Del 11 al 15 de
diciembre, se realizará en La Habana el Coloquio Internacional Bicentenario de
las primeras constituciones latinoamericanas, que organiza la Sección Cubana de
la ADHILAC, y cuyo objetivo es reflexionar sobre las constituciones y su papel
en la historia posterior de América Latina.
Raquel Marreno Yanes /
Granma
Sergio Guerra Vilaboy, historiador cubano |
Este año conmemoramos
el aniversario 200 de las primeras constituciones de los países
latinoamericanos. Fue en 1812 cuando se aprobaron las cartas magnas
fundacionales de las actuales repúblicas de Ecuador (Quito), el 15 de febrero;
Colombia (Cartagena), el 15 de junio; y Chile el 27 de octubre. Ello abrió el
proceso de consolidación institucional de los nuevos estados como parte de la
lucha por la independencia.
A propósito de estos
acontecimientos, Granma conversó con el doctor Sergio Guerra Vilaboy,
presidente de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe
(ADHILAC), quien, además, es el secretario ejecutivo del Grupo Nacional del
Bicentenario de la Independencia de América Latina.
En Buenos Aires
—explica—, el 8 de octubre de 1812, las tropas de José de San Martín derrocaron
al gobierno moderado exigiendo “Independencia y Constitución”. Este proceso se
inició en Caracas, el 21 de diciembre de 1811, con la aprobación de la
Constitución de la República de Venezuela, la primera en establecer un estado
independiente.
Según precisa este
historiador, la Constitución de Cádiz (España), proclamada el 8 de junio de
1812 con la presencia de diputados hispanoamericanos, tuvo gran impacto en el
proceso emancipador y constitucional de Nuestra América.
La constitución de
Cádiz tuvo gran impacto en el proceso emancipador de Ámerica y especial
significado para Cuba. No obstante —aclara—, el proceso constitucional
desarrollado en los territorios hispanoamericanos a partir de entonces, estuvo
precedido por la puesta en vigor de las constituciones de Haití, que recogían,
entre otras avanzadas disposiciones revolucionarias, el fin de la esclavitud.
Refiere Guerra Vilaboy
que la del 8 de julio de 1801 consagró a Toussaint Louverture como la principal
figura de la Revolución Haitiana, y la del 20 de mayo de 1805, que bajo la
dirección de Jean Jacques Dessalines creó el primer estado independiente de
Nuestra América y le permitió a Bolívar calificar a Haití como la “nación más
democrática del mundo”.
Estos son algunos de
los motivos que explican la realización del Coloquio Internacional Bicentenario
de las primeras constituciones latinoamericanas, que organiza la Sección Cubana
de la ADHILAC de conjunto con el Grupo Nacional Cubano del Bicentenario,
adscripto al Ministerio de Cultura, y con el coauspicio de la Unión Nacional de
Juristas y la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana, entre otras
instituciones.
El historiador
puntualiza que el evento, previsto del 11 al 14 de diciembre próximo, en la
capital, tiene entre sus objetivos reflexionar sobre las constituciones y su
papel en la historia posterior de América Latina.
Además, pretende no
solo analizar el significado de las cartas magnas primigenias de nuestros
pueblos, sino también valorar las que entraron en vigor después, incluyendo las
que hoy sostienen los procesos de cambio en varios países de Nuestra América.
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