Durante
una reunión reciente de “gobernadores” del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), realizada en la ciudad de Panamá, se celebraron los logros alcanzados
por los países de la región. Fue una mezcla de ciencia ficción, fantasía y
pronósticos neoliberales (más ajustes) que compartieron los representantes de
todos los países de la región con sus contrapartes de EEUU y Canadá.
Marco A. Gandásegui, h. / ALAI
Las
instituciones financieras internacionales anuncian todos los días el fin de la
recesión global. Desde 2008, están enviando mensajes de que EEUU ya superó la
crisis. Igualmente, los europeos aseguran que la recuperación ya está tomando
forma y pronto se abrirá camino hacia la prosperidad. El Banco Mundial se
encuentra en la vanguardia de este movimiento.
En
el caso de América Latina, el Banco Mundial y las demás instituciones
financieras no pueden decir mucho porque todavía no entienden porque en gran
parte de la región la acumulación capitalista crece y prospera. Para confundir
aún más, recién publicaron un informe donde dice que ha “emergido” una nueva
clase social en América latina que llama “los vulnerables”. Representa el 37.5
por ciento de los latinoamericanos (es decir, 3 de cada ocho de los habitantes
de la región somos “vulnerables”).
Según
la nueva calificación, el 30 por ciento de los latinoamericanos estamos en la
categoría que llaman “pobreza”. Otro número igual, está en la casilla
correspondiente a “clase media”. No lo dice, pero se entiende que el resto, el
2,5 por ciento, son los ricos que concentran el 50 por ciento de la riqueza de
la región. En otras palabras, las dos terceras partes de los latinoamericanos
viven en la pobreza (la suma de los “pobres” y de los “vulnerables”) con menos
del 5 por ciento de la riqueza.
Las
reuniones de los gobernantes de los países y de los bancos toman nota de esta
situación pero no proponen soluciones a los problemas que crean sus propias
políticas.
Durante
una reunión reciente de “gobernadores” del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), realizada en la ciudad de Panamá, se celebraron los logros alcanzados
por los países de la región. Fue una mezcla de ciencia ficción, fantasía y
pronósticos neoliberales (más ajustes) que compartieron los representantes de
todos los países de la región con sus contrapartes de EEUU y Canadá.
Según
el actual presidente del BID, Juan A. Moreno, el futuro de América latina se ve
muy alentador ya que la llamada “clase media” está creciendo a tasas muy
elevadas (parte de la ciencia ficción). Además, en el caso de Centro América,
“muchas multinacionales están volviendo a construir fábricas y centros de
servicios en Mesoamérica cuyo objetivo es abastecer no sólo a EEUU, sino a
Centro y Sudamérica” (¿Moreno en el país de la fantasía?).
A pesar de este
optimismo y buenos augurios, el BID recomienda austeridad y control de gastos
por parte de los gobiernos (más ajustes en tiempos de auge económico). En un
mensaje que se dispara en varias direcciones, en forma simultánea, el informe
aprobado por la Asamblea del BID pide, por un lado, más “ahorros” y, por el
otro, “incentivos al desarrollo”. En síntesis, recortes a los ingresos de los
trabajadores y aumentos a las ganancias de los capitalistas.
En la reunión efectuada
en la capital panameña se respiró una atmósfera divisionista entre los
gobiernos de la región. EEUU y sus socios del “Pacífico” abogaron por una mayor
privatización del capital. Es decir, que los bancos internacionales canalicen
los recursos de los países (producidos por los trabajadores) hacia las empresas
privadas. Para ello hay que crear las empresas capaces de trabajar con los
recursos del Estado. Un representante gubernamental colombiano dijo que el
Estado tiene que mejorar la infraestructura. Otro mexicano dijo que el Estado
tiene que financiar el acercamiento del gobierno con el sector privado. Tanto
gobierno como sector privado tienen que ser más agresivos en la transferencia
de los fondos de pensiones que controlan las entidades públicas hacia las
empresas privadas. Se planteó que en México hay 150 mil millones de dólares
depositados en fondos de pensiones que deben pasarse a manos del sector
privado. Mientras tanto, otros 100 mil millones de dólares en inversiones en el
sector de la construcción (infraestructura) debe canalizarse hacia el sector
privado.
La Asamblea del BID
informó que los dos hombres más ricos del mundo –Carlos Slim y Bill Gates-
participaron mediante videoconferencias en la reunión de Panamá. Hicieron
recomendaciones de cómo emularlos y convertir los recursos públicos disponibles
en fuente de riqueza privada. Ambos participan, actualmente, en un programa de
salud en Centro América donde los recursos de esos países son administrados por
una fundación creada por los billonarios mencionados. Gates señaló a los
participantes que en Centro América hay oportunidades para “combinar
conocimientos financieros, regionales y de salud” para crear más riqueza. En el informe no se
mencionó los problemas de salud que crean estos programas que promueve el BID
que sólo se preocupan del lado financiero (costo / beneficio).
En la reunión de
Panamá, en medio de los discursos y la confusión, emergió la nueva clase social
de los “vulnerables”. Los representantes de las empresas privadas participantes
subrayaron la importancia de las computadoras y del empleo informal para esta
nueva clase social. A su vez, los medios regionales continuaron reforzando su
campaña de desinformación circulando la versión de Washington al concluir que
“los países ubicados en (las riberas) del Pacífico crecen más rápido que los
del Atlántico”. Algunos medios panameños agregaron –sumando confusión a la
reunión del BID- que “México ya había
superado a China en los envíos de productos” (¿exportaciones?).
21 de marzo de 2013.
gandasegui@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario