Con las sanciones a Rosneft Trading, el gobierno
de Estados Unidos ha subido un nuevo escalón en el conflicto que lo enfrenta al
Estado venezolano desde hace varios años y que ha tenido como objetivo principal
la reinserción de Venezuela en la órbita geopolítica estadounidense, de la cual
Venezuela se ha venido separando.
Leopoldo Puchi / El Universal
Al igual que en la guerra, el propósito de un
país cuando aplica sanciones a otro país es el de doblegar la voluntad de su
Estado para que acceda a las demandas que le hace, para lo cual se utiliza el
método de hacer daño a sus capacidades económicas y a la sociedad.
De modo que se espera que las sanciones a la
filial de la petrolera Rosneft contribuyan a ese fin, al acelerar el colapso de
la economía venezolana y aumentar el deterioro de las condiciones de vida de la
población, con el fin de obligar a Caracas a ceder ante las demandas de
Washington.
ROSFNET
Como se sabe, los ingresos en divisas de
Venezuela dependen de la venta de su petróleo. Y, luego de las medidas
iniciales de 2019, el más importante comercializador de ese petróleo es Rosfnet
Trading, que se ocupa de las operaciones de envío de la mayor parte del crudo, para
que Pdvsa pueda abastecer a sus compradores.
Sin comercialización, bajan las ventas, aumentan
los fletes y los tanques de almacenaje se llenan sin que el producto salga, lo
que obliga a paralizar la producción. Esto ha venido sucediendo hasta ahora, y
el objetivo de la sanción a Rosneft es que la situación se agrave.
ESTRATEGIA
Las sanciones que se han tomado en 2020
corresponden a la estrategia elaborada en Washington en diciembre pasado, que
apunta a acelerar un colapso por la vía de la disminución del ingreso de
divisas, lo que se traduce en disminución de las importaciones de insumos
industriales, alimentos y medicinas.
De acuerdo con un reportaje de Bloomberg, los
funcionarios de la Casa Blanca piensan que “pueden tener una mejor oportunidad
de éxito ahora con las nuevas sanciones”. Se prevé, según escenario del
Atlantic Council, que la restricción de importaciones generaría una situación
social caótica que conduciría a un cambio de gobierno.
El plan consistiría en “una estrategia similar
al año pasado, que incluyó un levantamiento fallido el 30 de abril”, agrega
Bloomberg, pero esta vez en una situación más propicia.
CONFLICTO
El escenario va más allá de una injerencia en
los asuntos del país. No es el de un simple conflicto interno entre Gobierno y
oposición, en el cual EEUU habría tomado partido por uno de los factores. Hay
un conflicto entre el Estado de EEUU y el de Venezuela, que se hizo evidente
con la designación de Venezuela como “amenaza extraordinaria” en 2015. Esta
dimensión geopolítica se entrecruza con la sub trama interna que opone élites y
proyectos de país. Al tener la dimensión geopolítica su propia racionalidad,
debe ser objeto de un dialogo específico entre Washington y Caracas.
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