Las iniciativas señaladas, búsqueda de un
aislamiento internacional y creación de una institucionalidad paralela, forman
parte de otros movimientos de fichas sobre el tablero, como las sanciones y el
bloqueo financiero que adelantan algunos países, dirigidos a provocar el cambio
de gobierno.
Leopoldo Puchi /
NODAL
En la lucha por el poder en Venezuela destacan
dos movimientos de piezas sobre el tablero en las últimas semanas. De un lado,
el esfuerzo realizado en la Cumbre de la Américas celebrada en Lima para aislar
al gobierno venezolano, lance que se vio debilitado porque no hubo disposición
de la mayoría de los países participantes de acompañar una declaración sobre
Venezuela, tal como lo expresó el senador estadounidense Marco Rubio, quien
informó a la prensa que no había habido consenso.
Por otra parte, vale resaltar el movimiento de
piezas dirigido a crear una institucionalidad paralela, para lo cual fueron
trasladados a Bogotá los trece magistrados designados por la Asamblea Nacional
en 2017, a quienes los medios de comunicación denominan Tribunal Supremo de
Justicia en el exilio. Al parecer, para darle soporte económico a su
funcionamiento ha sido creado un fondo. Igualmente, las instalaciones y la
logística del Estado colombiano sirven de sede y soporte para la actividad.
Este movimiento externo fue apuntalado desde
el interior por la Asamblea Nacional a partir del momento en que su presidente,
Omar Barboza, informó a los medios que estaba a la espera de “la notificación
oficial” sobre el antejuicio de mérito al Presidente. Posteriormente, se
discutió la comunicación enviada y se declaró que existen méritos “para
continuar el proceso judicial”.
Lo importante en este caso no es el número de votos, mayoría simple o
calificada. El hecho significativo ha sido el viraje que se ha dado, puesto que
inicialmente se reclamaba que los trece
magistrados designados tenían derecho a integrarse al TSJ y ahora se ha pasado
considerarlos como si se tratase de un poder público. Sin embargo, cabe señalar
una cierta ambigüedad en los términos jurídicos empleados en la resolución.
Las iniciativas señaladas, búsqueda de un aislamiento internacional y
creación de una institucionalidad paralela, forman parte de otros movimientos
de fichas sobre el tablero, como las sanciones y el bloqueo financiero que
adelantan algunos países, dirigidos a provocar el cambio de gobierno. Quienes
adelantan estos movimientos estratégicos señalan que tienen como fin
restablecer la democracia. En el plano interno, la política de abstención en
las elecciones programadas para el 20 de mayo se considera que también
contribuiría, de resultar exitosa, a alcanzar esos fines propuestos.
Finalmente, habría que estar pendiente, en una visión panorámica de los
acontecimientos, de los resultados de las elecciones presidenciales de
Colombia, ya que pudiera existir la tentación de hacer del país vecino una
plataforma que escale las tensiones. Del mismo modo, es de relevancia la
aprobación prevista en el Senado estadounidense de la Ley de
asistencia humanitaria y defensa de la gobernabilidad democrática de Venezuela,
puesto que contempla la solicitud a la ONU para que una porción de las
funciones del Estado venezolano sea asumida por una intervención externa, lo
que generaría un nuevo foco de presión.
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