Como ocurriera en la época de la independencia a inicios del siglo XIX,
América Latina es hoy la región que moviliza la vigencia auténtica de conceptos
como soberanía, nacionalismo, dignidad, democracia, republicanismo y derechos
humanos.
Juan J. Paz y Miño Cepeda / El Telégrafo
(Ecuador)
La Declaración final de la 44 Asamblea General de la OEA realizada en
Paraguay la semana pasada (3 al 5 de junio) y titulada ‘Desarrollo con
Inclusión Social’ refleja diversos principios sobre economía, sociedad y
democracia en el continente americano; sin embargo, coloca, a la cabeza del
documento, el compromiso de los países en esfuerzos “para erradicar el hambre y
la pobreza, en particular la pobreza extrema; combatir la inequidad, la
desigualdad, la discriminación y la exclusión social; e incrementar el acceso
equitativo a los servicios de salud, así como a una educación de calidad e
inclusiva; objetivos prioritarios que deben orientar las acciones del sistema
interamericano”.
Lo singular de la Declaración es que enfatiza en las acciones y
políticas “públicas”, lo cual implica una alteración en el enfoque que
caracterizó a la América latina de fines del siglo XX, atravesada por la
nefasta ideología neoliberal, que patrocinó el retiro del Estado, las
privatizaciones y un esquema económico que supone al mercado y la empresa
privada como motores incuestionables de la economía.
La reunión fue mucho más rica en otros posicionamientos que no se
reflejan en la Declaración final, pero que fueron parte de los debates: la
defensa a Cuba y el cuestionamiento al caduco bloqueo norteamericano; el
rechazo a cualquier intervencionismo sobre la amenazada Venezuela; el firme
apoyo a Argentina sobre las Malvinas. Sin duda, Ecuador ha destacado por sus
tajantes cuestionamientos a la misma OEA, al papel de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la diplomacia norteamericana.
Todos estos posicionamientos avanzan cada vez más en forma inédita.
América Latina toma protagonismo no solo en el continente sino en el mundo, en
una época en la cual las instituciones que nacieron en la postguerra y en el
marco de la vieja guerra fría, ya no se compadecen con los nuevos tiempos. Como
ocurriera en la época de la independencia a inicios del siglo XIX, América
Latina es hoy la región que moviliza la vigencia auténtica de conceptos como
soberanía, nacionalismo, dignidad, democracia, republicanismo y derechos
humanos.
Se trata de una histórica conexión entre aquellos ideales que
movilizaron a los patriotas independentistas, bien expresados en la figura de
Simón Bolívar, y los ideales latinoamericanistas del presente, que cada vez
golpean más las visiones hegemónicas del pasado y alientan la construcción de
nuevas sociedades.
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