No se puede
afirmar que la Guerra Fría ha terminado, mientras subsista una sola bomba
atómica en el arsenal de un país, amenazando ser lanzada sobre otro. La
erradicación total del armamento nuclear, para terminar con esa espada de
Damocles que pende sobre la humanidad, debe convertirse en consigna planetaria.
Juan Félix Montero / Especial para
Con Nuestra América
1945: en Hiroshima, EE.UU realiza el primer ataque con armas nucleares de la historia. Una prueba de la capacidad de autodestrucción de la especie humana. |
Definiciones de “Guerra Fría” se encuentran en
muchos diccionarios, enciclopedias y en Wikipedia, sin embargo tienen todas algo
en común: soslayan referirse al acontecimiento que le dio origen y prefieren
tomar para su definición hechos que en realidad fueron concomitantes e
inclusive subsidiarios. En consecuencia, llegan a conclusiones equivocadas sobre
su significación real.
La década de los ochentas quedó en mi memoria, con
motivo del derrumbe del campo socialista, como la época de las dos grandes
mentiras del siglo XX, a saber, el fin de las ideologías y el fin de la Guerra
Fría.
Estas prédicas obedecieron a la necesidad que
tenían los propagandistas e ideólogos del capitalismo de aprovechar
esa coyuntura asestándole un duro golpe- que ellos creyeron definitivo-
a las aspiraciones de la humanidad por construir sociedades alternativas al sistema capitalista. Dicha
campaña ha permeado inclusive a la
izquierda mundial y he podido enterarme que el mismo general Raúl Castro,
presidente cubano, se ha referido al término de la Guerra Fría.
La Guerra Fría ha tenido componentes
ideológicos, económicos, propagandísticos y en especial militares, pero
la bomba atómica siempre estuvo en el centro de todo. Se denominó “fría” esta
guerra porque se libró siempre al borde del precipicio de la guerra atómica, es
decir, de la guerra caliente. Hubo un tiempo en que los EE.UU., único poseedor
de la bomba atómica, se paseaban por el mundo amenazando a distintos países con
hacer uso de ella como vulgar chantaje. No fue sino cuando la extinta Unión Soviética y luego China se propusieron lograr la
paridad atómica que el mundo entró en una época de equilibrio nuclear, la
llamada coexistencia pacífica.
Después de lograda la paridad nuclear por la URSS,
vinieron los tratados Start y el compromiso de la URSS en
no ser jamás el primero en lanzar la bomba contra otro país. Esta guerra nunca
llegó a ser caliente porque ninguno tuvo la osadía de hacer uso de este
fatídico armamento contra el otro, quizá por miedo a las consecuencias.
Decir que la Guerra Fría terminó es tan errado como
decir que nunca existió. Como dice el Mariscal soviético Vasilevski, “la
detonación de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki no fue el final de
la guerra mundial, sino el inicio de la Guerra Fría”.
Muy someramente puedo afirmar que la Unión
Soviética cayó en la trampa de emular con el capitalismo en un terreno que,
desde ningún punto de vista, se corresponde con el modelo de sociedad que se
había propuesto construir. Competir en la construcción de armamentos no es la
misión del socialismo. Competir sobreexplotando los recursos naturales para el
consumismo no es su naturaleza. Al caer obligadamente en esa trampa, el costo a
pagar fue muy grande: esa sociedad socialista capaz de satisfacer las
necesidades crecientes de la humanidad en hermandad quedó postergada por otras
prioridades en la defensa.
El lanzamiento de bombas sobre Hiroshima y
Nagasaki, que inició la Guerra Fría, ha sido justificado alegando que fue la
forma de dar fin a la ll Guerra Mundial; la verdad es que cuando fueron
arrojadas las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, ya había caído Berlín y el
único que seguía activo de los países del eje era Japón. Inclusive la URSS
había virado varios de sus ejércitos y había contribuido a la liberación de la
Manchuria. Japón estaba aislado y asediado por todos lados. Esta es una de las
razones por cuanto aquellos que analizan la historia desde otra perspectiva,
diferente a la versión hollywoodense de la historia, consideran este bombardeo
atómico como desproporcionado e innecesario por decir lo menos. ¿Por qué
apresurar el bombardeo atómico? ¿Porque ya venían los ejércitos soviéticos?
Efectivamente la invasión soviética a la Manchuria
fue realizada dos días después del
bombardeo atómico a Hiroshima y un día antes del de Nagasaki, pero había sido
pactada desde la conferencia de Yalta (4 al 11 de febrero de 1945).
Esto confirma
el apresuramiento de EE.UU. en lanzar las bombas y su propósito
estratégico de afirmar su hegemonía mediante la superioridad militar, una vez
acabada la ll Guerra Mundial y evitar que Japón se viera obligado a capitular
ante la Unión Soviética.
Estados Unidos siempre llevó la iniciativa en el
armamentismo nuclear de la Guerra Fría, a las bombas detonadas sobre territorio
japonés, le siguieron nuevos modelos de bombas, cada vez más destructivos, así
como los misiles y medios para transportarlos: bombas de hidrógeno de varias
ojivas, bombas de neutrones transportadas por submarinos, portaviones, etc.,
etc. Esta bomba de neutrones tenía una concepción escalofriantemente perversa,
terminar con las vidas humanas sin hacer daño a la infraestructura.
A todos estos destructivos inventos le encontró
respuesta la URSS, lo cual fue creando la conciencia de que utilizar ese poder
destructivo significaba ni más ni menos que la destrucción mutua y una amenaza
para la humanidad y el planeta.
Los arsenales atómicos en poder de varias naciones
son actualmente una amenaza para toda la humanidad. Son ya por lo menos nueve
los países que reconocen tener armamento nuclear. Otros países se sienten
amenazados y por ello se esfuerzan por
hacerse con el armamento atómico. Un conflicto se ha solucionado cuando se han
resuelto las causas que le dieron origen. La causa principal de la Guerra Fría
fue la creación de la bomba atómica por parte de los Estados Unidos y la
carrera armamentista que este hecho desató. Esas causas siguen ahí y en lugar de
terminarse, cada vez hay más países que se convierten en potencia atómica.
Las campanas lanzadas al vuelo por la caída de
muros, muerte de ideologías, fin de la Guerra Fría y hegemonía mundial de una sola potencia ha
sido un sueño pasajero. El mundo se encamina por obligación y por necesidad a
un mundo multipolar, y a un nuevo orden económico internacional justo y
necesario. La generación actual y las venideras sabrán sacar las lecciones de
las experiencias para un sistema alternativo al capitalismo e ingresemos a una
Guerra Fría de nuevo tipo, donde el gran reto será emular en sacar adelante a
la humanidad explotando racionalmente los recursos, en paz entre los hombres y
con la naturaleza, en beneficio de todos… para salvar el planeta.
Nos han hecho creer que la Guerra Fría terminó pues
se originaba en los conflictos alrededor del muro de Berlín. Esta es una manera de falsear la historia.
No se puede afirmar que la Guerra Fría ha
terminado, mientras subsista una sola bomba atómica en el arsenal de un país,
amenazando ser lanzada sobre otro. La erradicación total del armamento nuclear,
para terminar con esa espada de Damocles que pende sobre la humanidad, debe
convertirse en consigna planetaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario