Estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de
América Latina de una nueva ola desestabilizadora cuyos primeros bocetos ya
están perfilados y que terminará de dibujarse en esta década, y que tendrán a
Honduras, Paraguay, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Granada
y Panamá como paradigmas de los llamados “golpes virtuales o postmodernos”.
Germán Gorraiz López / Especial para Con Nuestra América
Desde España
La importancia de la Alianza del Pacífico fue destacada por el
analista y economista Jorge González Izquierdo, quien dijo a la AFP que este
bloque en lo político “es un contrapeso al grupo que quiso formar el presidente
Hugo Chávez de Venezuela”, en alusión a la Alianza
Bolivariana para las Américas (ALBA),integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia,
Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda.
Así, tras una fachada neoliberal, se escondería un refinado proyecto de
ingeniería geopolítca cuya finalidad última sería
dinamitar el proyecto integracionista representado por la UNASUR e intensificar
la política de aislamiento de los Gobiernos progresista-populista de la región, en especial de Venezuela tras quedar huérfana del alma mater de la
Revolución Bolivariana (Chávez). Dicha estrategia fagocitadora tendría como
objetivos a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a
Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e
incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay). Así,
en el discurso de Obama ante el pleno de la VI Cumbre de las Américas celebrado
en Cartagena (Colombia) en el 2012, recordó que la Carta Democrática
Interamericana declara “que los pueblos de América Latina tienen derecho a la
democracia y sus gobiernos tienen la obligación de promoverla y defenderla, por
lo que intervendremos cuando sean negados los derechos universales o cuando la
independencia de la justicia o la prensa esté amenazada”, advertencia
extrapolable a Ecuador y Venezuela.
¿Hacia el final de Petrocaribe?
Petrocaribe fue creado en 2005 por iniciativa de Venezuela con el
objetivo de suministrar combustibles a los países miembros en condiciones
ventajosas de pago, como créditos blandos y bajas tasas de interés y estaría
integrado por 18 países (incluidos Honduras, Guatemala, Cuba, Nicaragua,
República Dominicana, Haití, Belice y una decena de islas del Caribe) y según
las autoridades venezolanas, el país exporta 100.000 barriles diarios a los
países del bloque que generaban una factura de 4.000 millones de dólares, de la
cual una parte se paga en "efectivo" y el resto estaría subsidiado.
La nueva estrategia de EEUU sería estrechar lazos comerciales y
militares con los países de Petrocaribe ante el peligro de contagio mimético de
los ideales revolucionarios chavistas al depender en exclusiva de la venezolana
Petrocaribe para su abastecimiento energético, empezando por el presidente
dominicano Danilo Medina. Así, según la agencia EFE, el secretario de Estado de
Estados Unidos, John Kerry, en una conferencia sobre energía y cambio climático
en el centro de estudios Atlantic Council de Washington afirmó que “si
Petrocaribe llegara a caer debido a los acontecimientos en Venezuela, podríamos
acabar con una grave crisis humanitaria en nuestra región". Asimismo, el
pasado enero, el Gobierno estadounidense celebró una Cumbre de Seguridad
Energética en el Caribe en la que instó a los países de la región a
diversificar sus fuentes de energía, confiar más en las inversiones privadas y
reducir así su dependencia de Petrocaribe. Por otra parte, China habría asumido
el reto de construir el Gran Canal Interoceánico en Nicaragua para sortear el
paso del estrecho de Malaca, (dicho estrecho es vital para China al ser la ruta
principal para abastecerse de petróleo pero se habría convertido “de facto” en
una vía marítima saturada y afectada por ataques de piratas), por lo EEUU
procederá a desestabilizar el gobierno de Daniel Ortega dentro de su estrategia
geopolítica global de secar las fuentes energéticas chinas.
Venezuela. ¿Nueva víctima colateral de la Guerra Fría?
El acuerdo chino-venezolano por el que la empresa petro-química
estatal china Sinopec invertirá 14.000 millones de dólares para lograr una
producción diaria de petróleo en 200.000 barriles diarios de crudo en la Faja
Petrolífera del Orinoco, (considerado el yacimiento petrolero más abundante del
mundo), sería un misil en la línea de flotación de la geopolítica global de
EEUU (cuyo objetivo inequívoco sería secar las fuentes energéticas de China),
por lo que no sería descartable un intento de golpe de mano de la CIA contra
Maduro, teniendo como brazo ejecutor a unidades de élite de la Armada
venezolana ( UOPE) y que significará el retorno a la política del Big Stick o
“Gran Garrote”, (cuya autoría cabe atribuir al presidente de Estados Unidos
Theodoro Roosevelt), sistema que desde principios del siglo XX ha regido la
política hegemónica de Estados Unidos sobre América Latina, siguiendo la
Doctrina Monroe ,“América para los Americanos”.
Recordar que tras las reñidas elecciones presidenciales en Venezuela
en las que Maduro se impuso a Capriles por el estrecho margen de 200.000 votos,
asistimos a una división casi simétrica de la sociedad venezolana que será
aprovechada por EEUU para implantar “el caos constructivo de Brzezinski”
mediante la aplicación de la teoría kentiana del “palo y la zanahoria “
expuesta por Sherman Kent en su libro “Inteligencia Estratégica para la
Política Mundial Norteamericana” (1949). En dicho libro, Kent afirma que “ la
guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de
las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no
convencionales: [...] armas [...] políticas y económicas y los instrumentos de
la guerra económica “consisten en la zanahoria y el garrote”: “el bloqueo, la
congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los
subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los
convenios comerciales por otro”.
Así, tras una sistemática e intensa campaña desestabilizadora que incluirá la drástica reducción de sus compras de crudo a Venezuela con el objetivo inequívoco de lograr la asfixia económica del Gobierno de Maduro (la venta de crudo representa 9 de cada 10 dólares que ingresan el país y según el Departamento de Energía de EEUU, las ventas de crudo venezolano a EEUU serían en la actualidad de tan sólo el 8% del total importado), el brutal desplome de los precios del crudo, el desabastecimiento selectivos de artículos de primera necesidad, la amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana y de la legitimidad democrática de Maduro, la toma de las calles por la oposición burguesa y el posterior encarcelamiento de los principales líderes opositores asistiremos a la petición al Ejército para que se erija en “salvador de la Patria” siguiendo el plan diseñado por la CIA y que contando con la inestimable ayuda logística de Colombia (convertida en el portaaviones continental de EEUU), podría terminar por finiquitar el régimen post-chavista. De todo ello, se deduce que estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de América Latina de una nueva ola desestabilizadora cuyos primeros bocetos ya están perfilados y que terminará de dibujarse en esta década, y que tendrán a Honduras, Paraguay, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Granada y Panamá como paradigmas de los llamados “golpes virtuales o postmodernos”, que protagonizará EEUU en esta década en el nuevo escenario panamericano que surgirá tras el retorno al proteccionismo económico y consiguiente finiquito a la economía global.
Así, tras una sistemática e intensa campaña desestabilizadora que incluirá la drástica reducción de sus compras de crudo a Venezuela con el objetivo inequívoco de lograr la asfixia económica del Gobierno de Maduro (la venta de crudo representa 9 de cada 10 dólares que ingresan el país y según el Departamento de Energía de EEUU, las ventas de crudo venezolano a EEUU serían en la actualidad de tan sólo el 8% del total importado), el brutal desplome de los precios del crudo, el desabastecimiento selectivos de artículos de primera necesidad, la amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana y de la legitimidad democrática de Maduro, la toma de las calles por la oposición burguesa y el posterior encarcelamiento de los principales líderes opositores asistiremos a la petición al Ejército para que se erija en “salvador de la Patria” siguiendo el plan diseñado por la CIA y que contando con la inestimable ayuda logística de Colombia (convertida en el portaaviones continental de EEUU), podría terminar por finiquitar el régimen post-chavista. De todo ello, se deduce que estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de América Latina de una nueva ola desestabilizadora cuyos primeros bocetos ya están perfilados y que terminará de dibujarse en esta década, y que tendrán a Honduras, Paraguay, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Granada y Panamá como paradigmas de los llamados “golpes virtuales o postmodernos”, que protagonizará EEUU en esta década en el nuevo escenario panamericano que surgirá tras el retorno al proteccionismo económico y consiguiente finiquito a la economía global.
No hay comentarios:
Publicar un comentario