El baile
de marionetas que ha montado EE.UU le cuesta caro a Panamá en vidas humanas,
desarrollo de la juventud y dignidad. Sólo en gastos de los estamentos de
Seguridad del gobierno, Panamá despilfarró 1,500 millones de dólares en los
tres últimos años en juguetes de guerra. Una vergüenza nacional.
Marco A. Gandásegui, hijo. / ALAI
Según
Barak Obama, presidente de EE.UU, Panamá es el ‘pasillo’ de las drogas que salen de
Colombia. Evita señalar, sin embargo, que EE.UU financia las operaciones y es
el mayor consumidor de drogas ilícitas del mundo (algunos calculan que el
consumo de la población de ese país supera el 50 por ciento de toda la producción
mundial). El gobierno norteamericano publicó su informe anual
sobre la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos (INCSR), elaborado
para el Congreso con propósitos mediáticos. El documento presenta la posición
política de Washington frente a los países con los cuales tenía pactos
militares en la lucha por controlar
todos los aspectos del tráfico internacional de drogas en 2011.
La
creciente militarización del Istmo, dirigida por EE.UU (compra de armas y
adiestramiento), no contribuye a sacar a Panamá de lista nefasta de países
traficantes fabricada por Obama. Seguimos siendo parte del grupo de países que
más drogas ilícitas producen o en los que hay mayor tráfico. Estamos en
compañía de países asiáticos como Afganistán, Birmania, India, Laos y Pakistán.
EEU.U también destaca otros países centroamericanos, suramericanos, caribeños y
México. A Venezuela lo incluye para presionar políticamente el gobierno de ese
país.
Para
mantener su influencia en la región, EE.UU ha militarizado a la Policía
panameña y monta espectáculos mediáticos en supuestos escenarios
"selváticos" del Darién, la costa caribeña de Veraguas y en Kuna
Yala (donde acechan todos los peligros de nuestras fantasías creadas en
Hollywood y Disneyworld).
En otro
golpe mediático, el ministro de Seguridad panameño acusa a los partidos de
oposición de estar infiltrados por financistas narcotraficantes.
Tergiversa la realidad actual y se olvida (o ignora) la historia de este
país. En la década de 1940 las bases militares norteamericanas eran un
hervidero de tráfico de drogas para financiar operaciones clandestinas
norteamericanas de todo tipo. Para garantizar estos movimientos de ilícitos y
dinero comprometieron a la Policía de aquel entonces comandada por Remón, quien
fuera elegido Presidente de la República en 1952. Tres años más tarde Remón fue
asesinado por un sicario de la mafia de Nueva York. La conspiración dejó
todas las preguntas sin respuestas.
Desde
entonces, EE.UU ha utilizado a Panamá - con o sin la Zona del Canal - como
trampolín para sus actividades ilícitas que incluyen el tráfico de drogas en
asociación con toda clase de personajes panameños. No cabe duda que entre ellos
se encuentran muchos políticos, tanto de un bando como del otro. No hay que
olvidarse que todos los personajes locales son meras mulas en las recuas que
operan en el país, como Remón (asesinado), Noriega (en Renacer) y el primo de
Martinelli (condenado en México).
El baile de
marionetas que ha montado EE.UU le cuesta caro a Panamá en vidas humanas,
desarrollo de la juventud y dignidad. Sólo en gastos de los estamentos de
Seguridad del gobierno, Panamá despilfarró 1,500 millones de dólares en los
tres últimos años en juguetes de guerra. Una vergüenza nacional.
Preocupan mucho las
palabras del exsecretario de Defensa (Pentágono), Robert Gates, quien dijera
que “la fuerza pública panameña es militar en todo, menos en el nombre”. Lo
dijo en 2008 para justificar el apoyo militar que Washington le proporciona al
‘ejército’ de Panamá.
Pese a la enorme
inversión en Seguridad, la tasa de homicidios se ubica en 9.5 por cada 100 mil
habitantes. Hay dos crímenes cada 24 horas. En nombre de la defensa nacional y
del ataque ‘frontal’ al crimen organizado, el país ha hecho una inversión sin
precedentes en la especialización y equipamiento de sus estamentos. ¿Tendría el
general Noriega mil millones de dólares para sus Fuerzas de Defensa. El
presupuesto del Ministerio de Seguridad Pública en 2012 es de 548 millones de
dólares, el año pasado fue 420 millones
y en 2010, 515 millones de dólares.
El presidente Ricardo
Martinelli y el ministro de Seguridad aún tienen pendiente la tarea de
garantizarle a la ciudadanía la tranquilidad que le prometieron durante la
campaña electoral. El rosario de leyes que han aprobado en los últimos tres
años de gobierno sólo consolida el crimen organizado en el país. La tasa de
homicidios en 2012 sigue igual en comparación con el mismo período de 2011. Un
total de 355 homicidios durante los primeros seis meses de 2012. Los casos se
concentran en el corregimiento capitalino de Calidonia y en Mateo Iturralde y
Belisario Porras (distrito de San Miguelito), según las estadísticas oficiales.
Según la encuesta de
Ipsos TGM, realizada para Telemetro y La Estrella de Panamá en junio de
2012, el 72 por ciento de los panameños opinó que el principal problema que
enfrenta es el aumento del precio de la canasta básica. Al mismo tiempo, el 66
por ciento plantea que lo más preocupante es la inseguridad, la violencia y la
delincuencia. Lástima que el presidente Obama no tiene un observatorio en la
Casa Blanca para medir la violencia y la delincuencia que provocan sus
políticas militaristas en Panamá. Otro estudio de Ipsos — para la Cámara de
Comercio — revela que el 54 por ciento de los encuestados percibe un incremento
de la delincuencia en Panamá.
Panamá, 12 de julio de 2012.
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