Estos
planteamientos son para abrir el debate sobre horizontes políticos
alternativos. Lo hacemos desde la Filosofía política de Enrique Dussel,
nombrado recientemente miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias.
Los momentos son tres: crítico, creativo y propositivo.
Abdiel
Rodríguez Reyes / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
Cuando se empieza a
debatir sobre cambios, en el mejor de los casos nos quedamos en el primer
momento. Hay que tener en cuenta la imposibilidad de los cambios si se mantiene
la misma comunidad, con una misma racionalidad etc... Para la realización de
los cambios se necesitan nuevos sujetos, una nueva comunidad con una
racionalidad crítica. La cual se trabaja poco a poco, discretamente como el
topo. De lo contrario se cambia para quedar en lo mismo como suele ocurrir.
En las actuales
condiciones donde nos movemos podemos plantear los tres momentos. No están de
forma lineal en Dussel, sin embargo, están presentes en toda su obra de
madurez, tanto en la Ética como la Política.
El primer momento es
aquel donde se critica al sistema vigente, sus instituciones y dispositivos (la
necropolítica como diría Achille Mbembe). Este es el momento de criticar sus
contradicciones y evidenciarlas. En este momento el sujeto sufriente de las
vejaciones del sistema tiene que tomar conciencia. El grito del dolor y de la
protesta es una muestra. Cuando el sistema no le proporciona sus servicios
básicos: agua potable, servicios públicos, seguridad social etc.…
El momento creativo va
más allá del crítico. Ya no solo es la deconstrucción del sistema vigente
opresor y depredador del ecosistema. Como nos dice Dussel, “ya no bastan las
interpretaciones” (ver 14 tesis de ética. Hacia la esencia del pensamiento
crítico); ya lo había dicho Marx en sus tesis sobre Feuerbach. Para “una
transformación efectiva de las instituciones” se necesita creatividad. Ya no
solo ser creativo para protestar sino también para “diseñar” (aquí es
importante el libro de Arturo Escobar Autonomía y diseño. La realización de
lo comunal) creativamente lo alternativo. El paso de la crítica (primer
momento) a la creación (segundo momento) es la “obligación de realizar […] de
crear, de dar existencia empírica a las instituciones del nuevo orden”. La
pregunta es cómo. No hay respuestas inmediatas. Dussel nos plantea: “la
creación de lo nuevo se va concretando en el lento proceso de tiempos de
transición”. ¿Acaso no hablan los politólogos del agotamiento de nuestro
sistema de partidos, en el cual hace falta un nuevo “pacto”? El cual si quiere
ser transformador tiene que pasar por “el consenso comunitario”.
El tercer momento es el
propositivo. Es fundamental. De la creación y el diseño de lo nuevo hay que
pasar a lo empíricamente posible, para eso es necesario y fundamental lo
propositivo. Lo cual emerge al calor de las contradicciones y la experiencia
misma del movimiento transformador que toma conciencia. Si no somos
propositivos los dos primeros momentos se difuminan en el aire.
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