Venezuela
libra hoy una nueva batalla, América Latina y el Caribe le han dado su apoyo y
potencias relevantes en el escenario internacional como Rusia y China también lo han hecho. La
oposición de Estados Unidos, España y el
secretario general de la OEA revelan la validez de esta lucha y la justeza de
la misma.
Sergio Rodríguez Gelfenstein /
Especial para Con Nuestra América
Desde
Caracas, Venezuela
La
actitud de la oposición golpista después de finalizado el proceso eleccionario del domingo pasado en
Venezuela, se inscribe en la política desestabilizadora de Estados Unidos en el
continente que ha sido avalada por los sectores más retrógrados de la derecha
europea.
Para
Venezuela, no es algo nuevo, casi desde el mismo momento en que Hugo Chávez
asumió la conducción del Estado, la potencia norteamericana ha puesto en juego
todos sus instrumentos de intervención para producir una regresión que le
devuelva el poder a la oligarquía que había puesto a su disposición la riqueza
del país, en primera instancia el
petróleo y la energía. En esa medida, Estados unidos ha estado detrás del golpe
de Estado y el sabotaje petrolero de 2002 y una vez fracasadas ambas
intentonas, puso a disposición de la oposición venezolana recursos
financieros, mediáticos y hasta
paramilitares colombianos en la búsqueda
de derrocar al gobierno constitucional de la República.
Hoy,
envalentonado nuevamente por el apoyo estadounidense y español, el candidato
Capriles recurre a un expediente de violencia que busca conquistar por la
fuerza el triunfo que no pudo obtener en las urnas.
Sin
embargo, los actores internacionales han hecho caso omiso de la intentona y han
expresado apoyo al gobierno y al Estado venezolano y reconocimiento a Nicolás
Maduro como presidente para el período 2013-2019. Unasur (con la excepción del
suspendido Paraguay) y Celac en la misma situación, han actuado acorde a los
principios de dichas organizaciones, han respetado el veredicto que han emitido
las autoridades electorales del país reconociendo públicamente al nuevo
presidente y enviando a sus embajadores al acto que certifica su victoria.
La
actitud contraria ha provenido de manera primordial de Estados Unidos y España
y de la decadente Europa. Por su parte, la decisión en igual sentido de la OEA
se inscribe en la recurrente actitud de su Secretario General quien para conservar su cargo debe seguir los
dictados de Estados Unidos. Hay que recordar que el señor Insulza forma parte
de la misma coalición de gobierno de Ricardo lagos, presidente chileno que
avaló el golpe de Estado de 2002.
Venezuela
libra hoy una nueva batalla, América latina y el Caribe le han dado su apoyo y
potencias relevantes en el escenario internacional como Rusia y China también
lo han hecho. La oposición de Estados Unidos, España y el secretario general de
la OEA revelan la validez de esta lucha y la justeza de la misma.
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