¿Se abrirá un ciclo
antineoliberal en Europa, a partir del sufrimiento y la resistencia social de
las naciones del sur, de su periferia, como el que protagonizaron los pueblos de Venezuela, Bolivia, Ecuador o Argentina?
Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa
Rica
Represión de la marcha de los mineros en Madrid |
Palabras más, palabras
menos en el discurso oficial, lo cierto es que la economía española ya fue
intervenida por las instituciones financieras de la eurozona –el Banco Central
y la Comisión Europea- y por el Fondo Monetario Internacional, que impusieron
una agresiva agenda de ajuste fiscal y recortes presupuestarios al gobierno de
Mariano Rajoy como prenda de garantía para seguir adelante con el rescate de
los bancos, tasado en 100 mil millones de euros.
Las cifras que se han
dado conocer sobre el monto del recorte son escalofriantes y constituyen casi
una declaración de guerra del capital y el poder financiero, contra los
trabajadores y la sociedad española en su conjunto: se estima que solo en los
próximos dos años y medio, el gasto público del Estado disminuirá en unos 65
mil millones de euros.
Inspirado por el
fundamentalismo neoliberal y su lógica depredadora de los derechos y garantías
sociales, el presidente Rajoy anunció que las primeras medidas de este ajuste
extremo serán la reducción de las prestaciones de desempleo; un aumento del
impuesto al valor agregado (IVA), que pasará del 18% al 21%; una reforma en el
sistema de pensiones; la eliminación del pago extra de navidad para los
empleados públicos; la privatización de empresas estatales de transporte; y el
recorte de las cargas sociales, entre otras medidas (Análisis365, 12/07/2012 y Tiempo
Argentino, 12/07/2012).
El mismo día que Rajoy
exponía al Congreso las dimensiones del plan neoliberal –su capitulación ante
la llamada troika financiera-, una
multitudinaria marcha que recorrió las calles de Madrid en apoyo a los mineros
de Asturias y otras regiones del norte de España terminó teñida de sangre,
producto de una brutal represión policial con saldo de 76 heridos y dieciocho
detenidos. Tal fue la respuesta del poder político a las justas demandas de los
mineros, quienes protestan desde hace
más de un mes por la decisión del gobierno de “recortar
un 63 por ciento las ayudas públicas al sector este año, pasando de 301
millones de euros en 2011 a 111 millones este año” (La
Jornada, 11/07/2012).
Las fotografías de la
represión policial divulgadas por agencias internacionales de noticias y por
medios de comunicación alternativos, son un cruel simbolismo de la violencia
del capitalismo neoliberal que campea por el mundo, y que ahora pone de
rodillas a España.
Además, muestran la
irracionalidad y la desesperación que cunde entre la clase política española en
el momento más agudo de la crisis, cuando las opciones se acaban y el despertar
de la ciudadanía que se moviliza ponen en jaque los pilares del sistema
político, económico y hasta ideológico.
Bien lo dice el escritor y columnista Isaac Rosa: “Que en la época de empresas flexibles, sociedad de la
información, economía global, riqueza virtual y trabajadores desubicados y
desideologizados, hayan tenido que ser los viejos mineros, con sus duras
herramientas, sus manos callosas y su fuerte conciencia de colectivo, los que
salgan a la luz y echen a andar para que los sigamos, debería hacernos pensar
qué nos ha pasado a los trabajadores durante los últimos años, qué hemos hecho
y dejado de hacer, qué nos han hecho y qué nos hemos dejado hacer” (Zona Crítica,
11/07/2012).
Con el más alto índice de desempleo de la Unión Europea (24,44%)
y con un 40% de los graduados
universitarios en profesiones técnicas soñando con emigrar en busca de
oportunidades, son muchas las razones que tienen los españoles para pensar
sobre lo que ha ocurrido en su país y organizarse para revertir el rumbo actual
(Tiempo
Argentino, 8/7/2012).
¿Se abrirá un ciclo
antineoliberal en Europa, a partir del sufrimiento y la resistencia social de
las naciones del sur, de su periferia, como el que protagonizaron los pueblos de Venezuela, Bolivia, Ecuador o Argentina? Si bien no es posible trasladar las
experiencias latinoamericanas al contexto europeo, lo cierto es que España –lo
mismo que en Grecia- se están acumulando las condiciones reales y subjetivas
para que se produzca una ruptura con el
actual orden de cosas.
Y un dato más para no
olvidarlo: España es hoy el pasado reciente de América Latina, aquel tiempo
cuando el neoliberalismo se impuso a la fuerza, con
violencia ideológica, política, económica y policial. A ese pasado quiere
volver la derecha criolla que ensaya golpes de Estado, afila las armas del
poder mediático, “compra” votos y manipula elecciones, y promueve
conspiraciones financiadas desde el extranjero. Y todo ello, en nombre de la
democracia.
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