La causa de los Cinco
se ha abierto paso en medio de la parafernalia imperialista que ha vaciado los
verdaderos significados de democracia y derechos humanos.
Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América
Desde hace más de
quince años, una bandera recorre el mundo; es la bandera de los Cinco héroes
revolucionarios cubanos; así con todo los adjetivos. Ha traspasado todo tipo de
fronteras: sociales, religiosas, geográficas, idiomáticas, culturales,
ideológicas, políticas, generacionales, profesionales, etc. Ha sido acogida y
hondeada por cientos de miles de personas en distintos países. Se trata de la
bandera de la dignidad, paz, resistencia, libertad, amor, coraje, valor; es la
bandera de la vida.
Mientras que la tiranía
mediática mundial al servicio del imperialismo estadounidense ha tratado en
todo este tiempo de silenciar y/o invisibilizar la causa de los Cinco, el Gobierno
cubano, sus misiones diplomáticas y las organizaciones de solidaridad con la
Revolución han desarrollado una tarea titánica de información en todos los
continentes.
Hoy existen cientos de Comités de Solidaridad movilizados para la
liberación de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino. Los héroes René
González y Fernando González después de cumplir injustas y atroces condenas en
las cárceles del Imperio, retornaron no hace mucho a su patria, y se han
convertido en las principales voces, que desde Cuba se alzan, para llegar a
todas partes, pidiendo que se haga justicia con sus tres hermanos.
Todos los recursos
económicos, mediáticos y políticos -incluyendo a la mafia contrarrevolucionaria
de los cubanos y americanos de Miami y su lobby en el Congreso- usados por
Washington contra los Cinco no han podido doblegar la lucha por la verdad y la
justicia en el mundo. La necedad, desvergüenza y prepotencia del Imperio, evidencia
que esta batalla ha sido ganada ética y moralmente hace varios años por los
Cinco. Quien está preso es la propia Casa Blanca; su política de doble rasero
contra el terrorismo la tiene cautiva. Una vez más el Imperio ha sido derrotado
por Cuba.
La causa de los Cinco
se ha abierto paso en medio de la parafernalia imperialista que ha vaciado los
verdaderos significados de democracia y derechos humanos. Contrario a las
motivaciones de odio y de venganza contra Cuba -y el negocio que eso
significa-, los amigos de la Revolución se movilizan guiados por grandes sentimientos
de amor, los cuales son incompatibles con la lógica imperial. Hoy no solamente
existe en el mundo cientos de Comités enarbolando los rostros de los héroes
cubanos por su liberación, sino que también se han creado poemas, canciones,
camisetas, stickers, banderolas; se han publicado artículos, revistas, libros,
novelas; se han realizado conciertos, documentales, manifestaciones, marchas,
pronunciamientos, etc. La causa de los Cinco también cuenta con el apoyo
decidido de intelectuales, escritores, premios Nobel, parlamentarios,
sacerdotes, iglesias y jefes de Gobierno.
Cada semana aumentan
las voces de denuncia contra el Gobierno de los Estados Unidos, exigiendo la
inmediata liberación de Gerardo, Ramón y Antonio. Algunos gobiernos y
parlamentos hasta ayer tímidos, hoy no quieren ni pueden seguir siendo indiferentes
ante las demandas de la historia. En días recientes los cables informaron que
en Costa Rica, un grupo de parlamentarios se sumó a la solicitud por la
libertad de los héroes cubanos. Costa Rica, pequeño país centroamericano, donde
los políticos de turno, ingenuamente solían repetir desde la administración del
presidente Luis Alberto Monge (1982-1986), que frente a los conflictos, tenían una
política de “neutralidad activa y perpetua” (cómico, pero eso es lo que hasta
ahora algunos políticos creen tener), resulta que en esos años -cuando se
iniciaban como defensores y representantes de esa postura-, la Contra
nicaragüenses (respaldada por el gobierno de los Estados Unidos) se había asentado
en territorio tico, desde donde se organizaban para desestabilizar al gobierno
del Frente Sandinista en Nicaragua (la neutralidad activa y perpetua se había
quedado en el papel). En estos días, desde el seno legislativo de ese país, un
grupo de parlamentarios, rompió con la tradición de “neutralidad”. En una carta
del 02 de junio –que circuló por las redes sociales-, dirigida al presidente de
los Estados Unidos y que lleva la firma de veintitrés diputados costarricenses,
algunos párrafos dicen:
“El despacho
presidencial de los Ex Presidentes Bill Clinton, George Bush y el suyo propio
han sido testigos que desde entonces, desde todo el mundo se han manifestado en
favor de ellos y no han callado las voces denunciando ante el mundo que su
gobierno debe poner en libertad, de manera inmediata a Gerardo Hernández, Ramón
Labañino y Antonio Guerrero, tres de los Cinco cubanos que aún permanecen en
prisión.
“Señor Presidente, ya
es hora que usted ponga fin a una de las más terribles injusticias que durante
tres administraciones ensombrece el ideal de democracia y justicia de su País,
dejando al descubierto que impera el doble discurso y la doble moral como es el
caso que nos ocupa”.
Vemos así, que un
sector importante del poder legislativo de un país como Costa Rica, que
tradicionalmente ha sido afín a la política de los Estados Unidos en América
Latina, asume una actitud independiente, digna y valiente a favor de los tres
héroes revolucionarios cubanos.
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