El Manifiesto
Comunista invita hoy a una reflexión sobre sí mismo, reconociendo que la utopía
liberadora que plantea es la misma, y su necesidad más urgente; los
desprotegidos, explotados y oprimidos del mundo, encuentran hoy, su voz en ese
grito emancipador que la humanidad requiere. ¡Oprimidos del mundo uníos!
Cristóbal León Campos* / Especial
para Con Nuestra América
Desde
Yucatán, México
I
“La
historia de toda sociedad hasta nuestros días no ha sido sino la historia de
las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, nobles y
siervos, maestros jurados y compañeros; en una palabra, opresores y oprimidos,
en lucha constante, mantuvieron una guerra ininterrumpida, ya abierta, ya
disimulada; una guerra que termina siempre, bien por una transformación
revolucionaria de la sociedad, bien por la destrucción de las dos clases
antagónicas.”, fragmento inicial del primer capítulo de El Manifiesto Comunista
publicado el 21 de febrero de 1848 en Londres, Inglaterra, hace ciento setenta
años, redactado por Carlos Marx y Federico Engels, originalmente como documento
científico y programático de la Liga de los Comunistas, y posteriormente, del
Partido Comunista, texto imprescindible para la comprensión de la lógica del
devenir histórico, cuya lectura es necesaria, pues brinda las bases para la
interpretación de la sociedad humana, partiendo de la raíz de sus estructuras y
avizorando el camino de los oprimidos para su liberación.
El Manifiesto Comunista es un texto
político, y por ello, es también un documento teórico, una profunda reflexión
crítica sobre el capitalismo y la necesidad del proletario de su tiempo de
superarlo, es un llamado a la revolución, y por tanto, también una ruptura con
las viejas concepciones del socialismo utópico y del comunismo hasta la fecha
de su publicación, es el primer documento que llama de manera abierta y sin
tapujos a la destrucción del Estado Burgués, sus estructuras, instituciones y
su moral, para dar lugar a la sociedad comunista que se erigirá al desaparecer
las clases sociales y la consecuente contradicción entre explotación y trabajo,
El Manifiesto Comunista es la voz que
aglutinó desde entonces la necesidad de la clase proletaria que ya había
comenzado a reclamar sus derechos y una profunda reivindicación social y
política.
II
Entre
los planteamientos centrales de El
Manifiesto Comunista se destacan por ejemplo, la explicación de que la
historia política e intelectual de una sociedad está determinada por el modo de
producción y la formación socioeconómica que se deriva de él, en el caso
especifico de la centralidad de su análisis, el capitalismo y sus estructuras
económicas y socio-culturales, son presentados como parte de ese devenir
histórico de la humanidad, otorgándole a la burguesía el reconocimiento de que
por un periodo histórico fue una clase revolucionaria que contribuyó al
desarrollo, pero que al final, una vez instaurada en el poder, devino en la
clase dominante con carácter conservador y reaccionario.
Al
surgir las clases sociales se forjó la base de la propiedad privada y la
explotación, por tanto, la historia de las sociedades ha sido la historia de la
lucha de las clases explotadoras y las explotadas. De ahí se deriva la
necesidad histórica de la emancipación de los explotados, la ruptura con el
yugo que los oprime y del cual se sostiene la desigualdad, Marx y Engels
otorgan al proletaria el papel del sujeto revolucionario tomando en cuenta el
desarrollo que hasta el momento de publicación de El Manifiesto había alcanzado
las sociedades capitalistas, hoy, el sujeto revolucionario responde a una
pluralidad que ha enriquecido esa emancipación proyectada, ya no sólo
inscribiéndose en la esfera económica, social y política, sino ahora, alcanzado
los aspectos más profundos de las culturas, el género, la ecología, el
feminismo, el antiracismo y la diversidad en todos sus sentidos. Sigue hoy
siendo necesario, abolir la propiedad burguesa, sus instituciones y formas de
control cultural e ideológico, la desaparición de las clases sociales y el
reconocimiento de que el sujeto de la emancipación en el siglo XXI es la
pluralidad y la diversidad puestas al servicio de la humanidad.
III
El Manifiesto Comunista es
síntesis del pensamiento de Marx y Engels, como afirma Adolfo Sánchez Vázquez
en su ensayo “Actualidad e inactualidad del Manifiesto Comunista” (1998) al
decir que en él se expresan los cuatro ejes esenciales del marxismo: “teoría de
la realidad, crítica de lo existente, proyecto de emancipación e interpretativo
práctico de transformar el mundo”.
El Manifiesto es
ante todo un llamado a la acción, a la transformación de la sociedad
capitalista explicada casi en su totalidad de detalle en la obra de Marx y
referida de manera concreta en el documento programático, las razones del
porqué es necesario superar al capitalismo están ahí en las páginas de El Manifiesto, pero tanto Marx como
Engels siempre fueron prudentes en describir la sociedad futura comunista,
dibujan algunas líneas a seguir y algunos aspectos necesarios para dejar atrás
la explotación y opresión capitalista, más no plantean un molde estático y
dogmático, como se ha querido decir tergiversando sus postulados, desde luego,
lo anterior llevado a cabo por los intelectuales al servicio del capital.
La
vigencia de El Manifiesto es la misma
de Marx (1818) a doscientos años de su natalicio, un pensamiento tan abierto y
dialéctico, que fueron justamente, Marx y Engels, los primeros en cuestionar
algunos postulados de El Manifiesto,
y rectificarlos a lo largo de su obra posterior, baste para comprobarlo, leer
lo diferentes prólogos que escribieron para las diferentes ediciones que se
hicieran de El Manifiesto, ellos
mismo superaron y contribuyeron con una aguda crítica a superar aquellos
aspectos que fue necesario desarrollar o superar.
IV
Aspectos
como la globalización, la internacionalización del capital financiero o la
mundialización, según el término que se guste, fueron esbozados en El Manifiesto, están agudo el análisis
que se presenta en él del capitalismo que resulta sorprendente la crítica
superflua que busca desestimarlo, desde luego, aspectos han quedado atrás, pero
la médula del análisis, de la crítica como de la propuesta emancipadora
continúan intactos, hoy más que nunca necesitamos como humanidad superar al
capitalismo y dar paso un mundo mejor “donde quepan todos los mundos”.
Léase
El Manifiesto Comunista a la luz del
siglo XXI, y compruébese al estudiar y comparar el desarrollo histórico de los
últimos ciento setenta años que las realidades pasadas y presentas encuentran
en él su explicación, las verdades esenciales que se exponen se han confirmado
y ejemplificado de manera dramática en todos estos años de vida humana. El
propio Manifiesto Comunista invita
hoy a una reflexión sobre sí mismo, reconociendo que la utopía liberadora que
plantea es la misma, y su necesidad más urgente; los desprotegidos, explotados
y oprimidos del mundo, encuentran hoy, su voz en ese grito emancipador que la
humanidad requiere. ¡Oprimidos del mundo
uníos!
*Integrante
del Colectivo Disyuntivas
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