La campaña de guerra psicológica que busca aterrorizar a los posibles votantes por Morena y Andrés Manuel, también tendrá un final feliz. Buena parte del pueblo mexicano ya está vacunado contra la burda y desesperada campaña de la derecha neoliberal.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
He
prestado el nombre de la película de Norman Jewison (1966) para hacer este artículo con respecto
a lo que me acaba de suceder. La noche del lunes 29 de enero de 2017 recibí una
llamada de un teléfono de Puebla (22 27 77 89 07) con una grabación
que comienza con una supuesta voz de
Andrés Manuel López Obrador que dice
“¡Los rusos me están apoyando!”. Acto seguido otra voz relata que los rusos
están apoyando a López Obrador para que gane las elecciones presidenciales
de julio de este año a efecto de que
éste, como lo ha anunciado, derogue la reforma energética que privatiza al
petróleo mexicano. Según la grabación, el propósito de la derogación de la
llamada “reforma energética” no es otro que entregar el petróleo mexicano a los
rusos. ¿Estando Rusia entre los 10 países con mayores reservas petroleras del
mundo, necesitan al petróleo mexicano?
La
vinculación rusa de Andrés Manuel según la grabación, se evidencia en el hecho de que el esposo de
la Dra. Irma Eréndira Sandoval, quien ha sido propuesta por López Obrador como Secretaria de la
Función Pública, es colaborador de la agencia
noticiosa rusa Rusia Today. En efecto, el politólogo John Ackerman es
columnista y comentarista de dicha agencia. En alguna ocasión la misma agencia
me pidió una entrevista sobre los acontecimientos en México, como suelen
hacerlo los medios de comunicación con buena parte de intelectuales y
analistas. Nada fuera de lo normal.
Resulta
curioso que desde antes de recibir la llamada en cuestión, había recibido
numerosos reportes en las redes sociales de militantes, afiliados y
simpatizantes de Morena y Andrés Manuel, denunciando sobre llamadas similares.
No cabe duda que en Puebla, el martes 29 de enero, fue desatada una masiva campaña de propaganda
negra que al parecer estuvo focalizada
en los sectores sociales que podrían estar simpatizando con quien hoy está encabezando las encuestas
de intención de voto para las elecciones presidenciales en México. La guerra
sucia se hace en vísperas de la gira que hará el líder de Morena en la entidad
y revela la gran preocupación que está generando el avance de dicho partido. En
Puebla misma, el eventual candidato a gobernador de la coalición encabezada por
Morena, el senador Luis Miguel Barbosa, ya se encuentra tres puntos arriba de
la candidata de la que encabeza el PRI,
Martha Erika Alonso, la esposa del exgobernador Rafael Moreno Valle. Es
un empate técnico pero que revela que Morena también se encuentra en ascenso en
la entidad.
La
película de Jewison tiene un final feliz. Uno de los tripulantes del submarino
encallado en las costas de Estados Unidos, se enamora de una de las habitantes
del lugar; los vecinos ayudan al vehículo soviético a retornar a su país y se
observa una confraternización entre estadounidenses y soviéticos. La comedia
era un mensaje de paz en medio de la guerra fría de aquel tiempo. La campaña de
guerra psicológica que busca aterrorizar a los posibles votantes por Morena y
Andrés Manuel, también tendrá un final feliz. Buena parte del pueblo mexicano
ya está vacunado contra la burda y desesperada campaña de la derecha
neoliberal.
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