En América Latina, en
los últimos 20 años se ha pasado de la negación de los derechos territoriales
indígenas a su reconocimiento, aunque a distintos ritmos y profundidades.
Además, se verifica el avance en derechos al bienestar de las poblaciones
indígenas, sobre todo en servicios de salud, educación, comunicación e
información, y tratamiento a los infantes y a la mujer.
Juan J. Paz y Miño Cepeda / El
Telégrafo (Ecuador)
El estudio de la Cepal
‘Los pueblos indígenas en América Latina’ (2014) considera que, de acuerdo con
el Convenio 169 de la OIT, cabe reconocer a estos desde cuatro dimensiones: la
identidad, el origen común, la territorialidad y el ámbito lingüístico y cultural.
En 16 de 19 países que
levantaron censos desde la década de 2000 se incorporó el criterio de
autoidentificación para determinar a la población indígena. Sobre esa base, de
una población latinoamericana estimada a 2010 en unos 538 millones, la indígena
es cercana a los 45 millones, es decir apenas el 8,3% del total. Hay
contrastes: México con casi 17 millones de indígenas, Perú con 7 millones,
Bolivia con 6,2 millones, Guatemala con 5,8 millones; y en el otro extremo:
Uruguay con casi 80 mil indígenas y El Salvador con 14,4 mil.
En Ecuador la población
autodefinida como indígena en 2010 era de 1’018.176, es decir el 7% del total
nacional (en 2001 fue el 8%); aunque el 78,5% está en zonas rurales y el 21,5%
es urbana. Sin embargo, al interior de la Conaie se ha sostenido que son
indígenas el 45% y mínimo el 20% de la población nacional, una idea que
contradice los datos censales locales.
El estudio de la Cepal
sostiene que hay 826 pueblos indígenas, igualmente con contrastes: Brasil con
305 pueblos, Colombia, 102; Perú, 85; y México, 78; en tanto Costa Rica y
Panamá solo tienen 9 pueblos indígenas cada uno, El Salvador, 3; y Uruguay, 2.
También hay una
evolución notable del derecho nacional en los diferentes países y del derecho
internacional sobre las poblaciones indígenas, como el Convenio N° 169 de la
OIT (1989) y la Declaración de las NN.UU. sobre Derechos de los Pueblos
Indígenas, aprobada en 2007 luego de 20 años de debates. Las Constituciones de
Ecuador (2008) y Bolivia (2009), ambas aprobadas mediante referéndum, reconocen
al Estado como plurinacional e intercultural.
Solo en los últimos 20
años se ha pasado de la negación de los derechos territoriales indígenas a su
reconocimiento, aunque a distintos ritmos y profundidades. Además, se verifica
el avance en derechos al bienestar de las poblaciones indígenas, sobre todo en
servicios de salud, educación, comunicación e información, y tratamiento a los
infantes y a la mujer. La Cepal observa que hay necesidad de profundizar en la
futura atención a las poblaciones indígenas, pues subsisten carencias y
limitaciones.
Sin embargo, sobre ese
innegable progreso, de acuerdo con la Cepal, “en los últimos años, el aumento
de los conflictos relacionados con el control y uso del territorio y los
recursos naturales ha sido habitual en los países de América Latina”.
Sobre la base del
estudio de la Cepal puede comprenderse que también las luchas y movilizaciones
indígenas, como la reciente en Ecuador, se dan bajo condiciones distintas.
Incluso en Bolivia y Ecuador existe una nueva institucionalidad, muy favorable
a los pueblos indígenas, que han sido atendidos como no ocurrió en el pasado.
Pero, en lugar de admitir los datos de la realidad, es más fácil y
‘revolucionario’ negar esa situación desde simples posiciones políticas.
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