Dígame usted amigo lector, si no es sumamente peligroso que la
humanidad esté en manos de este grupo de mafiosos para quienes el único valor
respetable es la obtención de lucro a cualquier precio y en cualquier lugar del
mundo, entendiendo que la mejor forma de lograrlo es a través de la exportación
del modelo neoliberal y de democracia representativa estadounidense, para lo
que cuentan con la OTAN como principal instrumento de imposición.
Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra
América
Desde Caracas,
Venezuela
La humanidad nunca había estado tan cerca como ahora de una nueva
guerra mundial desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962, sin embargo
entre un hecho y el otro hay una diferencia sustancial: en aquella ocasión
había evidencia de la presencia de cohetes soviéticos en la isla, y en ésta,
todo surge de una fabricación mediática y de organizaciones interesadas en
mantener el conflicto como vía de autofinanciamiento y lucro, lo cual, fue
utilizado por los enfebrecidos sectores de la ultra derecha que ostenta el
poder en Estados Unidos como justificación para colocar al mundo en vilo y al
borde de decisiones de impensables consecuencias.
En esto influye no solo el temperamento cambiante, la superficialidad
e irresponsabilidad del jefe imperial, también el de su entorno que pretende
manejar el mundo a partir de su talante mafioso y bajo los dictados de su
ambición hegemónica. Veamos: en su comparecencia ante el Congreso de Estados
Unidos, al referirse al tema, el Jefe del Pentágono James Mattis, aseguró que:
"Ha habido varios ataques de este tipo. En muchos casos, usted sabe que no
tenemos tropas, no estamos involucrados en el terreno allí, así que no puedo
decir que tuviéramos pruebas, a pesar de que contáramos con muchos indicios de
medios y redes sociales de que se usó cloro o sarín", con lo que confirmó
la fuente de donde se ha obtenido la información respecto a los supuestos
ataques químicos. Al igual que Gran Bretaña en el caso de los espías rusos
envenenados, Estados Unidos se ha negado a una inspección internacional por los
organismos autorizados de Naciones Unidas, con ello además, se le da un golpe a
la credibilidad de la estructura internacional garante de la paz en el planeta,
creando un peligroso precedente en esta materia.
Desde otra óptica, Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante la
ONU aseguró que se había llegado a un momento en que el mundo (es decir Estados
Unidos y la OTAN) deben hacer justicia. Haley afirmó que “la historia
registrará éste como el momento en que el consejo de Seguridad cumplió con su
deber o demostró su completo fracaso para proteger a Siria” y concluyó con su
ya habitual amenaza “De cualquier manera, Estados Unidos responderá”. En
palabras entendibles quiso decir que no le importaba en lo más mínimo la
opinión de la ONU y de los miembros del Consejo de Seguridad. Estas opiniones,
no son más que la configuración modernizada de la Doctrina Bush: “O están con
nosotros o están con el terrorismo”, que sirvieron para dar inicio a la guerra
en Afganistán que ya dura 17 años, sin que Estados Unidos haya podido conseguir
la victoria y si, un aumento de la producción de opio en el país centro
asiático, que llegó a crecer un 87% en 2017.
El paraguas protector de estas declaraciones vino dado por el propio
Trump quien con su habitual retórica banal y frívola se permitió amenazar a
Rusia. Al referirse a los misiles que lanzaría contra Siria alertó: ¡Prepárate,
Rusia, estarán llegando, bonitos, nuevos e inteligentes! Para echar más “leña
al fuego”, el director de la CIA Mike Pompeo, en su comparecencia ante el
Congreso, en la búsqueda de su ratificación como secretario de Estado aseguró
que: “En Siria, hace unas semanas, los rusos fueron castigados. Murieron un par
de cientos de rusos”.
Dígame usted amigo lector, si no es sumamente peligroso que la
humanidad esté en manos de este grupo de mafiosos para quienes el único valor
respetable es la obtención de lucro a cualquier precio y en cualquier lugar del
mundo, entendiendo que la mejor forma de lograrlo es a través de la exportación
del modelo neoliberal y de democracia representativa estadounidense, para lo
que cuentan con la OTAN como principal instrumento de imposición.
En el caso de Siria, ¿a quién se le puede ocurrir que un gobierno y un
ejército victorioso que han derrotado al terrorismo con la ayuda de sus aliados
internacionales, quiera utilizar armas de destrucción masiva contra un enemigo
prácticamente derrotado y confinado a escasos rincones del país, solo
protegidos por Estados Unidos y Turquía? Hay que recordar que esa práctica de
atacar a un enemigo derrotado, es también parte de la doctrina militar
estadounidense cuya habitual cobardía, los llevó a lanzar dos bombas atómicas
contra ciudadanos inermes, destruyendo las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en
Japón, en agosto de 1945, cuando el emperador estaba rendido y solo negociaba
su permanencia en el trono. El dicho popular refiere que “todo ladrón juzga por
su condición”.
En otro ámbito, toda esta parafernalia ha servido como justificación
para la suspensión de la participación de Trump en la Cumbre de Lima, toda vez
que el presidente debió quedarse en el país por los preparativos que Estados
Unidos está haciendo para un eventual ataque militar a Siria y para “vigilar
los acontecimientos globales”, según informó su vocera.
Los medios de difusión hablan preeminentemente de este tema, por las
posibles repercusiones que pueda tener para la paz mundial, pero también por
las razones reales que pueda haber tenido Trump para desistir de participar en
la Cumbre. A esto se le dan varias interpretaciones: en primer lugar los
problemas que está enfrentando internamente. Se sabe que Trump está indignado
por el allanamiento del FBI a la oficina y residencia de Michael Cohen, su
abogado personal. En este caso, no se trata de investigar sobre “fantasmas
rusos” sino sobre prostitutas de carne y hueso, cuyos servicios están lejos de
corresponder a alguno de los deberes que la Constitución establece para el jefe
de la Casa Blanca. Esta y otras medidas parecen indicar que se va cerrando el
círculo sobre él y que podría llevarlo a enfrentar un 'impeachment' en los
próximos meses.
Por otra parte es evidente la falta de interés de Trump en América
Latina y el Caribe, es claro que la región no es una prioridad para él. No ha
tenido una agenda clara, solo la imposición de sus intereses. Los pocos
beneficios que ha tenido algún país de América Latina (Colombia, México y
Argentina) han sido a cambio de concesiones soberanas. No ha habido búsqueda de
intereses comunes, salvo la agresión contra Venezuela.
Trump desprecia a América Latina. Ha culpado a México por la pérdida
de empleos, amenazó con romper un pacto comercial con su vecino del sur y
Canadá y lanzó su campaña describiendo a los inmigrantes mexicanos como
“violadores” y traficantes de drogas. También apuntó a la migración desde
Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador y ha amenazado con cortar la ayuda
a Colombia y Perú por el tráfico de drogas. Uno de sus proyectos más
importantes es construir un muro a lo largo de toda la frontera entre México y
Estados Unidos, lo que ha sido rechazado en todos los países. A pesar de esto,
en una muestra clara de servilismo, el ministro de economía de México,
Ildefonso Guajardo, al enterarse de la ausencia de Trump en Lima exclamó:
“Vamos a extrañarlo”.
Lo curioso es que Trump estableció como cuartel general para “vigilar
los acontecimientos globales” y para dirigir la guerra contra Siria su lujoso
palacio personal de Mar-a-Lago. Lejos del cada vez más desagradable ambiente de
Washington que lo acosa y aburre, en Palm Beach, estado de la Florida, donde el
96% de la población son euroamericanos y de ellos 93,8% blancos no hispanos,
Trump se siente más a gusto. Además, está feliz por haber tenido una coartada
que le evitó tener que reunirse con los desagradables presidentes
latinoamericanos y del Caribe, entre los cuales hay varios “negros de mierda”.
Estos, tendrán que ir a Lima para encontrarse con el vicepresidente
Pence quien a regañadientes viajó al Perú a participar en una Cumbre que nació
muerta. Por eso la queja del Senador Marcos Rubio, quien deseoso de utilizar la
reunión para continuar cerrando el dogal contra Venezuela y Cuba exclamó: “Se
sienten desatendidos, y he escuchado eso una y otra vez durante casi una
década”, “No importa quién esté a cargo, ellos sienten que Estados Unidos habla
de la boca para fuera con el hemisferio occidental, pero en gran medida lo
descuida”.
En fin, mientras esto ocurre en Occidente, del otro lado del planeta
se ha realizado en China el Foro de Boao, casi simultáneamente a la Cumbre de
las Américas en Lima, ambos persiguiendo aparentes objetivos similares en la
medida que los dos eventos pretenden ser instrumentos para la integración y la
cooperación entre países, toda vez que ambos cónclaves convocan a aquellas
naciones que configuran el espacio inmediato, es decir el entorno de las dos
mayores potencias económicas del mundo… pero hasta ahí llegan las semejanzas.
La Cumbre de las Américas es un evento convocado para acentuar la
hegemonía imperial estadounidense, en el que en pie de desigualdad, los países
de la región acuden puntualmente bajo el mandato predominante de Estados
Unidos.
El Foro de Boao convocado bajo el auspicio y la promoción de China es
un marco propicio para seguir avanzando en la búsqueda de "una Asia
abierta e innovadora para un mundo de mayor prosperidad", por lo que el
debate busca ampliar los espacios de concertación política, apertura económica
y colaboración en cuanto a la innovación tecnológica y productiva. Con ello
China se propone el objetivo de construir una comunidad de destino común, a
partir de la influencia y el apoyo mutuo entre los países que conforman este
espacio geográfico. En el contexto actual, en el que la administración
estadounidense ha tomado medidas que afectan el comercio mundial y avanzan en
dirección contraria a la tendencia general de la economía, el presidente Xi
Jinping ha enfatizado en el Foro que, en cumplimiento de los acuerdos del XIX
Congreso del Partido Comunista de China, el país profundizará la política de
reforma y apertura que en este 2018 cumple 40 años de su inicio y que al
mostrar su éxito, permite al país abrir mucho más su economía al mundo, dando
una señal positiva al planeta en medio de las turbulencias generadas desde
Washington.
En este marco los anuncios del presidente Xi de facilitar el acceso al
gran mercado de China, flexibilizando restricciones y ampliando la cooperación
entre el mercado chino y los mercados extranjeros, así como la creación de un
entorno más atractivo para las inversiones, una mejor protección a la propiedad
intelectual y la ampliación del espacio para las importaciones chinas tienden a
configurar un ambiente beneficioso para la economía global.
Todo este esfuerzo coadyuva indudablemente en la creación de un
ambiente positivo para la paz, el desarrollo y la cooperación, no solo para
Asia, también para toda la humanidad. La tradición china de relacionarse como
iguales con otros países del mundo, la promoción del diálogo y la armonía y el
respeto a la naturaleza crean condiciones para que los pueblos del planeta
puedan pensar en un futuro más promisorio. El esfuerzo de China y del
presidente Xi quien en sus palabras en el Foro de Boao ha reiterado la voluntad
de su país y de su pueblo de avanzar hacia la construcción de una comunidad de
destino común para toda la humanidad, tal como fue inscrito recientemente en la
Constitución de la República Popular China, significan un aporte sustancial en
el camino de lograr ese objetivo deseado por los ciudadanos de todas las
longitudes y latitudes del planeta.
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