Hoy la urgencia de la integración tiene características dramáticas. Sin
integración en serio, el proyecto
latinoamericanista que despunto a fines de los 90 está en grave amenaza de retroceso y derrota
final.
Mariano Ciafardini / Especial
para Con Nuestra América
Desde Buenos Aires, Argentina
El Foro de San Pablo se reunió en su XXI encuentro en la ciudad de
México entre los días 29 de julio y 1 de
agosto. Se celebraron sus 25 años (hubo algunos años en que no se celebró
encuentro anual) desde su creación a instancias de Fidel Castro y Lula da
Silva, y otros dirigentes de la izquierda latinoamericana y del Caribe en la
ciudad de San Pablo en 1990.
Su vigencia como centro de encuentro y debate colectivo de la izquierda
continental lo demuestran las continuas solicitudes de ingreso, como las recientemente aprobadas de los
Socialistas Allendistas de Chile y la Marcha Patriótica de Colombia ,o las que
están en tratamiento como la del Partido Justicialista de Argentina.
El encuentro XXI no fue ajeno al clima de contraofensiva de derecha en
todo el continente que embiste con particular fuerza a algunos de los gobiernos
de partidos miembros del Foro como Brasil, Venezuela y Ecuador. Aunque también
repercutió en los debates la situación de los partidos anfitriones el Partido
de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido del Trabajo (PT) mejicanos,
ambos sufrientes de una sangría de votos en las últimas elecciones que podrían
hacer que el segundo perdiera su registro ( y su consecuente financiación
estatal).
Las resoluciones de este Foro se concentraron entonces en numerosas
declaraciones de solidaridad con los gobiernos progresistas y los pueblos de
todo el continente y en la elaboración de una agenda de actos y movilizaciones
en ese sentido. Tampoco estuvo ausente de la declaración final el análisis de
la situación mundial y en particular de
la situación europea. Participaron como invitados observadores dirigentes de la
izquierda europea, del partido Syriza de Grecia y de otros ámbitos globales
como el Partido Comunista de China y de Vietnam y partidos y movimientos
de África y Asia entre otros.
Pero además de las declaraciones
y acciones de solidaridad, el
Foro resolvió en esta oportunidad recoger las sugerencias de distintos talleres
que se realizaron en paralelo a los debates generales Uno de ellos versó sobre la necesidad de ir
elaborando un proyecto de gobierno único de la integración Latinoamericana y
del Caribe tanto en sus aspectos económicos y sociales como políticos.
Mucho se ha hablado y declamado con razón desde el inicio de la avanzada progresista y
democrática en América Latina y el Caribe, principalmente a partir de la
asunción como presidente de la República Bolivariana de Venezuela de Hugo Chávez
Frías. Justamente el derrotero bolivariano impreso por el comandante Chávez a su querida
Venezuela y esparcido desde allí a toda
Nuestramérica es heredero de las aspiraciones de la gran integración regional
intentada por el mismo Bolívar en el congreso anfictiónico de 1820.
Es que hoy la urgencia de la integración tiene características
dramáticas. Sin integración en serio, el
proyecto latinoamericanista que despunto a fines de los 90 está en grave amenaza de retroceso y derrota
final. Sin embargo el avance de la integración aparece últimamente como
estancado a la par de la posición a la defensiva de varios de los procesos
nacionales de los países del continente frente a la contraofensiva de derecha.
¿Es que hay que esperar que cada uno de estos procesos se resuelvan
favorablemente a las fuerzas de izquierda para retomar la “cuestión de la
integración”? ¿O es que sin que la cuestión de la integración tome nuevo
impulso estos procesos están destinados a la regresión y el estancamiento y finalmente a la misma derrota país por
país?
Hay una dialéctica en ello, pero lo cierto es que en relación a la
integración la idea misma no ha logrado todavía calar lo hondo que se necesita,
o ya en los gobiernos populares (que están encerrados inevitablemente dentro de
los espacios reales del juego
político internacional, tremendamente complejo, de la globalización) sino que los mismos partidos políticos y
otras organizaciones de izquierda progresistas y democráticas de América Latina
y el Caribe no terminan de encontrar el
camino para que estas ideas se hagan carne en sus bases y de allí se esparzan a
las masas de los distintos países. Este
proceso es indispensable para que desde allí , desde los pueblos la idea de la
integración vuelva en forma de reclamo urgente concreto y potente a los
gobiernos y a las entidades supranacionales. Los caminos de la integración por
arriba tiene sus límites ( y es probable que ya los hayamos alcanzado) Solo
como reclamo de masas populares el proceso de integración podrá seguir avanzan
do hasta concretarse plenamente.
Y las razones del déficit de la lucha política por la integración
radica principalmente hoy en que no existe todavía un proyecto, ni siquiera un borrador o
lineamientos de proyecto político económico y social de lo que sería (al menos
a grandes rasgos) la gran nación
nuestroamericana, ni siquiera un borroso
esquema . Todo se sigue pensando en términos de relaciones inter-nacionales, colaboraciones,
cooperaciones, zonas de libre comercio o
complementos bilaterales en determinadas
ramas de la producción y el comercio, cuándo mucho.
Ese no es proyecto suficiente para que nuestros pueblos vean el inmenso
poder de la integración verdadera para transformar sus vidas y las de las
generaciones futuras, el proyecto por el que valga la pena luchar.
Hace falta mostrar como con una
planificación, aunque sea precaria e
inicial, a partir de un diagnóstico de
todos los recurso existentes, podría empezarse a dar solución a problemas
crónicos (y que hoy parecen insuperables)
de nuestros pueblos y como el avance de un gobierno conjunto que
administre articuladamente todos esos
recursos, planificando racional y complementariamente, protegiendo
el medio ambiente y las culturas
locales, América Latina y el Caribe se alzarían en poco tiempo en una
fuerza formidable y la región se pondría
de pie frente al mundo para negocia de igual a igual.
Pero sobre todo debe mostrase a las masas, a los pueblos , a los
jóvenes como un proyecto de esta
naturaleza inclinaría definitivamente la balanza de la distribución, de la
oportunidades de progreso y de las
posibilidades del vivir bien, el buen
vivir y el desarrollo sustentable y sano, a favor de los eternamente excluidos
sin dejar a nadie afuera.
Un sujeto político-histórico-revolucionario sólo se construye en torno a
un proyecto concreto. Sin proyecto de gobierno latinoamericano y del Caribe no
se ha de estructurar nunca el sujeto colectivo que lo lleve a cabo.
Es claro que si estamos hablando de una organización político-económica
y social de nuevo tipo, su construcción no puede ser más que colectiva, con la
amplia participación de las masas de
todos lados, hasta lo más recóndito del
continente. Pero ese debate debe ser disparado , puesto en marcha, canalizado,
sintetizado y vuelto a poner en discusión general( las veces que sea necesario)
por las organizaciones de izquierda
progresistas y democráticas que vienen luchado desde siempre contra el
imperialismo y por la liberación de los pueblos. ¿De qué otro lugar que no
fuera del Foro de San Pablo podría haber
surgido esta iniciativa?
Al respecto el GT aprobó por
resolución la creación de una Comisión permanente de elaboración de dicho
proyecto. Esta comisión estará habilitada para recabar datos, información,
trabajos e investigaciones, como insumos para la elaboración del proyecto
regional, así como organizar eventos encuentros seminarios y proseguir con el
taller en los futuros encuentros.
La creación de este nuevo ámbito
de recolección de información,
investigaciones y debate resulta ser una magnífica oportunidad para
todos los integrantes de los diversos partidos políticos integrantes del Foro y
sus institutos y organizaciones afines
para intervenir en la
construcción de este proyecto.
Para empezar a armar una base de datos, informes y trabajos que sirvan
para hacer los primeros borradores y lineamientos generales de una
planificación tan ambiciosa será preciso
la inteligencia colectiva y el esfuerzo colectivo. Como propuesta dejamos
la inquietud a todos aquellos que
quieran sumarse al esfuerzo que manden sus opiniones y sobre todo datos, información
y trabajos generales o
específicos de los distintos aspectos políticos económicos y sociales que
demanda la elaboración del proyecto a la
Secretaria del Foro de San Pablo y al correo de este servidor mciafard@gmail.com
*Mariano Ciafardini es miembro del Centro de Estudios y Formación
Marxista Héctor Agosti (CEFMA)
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