Sergio de la Peña, durante sus
visitas en febrero de 2020 al Canal de Panamá y a la frontera con Colombia,
respectivamente, también mostró su preocupación por la presencia china.
Un diario español escribió que “en octubre de
2018, el secretario de Estado, Mike Pompeo, se encargó de dejar muy claras sus
advertencias al entonces presidente panameño, Juan Carlos Varela, sobre las
consecuencias que tendría el avance de China en el país”. Según Pompeo “las
empresas estatales chinas no son dirigidas por el mercado y están diseñadas
para beneficiar al pueblo de China y no a Panamá”.
En declaraciones a The New York Times, el secretario
de Estado “calificó como ‘depredadora’ la actividad china, pero rehusó hablar
de proyectos o casos concretos. Sus palabras constatan una realidad: Washington
está incómodo y ve con recelos que China haya puesto el foco en Panamá. También
que este país, se ha convertido en una pieza más en el tablero de la guerra
comercial que libran las dos potencias mundiales”.
Según el rotativo español, “el Gobierno chino
prefirió responder con hechos y no con palabras. El presidente chino, Xi
Jinpin, visitó la capital panameña menos de un mes y medio después del viaje de
Pompeo y planteó tres prioridades: aumentar la presencia empresarial,
incrementar su papel inversor y consolidar Panamá como centro logístico en
América. Era la primera vez que un presidente chino pisaba suelo panameño.
Aparentemente, no será la última”.
En diciembre de 2018,
desde Buenos Aires, Argentina, Pompeo señaló que "tuvimos
la oportunidad (en Panamá) de reiterarle a toda la región que cuando China
viene con propuestas que son demasiada buenas para creer, es usual que ese sea
el caso”. En abril de 2019, en Chile, dijo que “el problema es cuando China hace negocios a
menudo inyecta capital corrosivo en la economía, lo que propicia la corrupción
y erosiona la buena gobernanza”.
En mayo de 2019, Pompeo llamó por teléfono al
presidente-electo panameño, Laurentino Cortizo, para decirle que le diera “prioridad a la transparencia y el crecimiento económico amplio y
sostenible” en Panamá. El mensaje tenía visos claros que el secretario de
Estado se refería a las negociaciones comerciales entre Panamá y China. En
enero de 2020, desde Jamaica, Pompeo lanzó otra advertencia: “Es tentador
aceptar dinero fácil de lugares como China. ¿De qué sirven esas inversiones si
arruinan su entorno y no crean empleos para su gente?” Pompeo aseguro, en el
mejor estilo maquiavélico, que “las empresas norteamericanas operan con valores
probados para generar buenos tratos y trabajo de calidad: contratos
transparentes, respeto por el estado de derecho, prácticas contables honestas”.
Pompeo
encabezó una lista de prominentes funcionarios de EEUU que han visitado a
Panamá desde que este país estableció relaciones diplomáticas con Pekín en
2017. El funcionario de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mauricio
Claver-Carone, ha estado en Panamá en tres ocasiones. Su misión ha sido
contribuir al enfriamiento de las relaciones entre Panamá y el país asiático.
Logró que Cortizo abandonara el proyecto ferroviario que uniría la capital
panameña con el occidente del país. Así mismo, interrumpió las reuniones para
negociar un tratado de libre comercio.
Según Claver-Carone, “EEUU es el socio
estratégico más importante de Panamá”. China es el segundo usuario del Canal
interoceánico y el principal abastecedor de mercaderías en la Zona Libre de
Colón. En la presente coyuntura (2020) Panamá parece no tener alternativa. EEUU
quiere tener el derecho al veto sobre lo que Panamá va a negociar con China.
Significa, por ahora, sacrificar una posible salida al estancamiento del modelo
rentista de la economía. Lo que menos quiere Washington es que Panamá se
‘empodere’ y planifique su propio desarrollo.
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